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Granello, Nicolosio
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Especialidad Pintor
Nacimiento h.1550 Génova (Italia)
Fallecimiento 1593 El Escorial (Madrid)
Cronología XVI
Ciudad de trabajo Madrid, El Escorial (Comunidad de Madrid)
Ubicación en el diccionario Tomo 2, Página 227, Letra Letra G, Grupo Grupo GR
Referencia bibliográfica *A. Pérez de Tudela, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Nicolosio Granello. Accesible en: https://dbe.rah.es/biografias/100859/nicolosio-granello (consultado en 24/11/2021)


Granello (Nicolao) pintor y el hijo mayor de Juan Bautista Castello el Bergamasco y de Margarita Castello. Fue discípulo de su padre y le ayudó en la obra que pintó en la torre nueva del Alcázar de Madrid, ganando solos cinco reales diarios. Por la muerte del padre, acaecida en 1569, se le aumentó el salario hasta quince ducados al mes, mandándole trabajar con otros artistas en aquella obra que había quedado por acabar y con la obligación de mantener a su hermano Fabricio Castello, y Felipe II le nombró su pintor en 1.° de abril de 571. Más adelante viendo que Fabricio trabajaba con acierto y que era acreedor a algún sueldo, representó Nicolao, exponiendo que no podía mantenerse con los quince ducados, y mas teniendo consigo a su hermano; y el rey por real orden de 19 de octubre de 577 le señaló veinte como a los demás pintores, sin obligación de mantener a Fabricio.

Ajustaron Granelo y Francisco de Urbino, mozo de gran habilidad, con el padre prior del monasterio del Escorial pintar al fresco la bóveda del zaguán o pieza que medía entre las dos salas de capítulo en ochocientos ducados, y se cree que esta haya sido la primera obra que pintó Nicolao en aquel monasterio. Mandó el rey en 13 de diciembre de 584 que Granelo y su hermano Fabricio, Lázaro Tabaron y Horacio Cambiaso pintasen en la sala llamada de las batallas la [ batalla ] de la Higueruela en los términos que diremos después, como lo ejecutaron a satisfacción de S. M.; y en 587 que pintasen también en la misma sala la batalla de san Quintín, que igualmente efectuaron; pero no Horacio Cambiaso, que ya se habla vuelto a su tierra, como se dice en su artículo.

Sin embargo de haber visto estas pinturas muchas veces y muy despacio, no queremos describirlas, sino copiar lo que dice de ellas el padre Sigüenza, por la gracia y conocimiento con que lo refiere. Los hijos del Bergamasco (dice el padre Sigüenza) pintaron al fresco los grutescos (I) de los techos y paredes de la cornisa arriba de estos capítulos y de la pieza que medía entre ellos, llamada antecapítulos o zaguán, en el que hay profetas, ángeles y otras figuras. Estas pinturas representan lo que se sabe representan regularmente los grutescos, que son varios animales, aves extrañas, paños de diversos colores colgados, tendídos unos, plegados otros y pedazos de arquitectura, frontispicios, cornisas, cimborrios sustentados sobre palillos y otras cien monerías, figuras de ángeles en unos, de virtudes en otros, medallas: todo con vivos colores que alegra y entretiene mucho...

En el paño de la pared (habla de la sala de batallas) que arrima á la iglesia por el lado del norte, hay una larga y hermosa galería de veinte pies de ancho y ciento y noventa de largo, que toda está pintada por los lados, por los testeros y por la bóveda. En la pared del lado de la iglesia se fingen dos paños colgados de sus escarpias con cenefas y franjas al natural que parecen verdaderos, y en ellos está pintada la batalla que el rey don Juan el II dió á- los moros de Granada en la misma vega. Llámase de la Higueruela esta batalla, y algunos dicen que por los dineros que dieron los moros á don Álvaro de Luna, que era capitan general de la jornada, metidos en unos higos, y así cohechado, dió órden para que no tuviese efecto la victoria como se esperaba: otros atienen esto por patraña y afirman que por llamarse así el lugar donde fue la accion quedó con el nombre de Higueruela.

El motivo de pintarse aquí esta batalla fue que se halló en unas arcas viejas de una torre del Alcázar de Segovia un lienzo de ciento y treinta pies de largo, donde estaba pintada de claro-oscuro, y no tenia mal a gusto de pintura para aquel tiempo el que a la hizo. Mostráron el lienzo á Felipe II y contentóle, y mandó la pintáran en esta galería.

Es digno de ver la extraña diferencia y géneros de trages y hábitos, las varias formas de armaduras y armas, escudos, celadas, adargas, paveses, ballestas ó ballestones, lanzas, espadas, alfanges, cubiertas de caballos, banderas, pendones, divisas, trompetas y otras maneras de atabales y tambores, y tantas diferencias de jarcias en unos escuadrones y otros, y hacen extraña y admirable vista. En una parte se ve la gente de á pie puesta por hileras, en otra los de caballo en sus escuadrones concertados, unos marchando, en otra los unos y los otros revueltos en la lid, unos caidos, atropellados, heridos, muertos, revolcándose en su sangre, atravesados de las alanzas, caballos sueltos sin dueño, corriendo por el campo, otros desjarretados.

En una parte del paño se ve como sale el rey de su tienda con gran acompañamiento, puesto en órden de batalla. En otra ase halla dentro de ella rodeado de moros, hiriendo y matando: entre ellos don Álvaro de Luna con no menor acompañamiento que a el rey. En otro extremo se pinta el alcance que hace nuestra gente victoriosa y la derrota de los moros, matando y hiriendo en ellos, mezclados, y á la vuelta por entre las arboledas huertas y caserías , casi hasta los muros de Granada. Aparécense las moras subidas por las cuestas y por las torres, vestidas con sus hábitos cortos y almalafas.

