Diferencia entre revisiones de «Preciado de la Vega, Francisco»
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}}'''Preciado de la Vega''' (don Francisco) pintor, o Paraiso Tebano entre los Arcades de Roma. Todos conviene que nació en Sevilla; pero yo he visto una carta suya escrita en Roma el año de 1778 a don Manuel de Villavicencio, vecino de Écija, contestándole a un encargo que le hacía de que pintase un cuadro de la [[aparición_de_san_Pablo|''aparición de san Pablo'']] patrono de aquella ciudad, a Antón de Arjona, y le decía: “que por acaso había nacido en Écija en la calle de Merinos collación de santa Cruz”. Se crió en Sevilla, donde hay parientes suyos, y fue discípulo en pintura de Domingo Martínez, después de haber estudiado gramática, filosofía, y estar ordenado de prima tonsura. | }}'''Preciado de la Vega''' (don Francisco) pintor, o Paraiso Tebano entre los Arcades de Roma. Todos conviene que nació en Sevilla; pero yo he visto una carta suya escrita en Roma el año de 1778 a don Manuel de Villavicencio, vecino de Écija, contestándole a un encargo que le hacía de que pintase un cuadro de la [[aparición_de_san_Pablo|''aparición de san Pablo'']] patrono de aquella ciudad, a Antón de Arjona, y le decía: “que por acaso había nacido en Écija en la calle de Merinos collación de santa Cruz”. Se crió en Sevilla, donde hay parientes suyos, y fue discípulo en pintura de Domingo Martínez, después de haber estudiado gramática, filosofía, y estar ordenado de prima tonsura. | ||
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Revisión del 16:40 15 jul 2020
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Alias | Paraiso Tebano |
Fallecimiento | 1789 Roma [Italia] |
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Ubicación en el diccionario | Tomo 4, Página 121, Letra [[Letra::P]], Grupo PR |
Preciado de la Vega (don Francisco) pintor, o Paraiso Tebano entre los Arcades de Roma. Todos conviene que nació en Sevilla; pero yo he visto una carta suya escrita en Roma el año de 1778 a don Manuel de Villavicencio, vecino de Écija, contestándole a un encargo que le hacía de que pintase un cuadro de la aparición de san Pablo patrono de aquella ciudad, a Antón de Arjona, y le decía: “que por acaso había nacido en Écija en la calle de Merinos collación de santa Cruz”. Se crió en Sevilla, donde hay parientes suyos, y fue discípulo en pintura de Domingo Martínez, después de haber estudiado gramática, filosofía, y estar ordenado de prima tonsura.
Ya dijimos en el artículo de don Felipe de Castro, que se embarcó Preciado con él en Cádiz para Roma el año de 1733: le animaron a emprender este viaje las persuasiones de don Francisco Vieira, pintor de cámara del rey de Portugal, que acababa de llegar de aquella capital a Sevilla el deseo de conseguir alguna renta eclesiástica y adelantar en su profesión.
Establecido en Roma siguió sus estudios bajo la dirección de Sebastián Conca, pintor muy acreditado [ Matrimonio entre Alejandro y Roxana ]. Estuvo siete años manteniéndose a sus expensas hasta que Felipe V le concedió una pensión de 500 ducados el año de 40, enterado de su aplicación, de los progresos que hacía y de haber obtenido el primer premio el año anterior en la academia de San Lucas. Con este auxilio dobló su aplicación y envió frecuentes pruebas [ alegoría de la Paz, Santiago en Gloria, ] de sus progresos al ministerio de Estado y repetidas cartas sobre la necesidad de establecer en Madrid una academia de las tres nobles artes, que contribuyeron también al establecimiento de la de San Fernando, y este instituto le compensó sus buenos oficios, nombrándole su individuo de mérito en 1753, y en 58 director de los pensionados que enviaba a Roma con el sueldo anual de 600 ducados.
Condecorado con este encargo era estimado como uno de los primeros profesores de aquella corte. La academia de San Lucas le eligió su secretario en 62, que desempeñó hasta 66, en el que fue ascendido a la plaza de príncipe de aquel cuerpo. Concluido el tiempo de su gobierno en 70, volvió a ser su secretario en 77. Fue príncipe segunda vez por tres años y fue nombrado consiliario en 8; y por último secretario, en cuyo empleo falleció el día 10 de julio de 1789. Fue enterrado en la iglesia de Santa Susana, en el que le levantó una memoria sepulcral el excelentísimo señor don Antonio Despuig, entonces auditor de Rota en aquella capital.
Es admirable el celo y el amor con que desempeñó estos empleos, particularmente el de director de pensionados. El libro que escribió Aradia pictórica, impreso en Madrid el año de 1789, que comprende los preceptos del arte de la pintura, comprobados con ejemplos de las obras de la antigüedad y de Italia, manifiesta su gran instrucción, lectura y conocimientos en la materia. Y aunque no fue igual en la práctica, pues en sus pinturas no se hallan los grandiosos caracteres ni las formas redondas, no carecen de la corrección del dibujo, tienen agraciado colorido, según la manera de su tiempo [ Sagrada Familia con Santa Ana y san Juanito, ].
Fue pintor de cámara del Rey de España; y además de las academias de San Lucas de Roma y de San Fernando de Madrid, sintieron su muerte la Clementina de Bolonia, la de San Carlos de Valencia y la de los Arcades de Roma, de la que era individuo, y a las que fomentó con su instrucción, particularmente a la última con sus composiciones poéticas. De su genio y habilidad en este arte remitió pruebas a la de San Fernando para sus funciones de distribución de premios.
Son muy pocas las obras públicas que se conocen de su mano en España. Se celebra el cuadro grande del altar mayor del oratorio de San Felipe Neri de Cuenca en el que representó a la beatísima [ santísima ] Trinidad: otro historiado del venerable Contreras con unos niños cautivos, colocado en la sacristía de los cálices de la catedral de Sevilla, y en la academia de San Fernando [ enla calle de Alcalá ] Judas entregando unos brazaletes entregando unos brazaletes a Tamar, de tres cuartas de alto: la alegoría de la Paz de tres varas: su boceto [ alegoría de la Paz ]: otro que representa a Jept con su hija; y dos academias que figuran a Vulcano, un río y algún otro.
Se casó con doña Catalina Querubín el año de 750, la que por su habilidad en la miniatura mereció una pensión del rey de España y ser académica de mérito de la de San Fernando, que conserva el cuadro que la remitió el de 61.
Actas de la Academia de San Fernando.
(Tomo IV, pp.121-124)