Carducho, Bartolomé (Carducci, Bartolomeo)

De Diccionario Interactivo Ceán Bermúdez
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Carducho, Bartolomé (Carducci, Bartolomeo)
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Especialidad Pintor
Nacimiento h. 1559 Florencia (Italia)
Fallecimiento 1608 El Pardo (Madrid)
Cronología XVI-XVII
Ciudad de trabajo Madrid, El Escorial (Comunidad de Madrid), Valladolid, Segovia, Burgos (Castilla y León), Roma (Italia)
Ubicación en el diccionario Tomo 1, Página 239, Letra Letra C, Grupo Grupo CA
Referencia bibliográfica *M. Moralejo Ortega, "Real Academia de la Historia, DB-e", en Bartolomeo Carducci. Accesible en: http://dbe.rah.es/biografias/17024/bartolomeo-carducci (consultado en 28/05/2021)


Carducho ó Carducci (Bartolomé) pintor, escultor y arquitecto. Nació en Florencia en el año de 1560 donde se aplicó a la escultura y arquitectura con el maestro Bartolomé Ammanati, trabajando en estuco las obras que se ejecutaban de orden del Gran Duque. Se dedicó después en Roma a la pintura bajo la dirección de Federico Zuccaro, sirviendo a los Papas Gregorio XIII y Sixto V, y le ayudó en la gran cúpula de Florencia.

Vino a España con este maestro en 585 para pintar el monasterio de San Lorenzo; y conociendo Felipe II la habilidad de Carducho y lo útil que podría ser para el desempeño de las obras que proyectaba, le señaló 50,000 maravedíes de salario al año, pagadas además las que trabajase, por real cédula fecha a 8 de agosto de 88. Reconocido a este favor no volvió a Italia con Zuccaro, ni quiso pasar a Francia donde le llamaba Enrique IV con mayores ventajas: entonces pintó en el Escorial las obras que diré adelante, y se pensó en otras de mayor entidad para las aulas del colegio que no tuvieron efecto por la muerte del rey, aunque ejecutó los diseños y cartones. Y en 595 pintó con su discípulo Francisco López los lienzos del retablo mayor de San Felipe el real [ convento de San Felipe el Real de padres agustinos calzados en la calle Mayor ] de Madrid, que ya no existen.

Felipe III le trató con la misma estimación que su padre, y le llevó con la corte a Valladolid el año de 601. Pintó allí varias obras; al fresco los cuatro Evangelistas [ san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan ] de las pechinas de la capilla mayor de la parroquia de San Andrés, y en la fachada el sepulcro de Cristo, san Pedro, san Pablo, san Andrés y Santiago. Volvió con la corte a Madrid en 1606, y a poco tiempo después dispuso el rey pintar el palacio del Pardo, en lo que se ocuparon los mejores profesores que había en el reino. Toco pintar á Carducho la galería de medio día del cuarto del rey: Hizo la traza y los estucos de la bóveda; y quando todo estaba dispuesto para representar en ella las hazañas de Carlos V, falleció en aquel sitio el año de 608 con general sentimiento de todos los artistas. S. M. concedió a doña Jerónima Capello su viuda en 16 de junio de 612 30,000 maravedíes en cada uno de los ocho años siguientes, teniendo en consideración que su marido había dejado las comodidades de su casa en Roma por venir sin sueldo alguno al servicio del rey su padre, a instancias del embajador conde de Olivares; y a que había trabajado para S. M. veintitrés años en San Lorenzo, Segovia, Valsiain, Alcázar de Madrid y palacio del Pardo con muy corto sueldo y pagas moderadas; atendiendo a la suma pobreza con que habían quedado doña Jerónima con cuatro hijas. Y en 3 de julio de 617 mandó el rey pagarla quinientos ducados a cuenta de mayor cantidad que solicitaba, de lo que se quedó debiendo a su marido por lo que había trabajado en el Pardo, sobre lo que se seguía pleito, como se refiere en el artículo, Holfelin de Poultiers (Pedro l). Habiendo fallecido su viuda mandó el rey que sus dos hijas Luisa y Mariana disfrutasen la pensión hasta que se finalizasen los ocho años, y como hubiese muerto Mariana, los obtuvo Luisa hasta el citado plazo.

Pocos pintores vinieron de Italia que hayan sido tan útiles a las bellas artes españolas como Carducho, no tanto por las obras que pintó en el reino, cuanto por haber dejado una escuela de las mejores máximas en sus discípulos, y particularmente en su hermano Vicente, que fue después maestro de buenos profesores. La exactitud del diseño, la inteligencia y estudio del antiguo, la nobleza de caracteres, las bellas y grandiosas formas, el decoro y gravedad en la composición, el acorde del colorido, y la expresión del ánimo fueron las lecciones que les dejó estampadas en sus obras.

