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Villoldo (Juan de) pintor, sobrino y discípulo de Álvar Pérez de Villoldo. Residía en Toledo a principios del siglo XVI con grandes créditos en su profesión. Por tanto el cabildo de aquella santa iglesia [ catedral de Toledo ] le llamó el año de 1507 para que tasase los escudos de armas que habían entallado para la sala capitular de invierno Juan de Bruselas, Francisco de Amberes y Pedro Gurricio. Le encargó en 508 pintar las tablas antiguas del retablo de la capilla Mozárabe, que en efecto pintó con el citado Amberes y con Juan de Borgoña, y concluyó en 510; finalmente le mandó en 519 tasar con Antonio de Comontes la pintura al fresco que había pintado Borgoña en la librería de la catedral.


Estando Villoldo en Valladolid otorgó escritura ante Cristóbal de Escobar el día 12 de agosto de 547, obligándose a pintar para la capilla que el obispo de Plasencia don Gutierre de Carvajal [ en la costanilla de San Andrés ] había reedificado y adornado en Madrid, contigua la parroquia de San Andrés [ en la plazuela de San Isidro ], cinco paños con nueve historias cada uno, al modo de la de Adán y Eva que presentó de muestra, dándolos concluidos para el año siguiente de 48; y el obispo se obligó a pagarle42 ducados y medio por cada uno, que montan 210 ducados y medio, en varios plazos, a saber: 50 ducados al pronto: 50 al entregar la mitad de la obra: 50 a las tres cuartas partes; y lo restante después de concluida y sentada: lo que tuvo su efecto cumplidamente.


Todavía se conservan bien tratados estos lienzosen la citada capilla, y se manifiestan en las dos ultimas semanas de cuaresma. Con ellos se cubren las paredes desde la cornisa, que esta bien alta, hasta vara y media del suelo y el altar mayor, además de otro que cuelga desde el coro, y coge todo el ancho de la capilla. Los del lado de la epístola están divididos en once recuadros o historias por columnas jónicas con sus zócalos y cornisamientos sencillos, formando tres órdenes. Las siete primeras historias representan pasajes del testamento antiguo, comenzando por la muerte de Abel, y en las cuatro restantes que están en la primera andana, se figuran la entrada triunfante del señor en Jerusalén, la [ última ] cena, el prendimiento y los azotes a la columna.


En los lados del evangelio hay doce historias: la primera de las ocho relativas a la ley antigua, representa a nuestros primeros padres [ Adán y Eva ] arrojados del paraíso, que sin duda es la muestra que presento Villoldo para la contrata, y las cuatro restantes figuran la resurrección de Lázaro, Cristo enclavado con los dos ladrones, Cristo bajado de la cruz, y Cristo puesto en el sepulcro. La colgadura del retablo mayor figura otro de dos cuerpos de arquitectura, y con tres historias en cada uno La del medio en el primero representa a los santos varones y a las Marías que ponen el cuerpo yerto del Redentor en el sepulcro, y las de los lados, la oración en el huerto, y la resurrección del Señor [ Cristo ]: la del medio del segundo, que es la mejor pintada, el descendimiento de la cruz, y a las de los lados, el buen ladrón espirando con un ángel, y el [ ladrón ] malo con un dragón; y en el zócalo hay ángeles con instrumentos de la pasión. Finalmente se representa en el telón que cuelga del coro al juez supremo que baja entre nubes desnudo con una gran cruz, y acompañado de sus santos a juzgar al mundo. Estos lienzos son de angeo, y están pintados de claro oscuro al aguazo sin aparejo alguno, las carnes tienen su color natural, los campos el que les corresponde, y sus figuras son del tamaño del natural: tienen buenas y sencillas actitudes, corrección de dibujo y nobleza de caracteres por el gusto antiguo. Merecen que los artistas y aficionados los vean y examinen, y aún convendría que los jóvenes los copiasen, pues tengo entendido que son muy pocos que saben que hay tales obras en Madrid. La referida escritura hace ver cuan equivocado estuvo don Antonio Palomino en atribuir a Blas de Prado estos lienzos; y siendo por el mismo estilo y gusto de dibujo las dos tablas al óleo del bautismo de Cristo y del martirio de tina de san Juan Bautista, que están en sus retablos de misma capilla, no queda duda alguna que los pintó también Villoldo.


Por otra escritura otorgada en Toledo a 27 de julio de 1551 ante Lorenzo de Ibarra se obligaron como fiadores Francisco de Villalpando y Francisco Giralte, de que Villoldo daría concluido como lo tenía prometido, y con las circunstancias que constaban de otro instrumento inserto, dentro de año y medio el retablo mayor de la propia capilla [ del obispo de Plasencia ] por 490,000 maravedíes en distintas pagas. Pero se deberá entender con respecto al dorado y al estofado, pues se sabe que le trabajó el escultor Giralte, como se ha dicho en su artículo, bien que Villoldo pudo haberse hecho cargo de la escultura y arquitectura, y encargar su ejecución a Giralte.

Archivo de la Catedral de Toledo, Archivo del Obispo de Plasencia.

(Tomo V, p.260-264)