Yáñez de la Almedina, Fernando.(Hernandiáñez)
| Especialidad | Pintor |
|---|---|
| Nacimiento | h. 1475 Almedina (Ciudad Real, Castilla la Mancha) |
| Fallecimiento | h. 1537 Almedina (Ciudad Real, Castilla la Mancha) |
| Cronología | XVI |
| Ciudad de trabajo | (Italia), Cuenca (Castilla la Mancha) |
| Ubicación en el diccionario | Tomo 6, Página 15, Letra Letra Y, Grupo Grupo YA |
| Referencia bibliográfica | *P. M.Ibáñez Martínez, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Fernando Yáñez de la Almedilla. Accesible en: http://dbe.rah.es/biografias/6143/fernando-yanez-de-la-almedina (consultado en 12/5/2021) |
Yáñez (Hernad, Hernando o Fernando) pintor. Pudo muy bien haber sido discípulo de Rafael de Urbino en Roma, Como Dice Palomino, aunque los escritores ultramontanos no hagan memoria de él, pues trabaja con gran crédito en España por los años de 1531, once después de haber muerto Rafael.
El protonotario, tesorero y canónigo de la santa iglesia de Cuenca don Gómez Carrillo de Albomoz, sujeto de un delicado gusto y conocimientos en las bellas artes, que había adquirido en Roma y en Bolonia, y restaurador de la célebre capilla de los Albornoces, llamada también de los Caballeros, que esta situada en aquella catedral, pues la adornó con alhajas y otras cosas de valor y de excelente gusto, dejó declarado en su testamento, otorgado en 23 de mayo del citado año de 1531, ante Francisco Ruiz, notario público apostólico lo siguiente: “Que tenia concertado el hacer las pinturas de los retablos de la Piedad y el mayor con Hernand Yañes, singular pintor, y lo demas con maestre Antonio, entallador; y que ninguna cosa haya de bulto (en la citada capilla) salvo la talla de lo romano, y que todo sea de pincel, pintado por mano de dicho señor pintor Hernad Yañes".
Como don Gómez vivió después hasta el año de 1536, consta del mismo testamento, añadido en esta fecha, que todo lo dejó rematado y concluido, sin que hubiese intervenido otra persona en ello. Por esto se debe creer que Hernand Yañez pintó las tablas del retablo mayor y las de la Piedad y de la adoración de los Reyes [ epifanía ], que están en sus altares en la misma capilla, pues aunque esta última pertenecía a don Luis Carrillo de Albornoz y a su mujer doña Inés Barrientos Manrique, consta también del testamento que orden satisfacerles de su hacienda lo que llevasen gastado. Las pinturas del retablo representan una crucifixión en el medio, un nacimiento del Señor [ Cristo ] en lo alto, un santo papa y otro santo obispo entre las pilastras: encima de estas en dos círculos dos figuras de medio cuerpo, que parecen profetas: en los pedestales de las pilastras dos martirios de santas, y en el banco del retablo, dividido en tres cuadros, san Pedro y san Pablo en el uno, los dos san Juanes [ san Juan ] Bautista y [ san Juan ] Evangelista en el otro, y en el tercero la resurrección del Señor [ Cristo ] con un retrato puesto de rodillas. En todas estas figuras hay expresión, nobleza de caracteres, corrección de dibujo, actitudes que mueven a devoción, buen colorido, y un estilo muy detenido, que corresponde al que se usaba en Italia. Pero aun son más dignas de elogio las [ pinturas ] de la Piedad y de la adoración de los Reyes [ epifanía ] por el gran carácter de dibujo que contienen, por su admirable composición y por otras excelentes cualidades que inducen a sospechar que Yáñez pudo mas bien haber sido discípulo de Leonardo da Vinci.
Mereced atención los dictados de singular pintor y de señor pintor que don Gómez da en su testamento a Hernand Yáñez, manifestando su gran mérito, y el respeto y consideración que le tenía; y siendo de un sujeto tan distinguido y de tan delicado gusto en las bellas artes, son el mayor elogio que se puede tributar a tan digno profesor.
Palomino dice que pinto el retablo mayor de la parroquia de Almedina en la Mancha, su patria, donde falleció el año de 1600 a los cincuenta de edad, lo que indubitablemente no puede ser, cuando sesenta y nueve años antes era un pintor proyecto, y muy acreditado como tenemos demostrado.
Archivo de la Capilla de los Albornoz en la Catedral de Cuenca, Palomino.
(Tomo VI, pp. 15-17)