Como aquí en la galería está colorido lo que en el lienzo original no es más que de aguadas de claro-oscuro, y las ropas, seda lienzos y almayzares y los sayetes y sobrevestes de las armas son de tan varios colores, y están tan al natural y tan bien imitados, todo hace una hermosísima vista. Crecieron también un poco mas las figuras de como están en el original y ansi se goza todo bien, y es de mucho entretenimiento considerar tantas maneras de pinturas, acciones y movimientos y afectos, tantos tropeles de gentes encontradas á pie y á caballo, unos á la brida, otros á la gineta, unos con arneses enteros y armas dobles, otros de más ligera armadura, otros medio armados y otros medio desnudos.

Al otro lado, enfrente y entre los macizos de las ventanas de la galería, que son ocho, está pintada también al fresco la toma de san Quintin y la batalla que había dado primero el duque Filiberto el día de san Lorenzo, cuando prendió al condestable de Francia. Aquí se diseña otro género de milicia harto diferente, donde no hay ballesta ni adarga, ni aun alfange, sino picas, cosoletes, arcabuces y fuego en todas partes, en la artillería, en la infantería, en los de á pie y en los de á caballo; con tantas diferencias de cañones mayores y menores, que no le bastó al hombre tanta suerte de enfermedades con que le combate la misma muerte que trae consigo y la guerra que se hacen unos á otros con las espadas y lazas que habían inventado para quitarse la vida, sino que forzaron los elementos para que viniesen á servir las guerras para con mayor crueldad y con mayor presteza destruir el linage humano, derribar y hacer cenizas sus obras.

En los dos testeros están otras dos jornadas que se hiciéron sobre la isla de la Tercera y los dichosos sucesos de la una y de la otra. Donde se ve también el modo de pelear en el agua y la forma viva de aquellos grandes vasos con que se anda en ella: galeones , galeazas, naos, urcas, filipotes, galeras tan bien imitadas que satisfacen la gana de verlas.

El techo ó la bóveda de esta galería está también labrada y ordenada con varios grutescos en estaque, donde hay mil diferencias de figuras y ficciones, encasamentos y templetes, nichos, pedestales, hombres, mugeres, monstruos, niños, aves, cabellos, frutas y flores, paños y colgantes con otras cien bizarrías......

Pintaron (también) al fresco las bóvedas y paredes de la cornisa arriba de la sacristía o y su zaguan o antesacristía, todo de grutesco y por el gusto con que pintáron los capítulos y sala de batallas. En el quadro que se finge abierto en el techo de la antesacristía hay una bella figura de aquel mancebo que baxa con toalla y fuente para dar agua á manos de los sacerdotes que se lavan en aquesta pieza.

Concluidas estas obras pasaron Nicolao y su hermano Fabricio a Alba de Tormes, en cuyo palacio pintaron al fresco en la armería tres batallas, de que fue general el gran duque de Alba don Fernando, Álvarez de Toledo, y en una de ellas se representa la prisión del duque Mauricio de Sajonia.

Seria muy laudable y conveniente que se grabasen todas estas obras, respecto de que se vuelven a usar en España estos adornos, y para que los extranjeros supiesen que no nos eran nuevos ni desconocidos. Los pintores de este género sacarían de sus estampas mucha utilidad, como se ha sacado de las que representan los grutescos del palacio de Tito, publicadas en Roma el año de 1751 en el libro intitulado, Picturae antiquae, de las de Pedro de Sancti Bartoli y de otros modernos grabadores de las loggias del Vaticano, de los adornos de Campidoglio y del palacio del duque Mathei.

Falleció Granelo en Madrid el año de1593 y el rey concedió en 23 de enero de 94 a Jerónima de la Parra su viuda 3oo ducados en dos años, mitad en cada uno para poder criar cuatro hijos que le quedaron.

(I) Esta voz trae su origen de las pinturas que se descubrieron en tiempo de León X en las excavaciones que se hacían en Roma en San Pedro ad vincula entre las ruinas del palacio de Tito; y por estar pintadas en las grutas se llamaron grutescos o grotescos los adornos que representaban. Juan de Udine discípulo adelantado de Rafael de Urbano, fue con su maestro un día a verlas y volvieron admirados de la gracia, delicadeza y buen gusto con que estaban pensados los asuntos; como también de la frescura y brillantez de los colores después de más de mil años de pintadas.

Udine, que por ser sumamente aficionado a la caza pintaba con mucha propiedad los animales y las cosas del campo. y que además era muy ingenioso, se empeñó en imitar aquellos grutescos, no solo en su representación, si no en la hermosura del colorido; pero no lo pudo conseguir hasta que con mármol molido, cernido y mezclado con cal y trementina blanca logró también imitar el estuco sobre que estaban pintados.

No se alegró poco Rafael de que su discípulo hubiese vencido esta dificultad, y sobre esta preparación, que endurecida parece mármol, pintaron los dos y algunos otros discípulos en las loggias o galerías del Vaticanoaquellos primorosos caprichos, tan celebrados de los inteligentes, como ya conocidos de todos por sus estampas.

En el artículo Julio, hermano de Alejandro, que fueron los que trajeron a España este genero de pintura, diremos como se difundió en Italia y España.


Junta de Obras y Bosques,- Padre Sigüenza, Carducho, Padre Orlando, Palomino, Ponz.

(Tomo II, pp. 227-234)

Consulta <Granello, Nicolao> en el libro

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(batalla) de la Higueruela - Granello, Nicolao Fresco. 1585-1589. Real monasterio de San Lorenzo, Sala de Batallas.
 
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