Coello, Claudio
Especialidad | pintor |
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Fallecimiento | 1693 Madrid |
Cronología | XVII |
Ciudad de trabajo | [[Especial:Browse/:Madrid, La Granja, Salamanca [Segovia, Castyilla y León], Rascafría, El Escorial [Comunidad de Madrid], zaragoza [Aragón]|Madrid, La Granja, Salamanca [Segovia, Castyilla y León], Rascafría, El Escorial [Comunidad de Madrid], zaragoza [Aragón]]] La propiedad «Ciudad de trabajo» (como tipo de página) con el valor de entrada «Madrid, La Granja, Salamanca [Segovia, Castyilla y León], Rascafría, El Escorial [Comunidad de Madrid], zaragoza [Aragón» contiene caracteres inválidos o está incompleto, por lo que puede causar resultados inesperados durante una consulta o proceso de anotación. |
Ubicación en el diccionario | Tomo 1, Página 336, Letra C, Grupo CO |
Coello (Claudio) pintor, natural de Madrid e hijo de Faustino Coello, portugués y broncista, quien deseoso de que pudiese ayudarle a cincelar sus vaciados, le puso a dibujar en casa de Francisco Rizi. Conoció luego el maestro las buenas disposiciones del discípulo, y rogó al padre le destinase a la pintura. Habiendo condescendido, se dedicó Claudio al estudio y observación de la naturaleza, trabajando de día y de noche con suma aplicación, de manera que en poco tiempo excedió a sus condiscípulos.
Estando todavía en la escuela de Rizi pintó el cuadro grande del altar mayor del monasterio de San Plácido [ convento de San Plácido de monjas Benedictinas en la calle de San Roque ], y los de los colaterales: el de san Roque para la parroquia de San Andrés [ en la plazuela de San Isidro ]: los [ cuadros ] que había en la capilla de los ajusticiados en la parroquia de santa Cruz [ en la calle de Atocha, junto a la plazuela de la Provincia ] y el de su retablo principal, que habiendo salido muy a gusto de su maestro, le permitió que dijese ser de su mano para que se le pagasen mejor; pero Claudio aprecio mas su estimación que el interes.
La estrecha amistad que contrajo con don Juan Carreño acabó de perfeccionarle en el colorido, pues como pintor de cámara le proporcionó que copiase los cuadros originales de Tiziano, Rubens y Van Dick que había en palacio. También la contrajo con José Donoso luego que vino de Roma, y pintaron juntos al fresco el presbiteriode la iglesia de santa Cruz [ en la calle de Atocha, junto a la plazuela de la Provincia ], que pereció con los anteriores cuadros en el incendio acaecido en principios de este siglo: el techo de la pieza llamada del vestuarioen la catedral de Toledo: las historiasde la sala de capítulo de la cartuja del Paular: la capilla de san Ignacio, la cúpula de la del Cristo y la bóveda de la sacristíade la iglesia de San Isidro el real, entonces colegio imperial de los jesuitas: las pechinas de las iglesias de la Trinidad y [ pechinas ] de San Basilio [ El Monasterio de San Basilio, de la orden de san Basilio, en la calle del Desengaño: ] la bóveda de la torre del cuarto de la reina en el alcázar de de Madrid: y al temple el techo de la sala [ casa ] de la Panadería en la plaza mayor, su antecámara [ Panadería ] de la y la escalera [ panadería ].
Ambos se hicieron cargo de las trazas y pintura para los arcos triunfales y demás ornatos que se habían de ejecutar para la entrada en Madrid de la reina doña María Luisa de Orleáns, cuando vino a casarse con Carlos II. Claudio trazó entonces el célebre arco del Prado y el adorno de la calle del Retiro, en que se representaban los reinos de España, ofreciendo a la novia coronas, frutos y otras cosas, que todo se grabó [ estampa ]: también trazo el ornato de la plazuela de la villa con las fuerzas de Hércules, que pintó [ ornato de la plazuela de la villa, de Madrid, con las fuerzas de Hercúles ] Francisco de Solís con diligencia.
