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Jerónimo Antonio Gil
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Especialidad grabador en hueco y de láminas
Fallecimiento 1798 Méjico [Méjico, América]
Cronología XVIII
Ciudad de trabajo Madrid, Méjico D. F.
Ubicación en el diccionario Tomo 2, Página 187, Letra Letra G, Grupo Grupo GI

Gil (don Jerónimo Antonio) grabador en hueco y de láminas. Nació en Zamora el año de 1732, y fue uno de los primeros discípulos de la real academia de San Fernando, la que viendo su aplicación y progresos, le concedió una pensión para seguir estudiando en Madrid, bajo la enseñanza de don Tomás Prieto. En 756 obtuvo el primer premio de la segunda clase en la pintura; y en 760 se opuso al de su profesión [ grabador ], e hizo ver a la academia que no había podido acabar sus troqueles por haber estado ocupado con los sellos reales para varios tribunales por la elevación al trono del señor don Carlos III.


En el mismo año copió a buril en láminas las medallas que su maestro don Tomás Prieto había grabado para los premios generales de la academia, y entonces este instituto le nombró académico de mérito en junta de 28 de octubre. No tardó Mucho tiempo en ser celebrado por sus obras, y particularmente por la medalla del Monte Pío de cosecheros de Málaga, que le proporcionó la plaza de grabador primero de la casa de la moneda de Méjico, donde estableció una escuela de diseño, el empleo de director de la academia de San Carlos de aquella ciudad, fundada a sus ruegos sobre la misma escuela, y el director general perpetuo de la propia academia, que desempeñó hasta el día 16 de abril de 1798 en que falleció.


Entre las muchas obras que había trabajado en aquel reino, son apreciables las medallas y monedas que grabó con motivo de la proclamación de Carlos IV: seis para el ayuntamiento de Méjico, una para su arzobispo, otra para el consulado y otra para el tribunal de la Minería: una para el obispo y cabildo de la catedral de Guadalajara, y las que le encargaron las ciudades de Querétaro, Oaxaca y Nueva Veracruz. Y lo son también otras dos [ medallas y monedas ] de la estatua ecuestre de S. M. [ Carlos IV ] que se colocó en la plaza de Méjico en 96.


No son menos dignas de elogio las otras medallas que había grabado antes [ medalla ] para el colegio de abogados de Madrid, Otras[ medalla ] para la orden real de damas de María Luisa, y para la citada [ medalla ] academia de San Carlos de Méjico. En todas hay corrección en el dibujo, conclusión y maestría, y manifiestan la inteligencia de su autor en el bajo relieve.


También merecen ser considerada entre las obras que honran a este laborioso profesor la copiosa colección de punzones y matrices de letras que trabajó para la Biblioteca Real, y consta de quince grados completos desde la más chica que se conoce en Europa, hasta la de mayor cuerpo, con otros de las orientales, y ascienden a 6,600 punzones y a 8,000 matrices, con lo que se estableció el obrador de función, que posee la imprenta real.


Hay estampas de su mano, como son el retrato de Carlos III con una figura alegórica, que le presenta las obras del venerable Palafox y otras [ estampas ] de devoción que tienen buen dibujo.

Actas de la academia de San Fernando y de San Carlos de Méjico.

(Tomo II, pp. 187-189)