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Vergara, Nicolás (el mozo)

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Nicolás (el mozo) Vergara
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Especialidad escultor, pintor y arquitecto
Cronología XVI-XVII
Ciudad de trabajo [[Especial:Browse/:Toledo [Castlla la Mancha] [Cáceres, Extermadura], Alcalá de Henares [Comunidad de Madrid]|Toledo [Castlla la Mancha] [Cáceres, Extermadura], Alcalá de Henares [Comunidad de Madrid]]] La propiedad «Ciudad de trabajo» (como tipo de página) con el valor de entrada «Toledo [Castlla la Mancha] [Cáceres, Extermadura], Alcalá de Henares [Comunidad de Madrid» contiene caracteres inválidos o está incompleto, por lo que puede causar resultados inesperados durante una consulta o proceso de anotación.
Ubicación en el diccionario Tomo 5, Página 206, Letra V, Grupo VE

Vergara (Nicolás) el mozo, escultor, pintor y arquitecto. Le suponemos natural de Toledo, donde residía su padre el año de 1540, quien le enseñó todo lo bueno de las tres artes. Hemos dicho en el artículo anterior que sucedió a su padre acompañado de su hermano Juan en la pintura de las vidrieras de la santa iglesia [ catedral ] de Toledo que acabó el de 580 con aprobación de los profesores de aquella ciudad y de los capitulares. También dijimos que por estar anciano el padre le cometió la gran obra en bronce y hierro de los facistoles laterales del coro, que ejecutó desde el año de 71 hasta el de 74, poniendo en ellos su nombre en esta forma: Nicolás Vergara sculpt. et arquitec.


Cada atril es un trozo de arquitectura, compuesto de zócalo o pedestal, tres columnas dóricas, arquitrabe, friso y cornisa: en el friso tiene tres medallas con pasajes de la sagrada escritura, graciosas estatuitas [ estatuas ] encima del cornisamento y los escudos de armas de don Sancho Busto de Villegas, gobernador del arzobispado y del canónigo don García de Loaisa, que era entonces obrero. Tasaron esta obra Francisco Merino Marcos Hernández, plateros, por parte del cabildo y Juan Bautista Portiguiani por la de Vergara; y habiendo discordado la volvió a tasar Pompeyo Leoni, que dijo que valía el trabajo más de 2,000 ducados.


Bien conoció el cabildo el mérito y habilidad de Nicolás; por tanto le nombró su escultor el año de 73, viviendo todavía su padre y antes de acabar los atriles. Por este tiempo le tenía ocupado Felipe II en hacer en bronce las cantoneras de los libros de coro del real monasterio del Escorial, y mandó en 1.º de marzo de 73 que parase la obra por la mucha costa y dilación, como por el demasiado peso que tenía, y que en la inmediata semana santa, en la que había de pasar S. M. a aquel monasterio, decidiría si había de seguir o no.


Otorgó escritura en 74, obligándose a dar concluida en año y medio la reja del sepulcro del cardenal Cisneros que su padre había dejado comenzada por el precio de 1,000 ducados. Duró la obra hasta el de 80, y hubo pleito en el consejo entre el colegio mayor de San Ildefonso y Vergara ; pero al fin se convino el colegio en pagare 9,100 ducados del rey: ,000 reales por tres mil libras de bronce y lo restante por su trabajo y por otros gastos que había suplido.


Por muerte del arquitecto Ferrand González, sucesor inmediato de Alonso de Covarrubias en la plaza de maestro mayor de la santa iglesia [ catedral ] de Toledo, fue nombrado en ella Nicolás el día 1.º de septiembre de 76. La sirvió hasta febrero de 82 en que se desistió por motivos que ignoramos. Sucediole Diego de Alvarado, y habiendo fallecido en 11 de abril de 87, volvió Nicolás a desempeñarla desde 9 de junio del mismo año hasta su muerte.


