Diferencia entre revisiones de «Traverse, Carlos Francisco de la»

De Diccionario Interactivo Ceán Bermúdez
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'''Traverse''' (don Carlos Francisco de la) pintor. Nació en Paris, donde tuvo por maestro al célebre Francisco Boucher. Siendo de corta edad obtuvo en la real academia el llamado [[gran_premio|''gran premio'']], que según el reglamento suponía el goce de una pensión por tres años para estudiar en Roma. Los progresos de la Traverse en esta capital merecieron la atención de rey de Francia y de varios personajes de su corte con repetidas ayudas de costa y con la prorroga de otros tres años, atendiendo a los pocos de su edad y a las grandes disposiciones que tenía sobre los demás condiscípulos.
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'''Traverse''' (don Carlos Francisco de la) pintor. Nació en Paris, donde tuvo por maestro al célebre Francisco Boucher. Siendo de corta edad obtuvo en la real academia el llamado [[gran_premio_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''gran premio'']], que según el reglamento suponía el goce de una pensión por tres años para estudiar en Roma. Los progresos de la Traverse en esta capital merecieron la atención de rey de Francia y de varios personajes de su corte con repetidas ayudas de costa y con la prorroga de otros tres años, atendiendo a los pocos de su edad y a las grandes disposiciones que tenía sobre los demás condiscípulos.
  
  
  
Concluido este tiempo, y deseoso de analizar los [[monumentos_antiguos|''monumentos antiguos'']] de las bellas artes recientemente hallados en el Herculano, pasó a Nápoles, donde encendido su entusiasmo, sacó todo el partido que su viveza, talento y erudición le prestaron en el estudio de aquellas ruinas, encantado con aquel país, que solía llamar de los deliciosos horrores poéticos. El marques de Osun, que se hallaba allí de embajador de la corte de París, supo apreciar y distinguir su mérito, llevándole a su palacio y tratándole con distinción.
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Concluido este tiempo, y deseoso de analizar los [[monumentos_antiguos_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''monumentos antiguos'']] de las bellas artes recientemente hallados en el Herculano, pasó a Nápoles, donde encendido su entusiasmo, sacó todo el partido que su viveza, talento y erudición le prestaron en el estudio de aquellas ruinas, encantado con aquel país, que solía llamar de los deliciosos horrores poéticos. El marques de Osun, que se hallaba allí de embajador de la corte de París, supo apreciar y distinguir su mérito, llevándole a su palacio y tratándole con distinción.
  
  
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Al fin, sexagenario y achacoso se retiró a su patria y a poco tiempo falleció el año de 1778. Dejó en Madrid muy pocas [[obras_de_gran_tamaño|''obras de gran tamaño'']], pero muchas [[obras__pequeñas_y_de_gabinete|''[ obras ] pequeñas y de gabinete'']], con que acostumbraba a obsequiar a sus amigos; y sobre todo dejó a don Luis Paret su discípulo, bien instruido con su enseñanza, quien dio honor con ella al maestro y a la nación.
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Al fin, sexagenario y achacoso se retiró a su patria y a poco tiempo falleció el año de 1778. Dejó en Madrid muy pocas [[obras_de_gran_tamaño_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''obras de gran tamaño'']], pero muchas [[obras__pequeñas_y_de_gabinete_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''[ obras ] pequeñas y de gabinete'']], con que acostumbraba a obsequiar a sus amigos; y sobre todo dejó a don Luis Paret su discípulo, bien instruido con su enseñanza, quien dio honor con ella al maestro y a la nación.
  
  
  
Fue muy familiar a la Traverse la pintura en todos sus modos y diferencias: de manera que se duda por las pruebas que hay de su mano al [[óleo|''óleo'']], al [[temple|''temple'']] y en [[miniatura|''miniatura'']], en la [[historia|''historia'']], en los [[retratos|''retratos'']], en las [[flores__floreros|''flores [ floreros ]'']] y en los [[países__paisajes|''países [ paisajes ]'']] en que género fuese mejor. Tenía gran fecundidad para la invención y mucha erudición para componer un cuadro. Participaba algún tanto de la grandiosidad de los Caracis en sus contornos, aunque algo exagerados: entendía perfectamente la óptica y era escrupuloso en la perspectiva: adoptaba el colorido flamenco, que celebraba con entusiasmo, sujetándose a las leyes de la armonía; y en fin supo vencer las dificultades del arte, tanto con su estudio, cuanto con aquel don particular que no se concede a todos los que se llaman pintores.
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Fue muy familiar a la Traverse la pintura en todos sus modos y diferencias: de manera que se duda por las pruebas que hay de su mano al [[óleo_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''óleo'']], al [[temple_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''temple'']] y en [[miniatura_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''miniatura'']], en la [[historia_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''historia'']], en los [[retratos_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''retratos'']], en las [[flores__floreros__-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''flores [ floreros ]'']] y en los [[países__paisajes__-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''países [ paisajes ]'']] en que género fuese mejor. Tenía gran fecundidad para la invención y mucha erudición para componer un cuadro. Participaba algún tanto de la grandiosidad de los Caracis en sus contornos, aunque algo exagerados: entendía perfectamente la óptica y era escrupuloso en la perspectiva: adoptaba el colorido flamenco, que celebraba con entusiasmo, sujetándose a las leyes de la armonía; y en fin supo vencer las dificultades del arte, tanto con su estudio, cuanto con aquel don particular que no se concede a todos los que se llaman pintores.
  
