{{Autor:header}}'''Salamanca''' (fray Francisco) y religioso lego de la orden de santo Domingo. don Antonio Ponz le llama fray Francisco de Zalamea; pero todos los autos capitulares y nóminas de gastos de fábrica de la santa iglesia de Sevilla, sobre los que hemos formado este artículo, le dan el apellido Salamanca; y en cabildo celebrado en aquella catedral el año de 1529 se le nombra el venerable padre maestre, sin duda por su virtud.
Pasó de Castilla la vieja a Sevilla el de 518, llamado por el cabildo para trabajar las rejas de su santa iglesia. Se acordó "que el arcediano titular le hospedase en su casa, y que los oficiales se entendiesen con el frayle sobre las rejas de la capilla mayor que las ha de facer". Hay nóminas de lo que gastó aquel año y el siguiente de 19, y no vuelve á a parecer en los libros hasta el de 23, en que hay una cuenta de los gastos que hizo un peón por ir a buscarle a León, donde estaba.
Se mandó darle el año de 24 cincuenta ducados, y pocos meses después ciento en Valladolid por medio del comerciante Constancio Gentil. En este mismo año trabajaba la reja principal de la capilla mayor con su com- pañero fray Juan, y en el de 2 5 25 acordó el cabildo se le diese habitación alta en la casa de la mesa capitular y el trigo que necesita- se necesitase de la fábrica al precio que se daba á los demás. Resulta de dos autos capitulares del año de 26 haber adobado el reloj de la torre por estar malo el antiguo y haber hecho un despertador para el campanero; y hay cuentas firmadas de su mano en los años de 527, 28 y 29.
En este último mandó el cabildo darle 11250 maravedís a cuenta de su salario en la obra de la reja principal, y mas adelante 200 ducados también á cuenta de la misma reja y de los pulpitos que principiaba á trabajar. Después de ajustadas cuentas se le señaló en el propio salario de 29200 maravedís anuales, tres cahíces de trigo y dos de cebada, mientras estuviese en Sevilla, y en cada un día de los que trabajare tres reales de plata, además de su salario. Siguen sus cuentas en 530 y 31, y en 33 pidió licencia fray Francisco al cabildo para volverse a su tierra, y acordó perdonar- le lo que debía de la habitación que había ocupado: que concluyese lo que faltaba en la capilla mayor y en la de la Antigua: que se le continuase su salario y tres cabices mas de trigo al año, y si le acomodasen en lugar de ellos 5® maravedís, lo que determinare se escribiese en el libro de los autos capitulares.