En este período se trató de construir el nuevo sagrario de la catedral, que comprende la sacristía mayor y piezas adyacentes, la capilla de [ la Virgen ] nuestra Señora, su ante capilla, la casa y patio del tesoro y el relicario, y Vergara hizo las trazas de orden del señor Loaisa, canónigo obrero. Se volvió a tratar de esta obra con más calor en 92, conferenciando con los hermanos del hospital del rey, edificio contiguo y arrimado entonces al sagrario viejo. Pasaron comisionados del cabildo y Vergara con sus diseños a informar al arzobispo cardenal Quiroga, de cuya orden lo reconocieron el deán, el tesorero, el canónigo obrero y Juan Bautista Monegro, que era a la sazón maestro de las obras del alcázar de Toledo; y habiendo vuelto Nicolás a informar al prelado, decretó en 13 de julio del mismo año que se comenzase la obra. Inmediatamente se comunicó esta resolución al señor Loaisa, que estaba en la corte de maestro del príncipe para que la pusiese en noticia del rey, a quien se escribió en 21 del propio mes; y deseando S. M. ver las trazas, pasó Vergara a Valladolid en diciembre a presentárselas.


Aprobado todo por el rey, se compraron y derribaron las casas necesarias en el año siguiente: se abrieron las zanjas en 95; y en 23 junio se colocó la primera piedra. Siguió la obra sin intermisión y sin llegar al sagrario antiguo, hasta que el cardenal don Bernardo Sandoval y Rojas pidió este sitio para su enterramiento en 12 de noviembre de 604; y habiéndosele concedido, libró el año siguiente 30,000 ducados para empezar la capilla de nuestra Señora [ la Virgen ]. Comenzó Vergara, sin que parase la obra del sagrario, y continuó todo bajo su dirección hasta su fallecimiento: Se puede ver la historia de esta gran obra hasta su conclusión en los artículos de Juan Bautista Monegro, que le sucedió en el empleo de arquitecto de la catedral y de Jorge Manuel Theotocópuli, su sucesor en esta plaza.


En 1575 hizo Vergara el modelo de la iglesia de las monjas bernardas de Toledo, llamadas de santo Domingo el antiguo, por el que le pagaron 1576 maravedís. Corrió a su cargo la cantería, de cuyo importe le entregó 26,967 reales el arcipreste Francisco de la Huerta, capellán mayor de la capilla nueva de doña María de Silva en este monasterio, según consta de las cuentas que el mismo arcipreste rindió a don Diego de Castilla, deán y canónigo de aquella santa iglesia [ catedral ] y albacea de la doña María, de lo que había estado a su cargo desde 28 de octubre de 5 7 5 hasta 1.º de noviembre de 81.


Ejecutó después el diseño o traza del sagrario del monasterio de Guadalupe para colocar en él su relicario. Tuvo la dirección de esta obra, y habiendo sentado la primera piedra el año de 95, pudo concluirla antes de su muerte. No así la de la capilla mayordel mismo monasterio, que habiéndola trazado, la comenzó Monegro.


Pero lo que hace más a nuestro intento y señala mejor el gusto y saber de Nicolás en la escultura es el diseño que hizo en 590 del arca de plata en que esta el cuerpo de santa Leocadia, ejecutada por el platero Francisco Merino, en cuyo artículo hemos descrito lo que contiene y el mérito de su invención. También referimos en el de Juan Fernández Navarrete el mudo la estrecha amistad que hubo entre los dos, el hospedaje que le hizo en su casa, la asistencia en su enfermedad hasta que falleció en sus brazos el año de 579, y finalmente cuanto trabajó con el corregidor Toledo para la habilitación de la memoria o testamento que había hecho el Mudo en su última. hora. Fue la de Vergara en aquella ciudad el día 11 de diciembre de 1606 con gran sentimiento de sus amigos y pérdida de las bellas artes en España.


Archivos de la Catedral de Toledo, del Monasterio de Santo Domingo, del Monasterio de Guadalupe, y del Colegio Mayor de San Ildefonso, Junta de Obras y Bosques. Doctor Pisa., Ponz.

(Tomo V, pp. 206-211)