  
  
Don Manuel Salvador Carmona grabó una pequeña [[estampa|''estampa'']] por un dibujo de Traverse, que representa una [[alegoría_al_nacimiento__de_Carlos_Clemente__del_primer_infante|''alegoría al nacimiento [ de Carlos Clemente ] del primer infante'']] que tuvieron nuestros soberanos [ Carlos IV y María Luisa de Parma ], cuya composición manifiesta el gusto, inteligencia y erudición de este profesor.
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Don Manuel Salvador Carmona grabó una pequeña [[estampa_-_Traverse,_Carlos_Francisco_de_la|''estampa'']] por un dibujo de Traverse, que representa una [[3N7HM6T411BTI1Z|''alegoría al nacimiento [ de Carlos Clemente ] del primer infante'']] que tuvieron nuestros soberanos [ Carlos IV y María Luisa de Parma ], cuya composición manifiesta el gusto, inteligencia y erudición de este profesor.
  
 
''Noticias de Madrid.''
 
''Noticias de Madrid.''

Revisión del 20:10 19 ene 2021

Carlos Francisco de la Traverse
normal
Especialidad pintor
Fallecimiento 1778 [París] Francia
Ciudad de trabajo [[Especial:Browse/:Madrid; Roma [Italia]|Madrid; Roma [Italia]]] La propiedad «Ciudad de trabajo» (como tipo de página) con el valor de entrada «Madrid; Roma [Italia» contiene caracteres inválidos o está incompleto, por lo que puede causar resultados inesperados durante una consulta o proceso de anotación.
Ubicación en el diccionario Tomo 5, Página 74, Letra T, Grupo TR

(Actualizado 29/9/2007) -----


Traverse ( Charles François de la) Dibujante y pintor francés nacido en París en 1726 alumno de Boucher, en 1748 fue clasificado entre los seis alumnos protegidos, al ganar el segundo premio de Roma, lo que le permitió vivir en esa ciudad de 1749 a 1755. Trabajó como secretario para el marqués de Ossun, embajador de Francia en Nápoles y cuando Carlos III, rey de Nápoles, se convirtió en rey de España (1759), fue trasladado junto con el embajador a Madrid, donde permaneció 15 años. Fue maestro y amigo de Paret y Alcázar. Falleció en París en 1780.


Web Fundación Museo Lázaro Galdiano: [ [François de la Traverse.] ]




(Original antes de actualización de 29/9/2007) -----


Traverse (don Carlos Francisco de la) pintor. Nació en Paris, donde tuvo por maestro al célebre Francisco Boucher. Siendo de corta edad obtuvo en la real academia el llamado gran premio, que según el reglamento suponía el goce de una pensión por tres años para estudiar en Roma. Los progresos de la Traverse en esta capital merecieron la atención de rey de Francia y de varios personajes de su corte con repetidas ayudas de costa y con la prorroga de otros tres años, atendiendo a los pocos de su edad y a las grandes disposiciones que tenía sobre los demás condiscípulos.


Concluido este tiempo, y deseoso de analizar los monumentos antiguos de las bellas artes recientemente hallados en el Herculano, pasó a Nápoles, donde encendido su entusiasmo, sacó todo el partido que su viveza, talento y erudición le prestaron en el estudio de aquellas ruinas, encantado con aquel país, que solía llamar de los deliciosos horrores poéticos. El marques de Osun, que se hallaba allí de embajador de la corte de París, supo apreciar y distinguir su mérito, llevándole a su palacio y tratándole con distinción.


Pero habiendo tenido orden este ministro para trasladarse a Madrid con el mismo destino, no quiso permitir a la Traverse que se quedase en París, y le nombró su primer gentilhombre, confiándole los asuntos diplomáticos, que con su talento y prudencia sabía despachar, y ofreciéndole para que Carlos III le ocupase en su servicio, lo que no llegó a tener efecto por los tiros y asechanzas que le armó la emulación, de modo que se vio precisado a vivir en esta corte filosóficamente, retirado entre sus amigos, que no eran pocos y de la primera jerarquía, y esperando el fin de la embajada del marqués, que por su desgracia se hizo muy dilatada, para volver a París, donde hallaría más protección.


Al fin, sexagenario y achacoso se retiró a su patria y a poco tiempo falleció el año de 1778. Dejó en Madrid muy pocas obras de gran tamaño, pero muchas [ obras ] pequeñas y de gabinete, con que acostumbraba a obsequiar a sus amigos; y sobre todo dejó a don Luis Paret su discípulo, bien instruido con su enseñanza, quien dio honor con ella al maestro y a la nación.


Fue muy familiar a la Traverse la pintura en todos sus modos y diferencias: de manera que se duda por las pruebas que hay de su mano al óleo, al temple y en miniatura, en la historia, en los retratos, en las flores [ floreros ] y en los países [ paisajes ] en que género fuese mejor. Tenía gran fecundidad para la invención y mucha erudición para componer un cuadro. Participaba algún tanto de la grandiosidad de los Caracis en sus contornos, aunque algo exagerados: entendía perfectamente la óptica y era escrupuloso en la perspectiva: adoptaba el colorido flamenco, que celebraba con entusiasmo, sujetándose a las leyes de la armonía; y en fin supo vencer las dificultades del arte, tanto con su estudio, cuanto con aquel don particular que no se concede a todos los que se llaman pintores.


Don Manuel Salvador Carmona grabó una pequeña estampa por un dibujo de Traverse, que representa una alegoría al nacimiento [ de Carlos Clemente ] del primer infante que tuvieron nuestros soberanos [ Carlos IV y María Luisa de Parma ], cuya composición manifiesta el gusto, inteligencia y erudición de este profesor.

Noticias de Madrid.

(Tomo V, pp.74-77)