Pasó a Zaragoza el año de 1683, y por encargo del arzobispo don Fray Francisco de Gamia pintó al fresco la cúpula y crucero de la iglesia del colegio de los agustinos, llamado de la Mantería, en que ocupó un año. Restituido a Madrid fue nombrado pintor del rey sin sueldo, por muerte de Dionisio Mantuano en 29 de marzo de 1684, y en 23 de enero de 86 se le concedió la plaza de pintor de cámara por fallecimiento de don Francisco Herrera el mozo: en 23 de agosto del mismo año los gajes que había tenido Mantuano; y con la misma fecha la plaza de cámara, que quedó vacante por muerte de Carreño con 20 ducados de salario al mes. Después se le confirió la llave de furriera, una pensión de 300 ducados para su hijo don Bernardino y otras de ración del bolsillo secreto del rey, que después de su muerte se continuaron a su viuda doña Bernarda de la Torre.
Por muerte de su maestro Rizi quedó encargado de seguir un lienzo grande que había dejado comenzado para el retablo de la sacristía del monasterio de San Lorenzo el real, y siendo el proyecto retratar a todos los personajes que entraban en la composición, suplicó al rey, que había ido a aquel sitio, le permitiese retratarle, pues era el primero de aquella historia. Concedióselo S. M. y concluido el retrato [ Carlos II ], dijo el conde de Benavente: ya tiene V. M. Pintor de cámara; y se aprobó la propuesta. Seguía Coello en el Escorial el año de 1686 trabajando aquel cuadro con mucho estudio y cuidado, cuando se le mandó venir a Madrid a disponer la traza de lo que se había de pintar en el techo de la galería del Cierzo en el cuarto de la reina del palacio antiguo [ Alcázar ], que fueron varios pasajes de la fábula de Psiquis y Cupido con adornos y arquitectura. Después de haberlo arreglado todo, el rey que deseaba mucho la conclusión del cuadro del Escorial, le mandó buscar un pintor de su satisfacción, a quien fiar la ejecución del fresco de la galería. Propuso a don Antonio Palomino, y habiendo pintado algunas tareas los dos juntos, se volvió Claudio a San Lorenzo, donde permaneció más de dos años hasta finalizar el lienzo que fue celebrado del rey y de toda la corte (I).
Lleno Claudio de honras y satisfacciones con el desempeño de tan gran obra, se restituyó a su casa a evacuar mil encargos que tenia pendientes, y a cumplir otras obligaciones de su empleo, como eran retratar a la reina madre doña Mariana de Austria, a la segunda mujer del rey doña Mariana de Neoburg, y a otros personajes, y disponer la reparación de las pinturas del rey, gozando los honores a que era acreedor por su habilidad. Por tanto el cabildo de la santa iglesia de Toledo le nombró su pintor en 1691, y mereció los elogios de toda la corte, sin que ningún artista le disputase la primacía de su mérito hasta el siguiente año de 92, que vino Lucas Jordán [ Luca Girodano ] época fatal para la pintura en España.
Llegó en mayo, llamado para pintar la escalera principal y las bóvedasde la iglesia del Escorial: esta preferencia fue la causa de la muerte de Coello, cuyo genio era demasiado sensible y pundonoroso, de manera que no volvió a tomar los pinceles, sino para concluir el martirio de san Esteban a instancias del padre Matilla, confesor del rey, que se le había encargado para su convento de los dominicos de Salamanca; y aunque el lienzo fue llevado a palacio, y fue visto y celebrado de todos, incluso el mismo Jordán [ Giordano ], no se tranquilizó el espíritu abatido de Claudio, pues falleció poco tiempo después en Madrid el día 20 de abril de 1693, y fue enterrado en la parroquia de San Andrés [ en la plazuela de San Isidro ].
