Edición de «Fures y Muñiz, Jerónimo»
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+ | }}'''Fures y muñiz''' (don Jerónimo) pintor, caballero de la orden de Santiago, gentilhombre de boca de Felipe IV, conservador general del real patrimonio en los reinos de Nápoles, Sicilia y estado de Milán y uno de los grandes aficionados que había en su tiempo en Madrid, ejercitando la pintura con mucho gusto y acierto en las [[004316|''empresas morales'']]. De las diferentes que inventó y dibujó se celebró mucho la que figuraba en [[una_nave_a_toda_vela_con_viento_favorable__y_con_el_lema_non_credas_tempori|''una nave a toda vela con viento favorable y con el lema non credas tempori'']], moralizando la ninguna seguridad que se debe tener en la prosperidad de los sucesos humanos. | ||
− | También manifestó su inteligencia en la pintura con una copiosa y escogida colección de [[ | + | |
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+ | También manifestó su inteligencia en la pintura con una copiosa y escogida colección de [[cuadros|''cuadros'']] y [[dibujos|''dibujos'']] originales de los mejores profesores de Italia y España, que tenía en su casa. Por ser tan nombrada en Madrid pasó a verla y examinarla el príncipe de Gales cuando estuvo en esta corte, a quien regaló ocho [[pinturas|''pinturas'']] y algunas [[052931|''armas'']] de los famosos maestros españoles. | ||
''Carducho'' | ''Carducho'' | ||
(Tomo II, pp.147-148). | (Tomo II, pp.147-148). | ||
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+ | APÉNDICE. | ||
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+ | ''Venida del príncipe de Gales a Madrid,'' | ||
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+ | ''estado en que estaba entonces Lo pintara en la corte,'' | ||
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+ | ''principio de su extracción fuera'' | ||
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+ | ''del reyno y de su decadencia.'' | ||
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Llegó este príncipe incógnito a Madrid el día 17 Se marzo de 1623, y se hospedó en la casa del embajador de Inglaterra; pero habiendo este participado su llegada al conde-duque de Olivares, mandó inmediatamente Felipe IV que se le dispusiese habitación en el Buen Retiro. Parece que ya no hay duda en que su venida fue a tratar su casamiento con la infanta doña María y no habiendo tenido el buen efecto que deseaba, se volvió a Londres descontento en 9 de septiembre del mismo año. | Llegó este príncipe incógnito a Madrid el día 17 Se marzo de 1623, y se hospedó en la casa del embajador de Inglaterra; pero habiendo este participado su llegada al conde-duque de Olivares, mandó inmediatamente Felipe IV que se le dispusiese habitación en el Buen Retiro. Parece que ya no hay duda en que su venida fue a tratar su casamiento con la infanta doña María y no habiendo tenido el buen efecto que deseaba, se volvió a Londres descontento en 9 de septiembre del mismo año. | ||
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Cuando llegó S. A. a Madrid estaba la pintura en la corte en la mayor estimación. Además de las grandes y selectas colecciones que el rey tenia en sus palacios, (de las que pereció una gran parte en los incendios que acaecieron después en el Escorial y en el Alcázar de Madrid) querían competirlas con las suyas muchos grandes de España y otros caballeros inteligentes y aficionados. | Cuando llegó S. A. a Madrid estaba la pintura en la corte en la mayor estimación. Además de las grandes y selectas colecciones que el rey tenia en sus palacios, (de las que pereció una gran parte en los incendios que acaecieron después en el Escorial y en el Alcázar de Madrid) querían competirlas con las suyas muchos grandes de España y otros caballeros inteligentes y aficionados. | ||
− | El almirante de Castilla tenia entre otros [[ | + | |
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+ | El almirante de Castilla tenia entre otros [[lienzos|''lienzos'']] diferentes piezas de Tiziano, seis [[cabezas|''cabezas'']] de Antonio Moro, un [[bacanal|''bacanal'']] de Caraccioli, una [[Virgen_con_san_José_y_el_niño|''Virgen con san José y el niño'']] de Rafael, y [[059540|''otros cuadros'']] de los más nombrados profesores de Italia: el marqués de Leganés, consejero de estado y general de artillería conservaba muchas y buenas [[pinturas_antiguas|''pinturas antiguas'']] y [[pinturas__modernas|''[ pinturas ] modernas'']]: el conde de Benavente las [[obras__que_trajo_su_padre_de_Italia|''[ obras ] que trajo su padre de Italia'']] y las [[obras__que_él_juntó|''[ obras ] que él juntó'']] con discreción é inteligencia: el príncipe de Squilace las excelentes [[pinturas|''[ pinturas ]'']] de su gran salón: el marqués Crescenci, pintor y arquitecto las [[obras__que_trajo_de_Italia|''[ obras ] que trajo de Italia'']]y las [[obras__que_juntó_en_España|''[ obras ] que juntó en España'']] con su gran inteligencia; el conde de Monterrey muchos y buenos [[originales|''originales'']] y los famosísimos [[dibujos_de_los_nadadores|''dibujos de los nadadores'']], ejecutados por Miguel Ángel, que sirvieron de estudio a los mejores pintores y escultores de su tiempo, incluso el divino Rafael, y a los que le sucedieron. | ||
