Cambios

|nombre_completo=Herrera Villarreal, Alonso Herrera |alias=de |fecha_nacimiento=h. 1555 |lugar_nacimiento=¿Segovia (Castilla y León) |fecha_fallecimiento=1624 |lugar_fallecimiento=Segovia (Castilla y León) |cronologia_siglo=XVI-XVII |cronologia_ano_desde= |cronologia_ano_hasta= |ciudad_trabajo=Segovia (Castilla y León) |especialidad=pintorPintor |imagenref_bibliografica=*F. Collar de Cáceres, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Alonso de Herrera Villarreal. Accesible en: https://dbe.rah.es/biografias/11846/alonso-de-herrera-villarreal (consultado en 10/11/2021) |tomo=2 |pagina=273 |letra=Letra H |grupo=Grupo HE }}{{Autor:header}}'''Herrera''' (Alonso de) pintor y vecino de Segovia por los años de 1579. Tuvo estrecha amistad con el mudo Juan Fernández Navarrete, cuya hija natural crió crio y educó en su casa. Pintó el año de 590 los seis lienzos del [[retablo_mayor_-_Herrera,_Alonso|''retablo mayor'']] de la parroquia de Villacastín, que representan: el [[nacimiento_del_Señor_(Cristo)_-_Herrera,_Alonso|''nacimiento del Señor [ Cristo ]'']], su [[epifanía_(adoración_d_elos_reyes)_-_Herrera,_Alonso|''epifanía [ adoración d elos de los reyes ]'']], la [[presentación_en_el_templo_-_Herrera,_Alonso|''presentación en el templo'']], la [[disputa_con_los_doctores_-_Herrera,_Alonso|''disputa con los doctores'']], la [[resurrección_-_Herrera,_Alonso|''resurrección'']] y la [[venida_del_Espíritu_santo_-_Herrera,_Alonso|''venida del Espíritu santo'']]. Estando pintándolos pasó a verlos Antonio de Segura, pintor de Ávila, de orden de la fábrica; y concluidos los llevaron al Escorial para que los examinase fray Antonio de Villacastín, religioso de aquel monasterio, director de los trabajadores de aquella gran obra, natural de esta villa e interesado en el buen éxito del adorno de su retablo, a quien agradaron; y de allí vinieron a Madrid para la aprobación del pintor Juan de Urbina, que los celebró mucho. A la verdad lo merecían por la corrección del dibujo y buen colorido; pero en el día están perdidos con los retoques que les dio el dorador José Bermejo el año de 1734 cuando doró el retablo; y por haberlos limpiado o echado a perder le pagaron 3300 reales.