Si Claudio Coello hubiese vivido en el buen tiempo de Felipe II hubiera sido uno de los mejores pintores españoles, según la corrección de dibujo y buen colorido que hay en sus obras, y según su gran genio, aplicación y el conocimiento que tenía del efecto. Pero el poco o ningún estudio que se hacia del antiguo en su época, el mal gusto en la composición con la confusa alegoría sostenida por los malos poetas, y las muchas y apresuradas obras que pintó al fresco con Donoso, le dejaron en una clase que no corresponde a su talento buenas disposiciones. No obstante los profesores y los inteligentes le estiman por uno de nuestros primeros naturalistas; y dicen, que así como Aníbal Caraci [ Carracci ] recopiló en Italia las buenas máximas de sus antecesores, Claudio en España juntó el dibujo de Cano, el colorido de Murillo y el efecto de Velázquez, y que fue el último pintor español cuando este arte corría precipitadamente a su ruina. Bien la conocía el mismo Coello cuando don Cristóbal Ontañón le dijo: “Ahora vendrá Jordán a enseñar a vuestras mercedes a ganar mucho dinero: sí señor (le respondió) y a absolvernos de muchas culpas y quitarnos muchos escrúpulos".
Sus diseños con lápiz negro y con la pluma tienen corrección y son muy estimados: también lo son tres estampas que grabó al agua fuerte, y representan el crucifijo [ Cristo crucificado ] con la Virgen al pie de medio cuerpo con san Agustín y santa Mónica a los lados, como se veneran en la iglesia de las agustinas recoletas de la Calzada, y los retratos de Carlos II [ estampa ] y de su mujer [ estampa Mariana de Neoburg ]. Sebastián Muñoz y don Teodoro Ardemans fueron los discípulos más adelantados que salieron de su escuela; y sus obras públicas son las siguientes:
MADRID
SAN PLÁCIDO [ CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN Ó DE SAN PLÁCIDO DE MONJAS BENEDICTINAS EN LA CALLE DE SAN ROQUE ]
-El cuadro grande del altar mayor que representa la encarnación del hijo de Dios con una gloria en lo alto, y en lo bajo los profetas y sibilas que escribieron este misterio [ estampa ]:el nacimiento y [ adoración de los reyes ] epifanía [ de Cristo ] del Señor en los pedestales de este retablo: los lienzos de los colaterales; y lo que pintó en el arco de la capilla del sepulcro a los pies de la iglesia.
SAN JUAN, PARROQUIA [ EN LA PLAZUELA DE SAN GIL ]
-El cuadro apaisado de la presentación de [ la Virgen ] nuestra Señora, que está en la sacristía.
SAN ANDRÉS, PARROQUIA [ EN LA PLAZUELA DE SAN ISIDRO ]
-Las pinturas del retablo de san Roque.
SANTA ISABEL [ COLEGIO DE SANTA ISABEL DE MONJAS AGUSTINAS EN LA PLAZUELA DE SANTA ISABEL ]
-San Felipe apóstol en un altar.
TRINIDAD CALZADA [ CONVENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE PADRES TRINITARIOS CALZADOS EN LA CALLE DE ATOCHA ]
-Las pechinas de la cúpula al freco con Donoso.
SAN ISIDRO EL REAL [ COLEGIATA DE SAN ISIDRO EL REAL, ANTIGUO COLEGIO IMPERIAL E IGLESIA DE SAN FRANCISCO JAVIER, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN LA CALLE DE TOLEDO ]
-Con El mismo Donoso y también al fresco los ángeles de la cúpula de la capilla del Cristo: los [ ángeles ] que están en la de san Ignacio y sus adornos; y la bóveda y sobrepuerta de la sacristía, con las historias que están sobre la puerta y la última hacia el altar.
LA PANADERÍA [ EN LA PLAZA MAYOR ]
-El salón, antecámara y bóveda de la escalera al temple con Donoso.
SAN GIL [ CONVENTO REAL DE SAN GIL DE PADRES FRANCISCANOS JUNTO AL PALCIO REAL ]
-Un san Pedro Alcántara sobre la puerta de la capilla del santo, que ya no está allí.
SAN GINÉS, PARROQUIA, [ EN LA PLAZUELA DE SAN ISIDRO ]
-Los cuadros de la Asunción y Epifanía [ adoración de los reyes ] en la capilla de nuestra señora [ virgen ] de los Remedios.
SAN NICOLÁS, PARROQUIA [ EN LA CALLE DE SAN NICOLÁS ]
-San Juan Bautista en uno de los postes.