La prudencia y el desinterés eran sus peculiares virtudes: con la prudencia templaba la envidia de sus discípulos y los animaba a mayores progresos. Celebrando un día el cuadro que otro pintor había hecho, le dijo uno de sus discípulos: “¿No ve vuestra merced este pie tan mal dibujado y fuera de su lugar? No le había visto, respondió, porque estas manos y este pecho me le encubrían con su excelencia y dificultad”. ¡Que buena lección para los que no ven ni buscan en las obras ajenas más que defectos! Y con el desinterés les hacía ver, que a no estar casado, no pensara en el premio de sus pinturas, pues jamás trabajó en proporción del que le habían de dar, sino buscando la perfección y su buen nombre. Sucedió muchas veces haber acabado sus cuadros a satisfacción de los dueños y facultativos, y haberlos pintado de nuevo por no llenar sus ideas. En otras le decía su hermano, que le parecía tan poco lo que había adelantado con los retoques, que no equivalía al tiempo que había consumid; y le respondía, que el adelantamiento consistía en unos puntos tan difíciles y superiores, que solamente los podían conocer los inteligentes, que son los que dan opinión. No pensando así, ni yendo por ese camino, no se puede llegar a la perfección, ni conseguir que el nombre del artista pase a la posteridad. Las obras que se conocen en España de su mano son las siguientes.

ESCORIAL.

Monasterio de San Lorenzo.

-Al fresco las historias que están entre la cornisa y los estantes de la librería, cuyos asuntos tienen relación con el arte o profesión que pintó en el techo Peregrino Tibaldi; y son las que siguen:

En el testero debajo de la Filosofía representó la escuela de Atenas con dos cátedras, una de los estoicos, en que está Zenón su fundador, y otra de los académicos, en la que se ve al prudente Sócrates maestro de ella.

A los lados debajo de la Gramática está la torre de Babilonia y la confusión de las lenguas a un lado; y del otro el primer seminario y colegio de gramática, que se cree haya habido, en el que por mandado de Nabuconodosor se juntaron muchos jóvenes de su reino y de los israelitas cautivos para estudiar la lengua caldea, y Daniel entre ellos.

Debajo de la Retórica se representa la libertad que alcanzó Cicerón de Cayo Rabino, acusado y casi condenado por Tito Labieno de Perduelio por la muerte que había dado a Saturnino; y Hércules, de cuya boca salen cadenas de oro y plata que atraen a las gentes, para manifestar la fuerza de la elocuencia.

En la DialécticaZenón Eleates, a quien Aristóteles hizo inventor de ese arte, señalando a sus discípulos dos puertas, en una esta escrito Veritas, y en la otra Falsitas; y san Ambrosio y san Agustín disputando y santa Mónica orando.

En la Aritmética está Salomón mancebo y ricamente vestido, sentado a una mesa descifrando enigmas que le propone la reina Sabá [ de Saba ]; y los filósofos gimnosofistas, que señalando números sobre la arena, pretenden averiguar las cualidades del alma, siguiendo el sistema de Pitágoras.

Debajo de la música está David tañendo el arpa delante de Saul; y Orfeo, que con la lira adormece el can Cerbero, y saca a Eurídice su mujer del infierno.

En la Geometría se ven sacerdotes egipcios dividiendo sus tierras después de la inundación del Nilo con demostraciones geométricas; y Arquímedes divertido en sus especulaciones, mientras los romanos saquean Siracusa, en donde le mataron.

San Dionisio Areopagita está con otros en la Astronomía, observando el eclipse de sol que hubo en la muerte del Salvador; y el retroceso de ese astro en el reloj de Achat, señal que dio Ecequías enfermo para el recobro de la salud.

Y últimamente debajo de la Teología, que está en el testero opuesto al de la Filosofía, se presenta el concilio de Nicea presidido por nuestro Osio obispo de Córdoba, y el emperador Constantino en sitio separado de los prelados, quemando alguna de las acusaciones que le dieron contra alguno de los obispos; y se manifiesta también la condenación de Arrio, derrocado de su asiento y con tal semblante, que da a conocer la obstinada rabia de verse vencido.

-Pintó al óleo varios santos y santas en las puertas de los relicarios altos, que están encima de los altares colaterales; y ocho cuadros medianos con pasajes de la vida de san Lorenzo en los ángulos de uno de claustros pequeños del convento.

MADRID

San Felipe el Real [ Convento de San Felipe el Real de padres agustinos calzados en la calle Mayor ]

-El descendimiento de la Cruz en la capilla de santa Rita.

San Jerónimo [ Monasterio de San Jerónimo el Real de padres jerónimos, en el Prado ]

-El cuadro de la impresión de las llagas en la capilla de san Francisco.

El Buen Retiro

-La [ última ] cena [ de Cristo ] del Señor en el Palacio.

SEGOVIA

El ALcázar

-En el altar de la capilla la adoración de los Reyes [ epifanía ], y el Padre eterno en el ático del retablo.

VALLADOLID

Franciscanos descalzos

-La anunciación de [ la Virgen ] nuestra Señora, y la impresión de las llagas de san Francisco en los colaterales de la iglesia; y un san Jerónimo en el claustro.

San Agustín.

-El bautismo de Cristo en otro colateral.

MIRAFLORES

Cartuja

-La crucifixión del [ Cristo ] Señoren un ángulo del claustro.


Junta de Obras y Bosques, Padre Sigüenza, Butrón, Carducho, Pacheco; Palomino, Baldin, Ponz.

(Tomo I, pp.239-245)

Consulta <Carducho, Bartolomé (Carducci, Bartolomeo)> en el libro

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Obras actualmente documentadas

Obra Técnica Cronología Localización actual Imagen
(última) cena (de Cristo) del Señor - Carducho ó Carducci, Bartolomé Óleo sobre lienzo 1605 Museo del Prado
La Última Cena.jpg
Descendimiento de la Cruz - Carducho ó Carducci, Bartolomé Óleo sobre lienzo 1595 Museo del Prado
El Descendimiento.jpg

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