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También tenían colecciones don Jerónimo de Villafuerte y Zapata, guardajoyas del rey y buen dibujante: don Antonio Moscoso, marques de Villanueva del Fresno: don Rodrigo de Tapia: Rutilio Galli, noble florentino, de quien hay artículo: don Suero de Quiñones, alférez mayor de León: don Francisco de Miralles: don Francisco de Aguilar: el contador Jerónimo de Alviz: el licenciado Francisco Manuel: Francisco Antonio Calamaza: Mateo Montañés: don Jerónimo Fures y Muñiz; y otros muchos caballeros de buen gusto, que con sus pinturas, antiguallas y otras curiosidades ponían a Madrid en paralelo con las principales ciudades de Italia. | También tenían colecciones don Jerónimo de Villafuerte y Zapata, guardajoyas del rey y buen dibujante: don Antonio Moscoso, marques de Villanueva del Fresno: don Rodrigo de Tapia: Rutilio Galli, noble florentino, de quien hay artículo: don Suero de Quiñones, alférez mayor de León: don Francisco de Miralles: don Francisco de Aguilar: el contador Jerónimo de Alviz: el licenciado Francisco Manuel: Francisco Antonio Calamaza: Mateo Montañés: don Jerónimo Fures y Muñiz; y otros muchos caballeros de buen gusto, que con sus pinturas, antiguallas y otras curiosidades ponían a Madrid en paralelo con las principales ciudades de Italia. | ||
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Vincencio Calducho describe el movimiento e instrucción que había entonces entre los aficionados, y cuenta el placer que tuvo una noche que se halló en una tertulia de estos, en que se trataba de pinturas, dibujos, modelos y estatuas con inteligencia y conocimiento del estilo de los más famosos autores, cuyas obras poseían y cambiaban entre sí, discurriendo científicamente sobre el mérito de cada una, como si fuesen profesores. Tal era el gusto e ilustración que había en Madrid cuando llegó a ella el aficionadísimo y muy inteligente príncipe de Gales, quien al paso que se deleitaba con la vista de tantas y tan buenas producciones del arte, sufría el sin sabor de no poder comprarlas para la colección que principiaba a formar en Londres. | Vincencio Calducho describe el movimiento e instrucción que había entonces entre los aficionados, y cuenta el placer que tuvo una noche que se halló en una tertulia de estos, en que se trataba de pinturas, dibujos, modelos y estatuas con inteligencia y conocimiento del estilo de los más famosos autores, cuyas obras poseían y cambiaban entre sí, discurriendo científicamente sobre el mérito de cada una, como si fuesen profesores. Tal era el gusto e ilustración que había en Madrid cuando llegó a ella el aficionadísimo y muy inteligente príncipe de Gales, quien al paso que se deleitaba con la vista de tantas y tan buenas producciones del arte, sufría el sin sabor de no poder comprarlas para la colección que principiaba a formar en Londres. | ||
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− | Desde esta época principió la extracción de las, [[ | + | |
+ | Con todo, [[compró_muchos_y_buenos_cuadros_en_las_almonedas_del_conde_de_Villamediana|''compró muchos y buenos cuadros en las almonedas del conde de Villamediana'']] y del célebre escultor Pompeyo Leoni, y le [[regalaron_muchos_más__cuadros|''regalaron muchos más [ cuadros ]'']] los grandes, los caballeros y los pretendientes; y hasta el mismo Felipe IV, que no cedía en gusto e inteligencia a este príncipe, le regaló aquel afortunado cuadro del Tiziano, que en tiempo de su padre y tan estimado de él, pudo escapar del incendio del Pardo: hablo de la [[050562|''fábula de Antiope con sátiros y pastores'']]. Le regaló también otros dos de la misma mano, que representan a [[Europa|''Europa'']] y los [[baños_de_Diana|''baños de Diana'']], los que se quedaron por fortuna encajonados en palacio, y no pudo llevar por la precipitación con que salió de Madrid. En fin llegó a tal punto el deseo de aquel príncipe de adquirir pinturas, que no habiéndose satisfecho con las que compró, ni con las que le regalaron, mandó [[copiar__pinturas|''copiar [ pinturas ]'']] todas las buenas que no pudo conseguir; y aun después de haber subido a su desgraciado trono, mandó el año de 1633 que Miguel de la Cruz, aquel joven de tan buenas esperanzas, de quien hablé en su artículo, le [[copiase_todo_lo_que_había_de_Tiziano_en_los_palacios_reales_de_España|''copiase todo lo que había de Tiziano en los palacios reales de España'']]. | ||
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+ | Desde esta época principió la extracción de las, [[pinturas_del_reino|''pinturas del reino'']], pues el ejemplo del príncipe de Gales excitó la ambición de los extranjeros, que se llevaron la mayor y mejor parte de las muchas que había en las casas particulares, traídas con aprecio y entusiasmo de Italia y Flandes por sus dueños y por sus gloriosos predecesores, hasta que los Franceses en el reinado de Felipe V acabaron de extraer de las provincias las más apreciables, particularmente de Sevilla, cuando estuvo allí su corte, sin exceptuar las de los templos, ni las de los altares. | ||
(Tomo II, pp.148-151) | (Tomo II, pp.148-151) | ||
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