PREMOSTRATENSES [ CONVENTO DE SAN NORBERTO, VULGO LOS MOSTENSES, DE PADRES PREMOSTRATENSES EN LA CALLE DE LA INQUISICIÓN ]
-San Oroncio en un trono de nubes, los cuatro evangelistas [ san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan ], el Salvador [ Cristo ], san José y san Antonio de Padua en un retablo al lado de la epístola.
CAPUCHINOS DEL PRADO [ CONVENTO DE PADRES CAPUCHINOS DEL PRADO EN LA CARRERA DE SAN JERÓNIMO ]
-Una [ última ] cena del Señor [ Cristo ] en el refectorio.
EL ROSARIO [ CONVENTO DEL ROSARIO DE PADRES DOMINICOS EN LA CALLE ANCHA D ESAN BERNARDO ]
-En el presbiterio el cuadro grande que representa a la Virgen en trono de nubes y a santo Domingo a los pies: en la capilla de este santo dos lienzos de san Jacinto y santa Catalina de Sena [ Siena ].
SAN MARTÍN [ MONASTERIO DE SAN MARTÍN DE PADRES BENEDICTINOS EN LA PLAZUELA DE LAS DESCALZAS, SE CONTABILIZA COMO PARROQUIA ]
-Las pinturas de los retablos colaterales.
SAN LUIS OBISPO [ ANEXO DE LA PARROQUIA DE SAN GINÉS EN LA RED DE SAN LUIS ] -El cuadro de San Diego en el remate del retablo de una capilla, y la cena del Señor [ Cristo ] en la puerta de su sagrario.
MONJAS DEL CABALLERO DE GRACIA [ CONVENTO DEL CABALLERO DE GRACIA DE MONJAS FRANCISCANAS EN LA CALLE CABALLERO DE GRACIA ]
-Siete lienzos que representan a Jesús, María y José [ Sagrada Familia ], los dos santos Juanes, [ san Juan Bautista y san Juan Evangelista ] san Miguel, san Francisco, san Antonio de Padua y san Bernardino de Sena [ Siena ], en el retablo mayor.
CARMELITAS DESCALZOS [ CONVENTO DE SAN HERMENEGILDO DE PADRES CARMELITAS DESCALZOS EN LA CALLE DE ALCALÁ ]
-La cabeza de un apóstol en la sacristía, y un cuadro que contiene la Virgen con varios santos.
SANTO TOMÁS [ CONVENTO DE SANTO TOMÁS DE PADRES DOMINICOS EN LA CALLE DE ATOCHA ]
-Las pechinas de la capilla de los Dolores.
PALACIO NUEVO [ PALACIO REAL ]
-Nuestra Señora [ la Virgen ] y san Fernando de rodillas.
SAN ILDEFONSO.
PALACIO
-El retrato de Carlos II.
ESCORIAL.
REAL MONASTERIO
-El citado lienzo de la santa forma en el altar de la sacristía.
PAULAR.
CARTUJA
-La historia al fresco en el medio de la sala capitular, relativa a la vida de san Bruno: san José con el Niño en su capilla.
LA ESPINA.
MONASTERIO DE PADRES BERNARDOS.
-Una excelente [ Inmaculada ] Concepción en la sacristía.
CIENPOZUELOS.
PARROQUIA.
Una Magdalena.
ZARAGOZA.
LA MANTERíA.
-La santísima Trinidaden la cúpula al fresco, y en las paredes que forman el crucero de la iglesia, los santos Simplicio, Fulgencio, Alipio y Patricio: se retrató a sí mismo [ autoretrato de Coello ] en el lado de la epístola.
MONASTERIO DE BENEDICTINAS
-San Plácido y santa Gertrudis con Donoso.
TORREJON
PARROQUIA.
-El martirio de san Juan Evangelista.
VALDEMORO.
PARROQUIA.
-Dos cuadros, que representan a san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier.
SALAMANCA.
SAN ESTEBAN.
-El citado cuadro del martirio[ san Esteban ] del santo en el retablo mayor, y el boceto [ martirio de san Eseban ] del mismo cuadro en el crucero al lado de la epístola.
(I) Se conserva en el monasterio del Escorial desde el año de 1592 una forma consagrada e incorrupta traída de la catedral de ¿Gourcamia en Holanda?, donde los herejes zwinglianos dos siglos antes la habían pisado y maltratado, de cuyo sacrilegio conserva tres señales. De orden de Carlos II se trasladó en 1684 desde uno de los relicarios en que estaba a un altar que se erigió en la sacristía de aquel monasterio para venerarla con más distinción y decoro. Dicen algunos que se hizo esta traslación en acción de gracias por la libertad de Viena y feliz éxito de las armas Imperiales contra la Puerta otomana; y otros que en expiación de la inmunidad de aquel templo de San Lorenzo, ofendida con la violenta extracción que se habla ejecutado en él de la persona del marques de Valenzuela.
No agradó al rey el retablo que se habla puesto en la sacristía, ni le tuvo por digno del objeto ni del sitio en que estaba, por lo que mandó volver la santa forma al sagrario del altar mayor, y que Rizi trazase otro [ retablo ] mas rico de mármoles y bronces, lo que así se ejecutó; pero cuando Rizi comenzaba a pintar el lienzo que había de servir de velo a la custodia de aquel retablo, falleció el año de 1685, dejándole bosquejado. Y como no acomodase a Coello, encargado en acabar este lienzo, el punto alto de vista que habla puesto su maestro, se vió en la necesidad de abandonar su bosquejo y formar un boceto de lo que pensaba pintar.
El empeño de retratar todos los sujetos que entraban en la composición, el tiempo que estuvo en Madrid trazando la galería del Cierzo y su prolijidad y observacion, pues por mejorar un contorno daba treinta vueltas al natural, le detuvieron en esta obra más de lo que el rey quería.
El lienzo [ que había de servir de velo a la custodia ] tiene seis varas de alto y tres de ancho, proporción incomoda para figurar una historia: representa la procesión que se celebro en aquel monasterio el año de 1684 para la colocación de la santa forma en el primer retablo de la sacristía, y el instante en que el preste da la bendición a los circunstantes con la misma santa forma, estando casi todos arrodillados: instante Crítico, y difícil de desempeñar por la uniformidad de actitudes, que supo variar con gran destreza, por la general devoción y respeto que debía haber en todas las figuras, y que pudo contrastar con la distracción de un muchacho que tira los fuelles del órgano, con el enfado del que le tañe y con la atención de los músicos al compás del maestro de capilla, y en fin por la precisión de representar en un lienzo tan estrecho con figuras del tamaño del natural en primer termino una escena tan espaciosa como la misma sacristía.
Nada de cuando pudo haber ocurrido en este acto se escapó a la observación de Coello, pues no hay figura que ocupe otro lugar ni haga otro oficio que el que le corresponde: está observada la costumbre en todas las clases de personas, pues aunque el rey y los grandes no están vestidos de golilla, traje que se usó en la corte muchos años después, señalan la época en que principió en España el vestido de militar con corbata. He contado en este cuadro hasta unos cincuenta retratos: el del preste, que dicen ser el prior padre Santos, el del rey, los del duque de Medinaceli, primer ministro, del duque de Pastrana , montero mayor, del conde de Baños, caballerizo mayor, del gentilhombre; marqués de la Puebla y los de otros muchos caballeros y religiosos, con tanta semejanza , que no ha muchos años que murió un anciano monje en aquel monasterio, que los conocía y señalaba. Retrató también el terno de los celebrantes, el altar, los candeleros, la multitud de ciriales, la cruz, el órgano portátil de Carlos V, el aparato y hasta la sacristía con sus cajones y pinturas: todo por el natural y con la mayor exactitud y franqueza, esto es, sin aquella afectada prolijidad que tanto desagrada a los inteligentes.
En lo alto del cuadro puso tres figuras alegóricas, que representan, la del medio a la religión, arrojando con la mano derecha un resplandor a las demás, que parecen ser el amor divino en forma de joven alado can un corazón en las manos, y la casa de Austria en la de una mujer vestida de amarillo, que tiene en la mano izquierda las águilas imperiales y en la derecha el cetro.
Archivo de la Catedral de Toledo, Junta de obras y bosques, Palomino, Ponz
(Tomo I, pp,336-347)