Barroso, Miguel
Especialidad | pintor |
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Cronología | XVI |
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Ubicación en el diccionario | Tomo 1, Página 93, Letra B, Grupo BA |
Barroso (Miguel) pintor nacido en Consuegra el año de 1538 y fue discípulo de Becerra en Madrid. Todos conocen por sus obras cuales fueron sus progresos. Despues de la muerte del maestro se retiró a su patria a perfeccionarse en la pintura con el estudio de la naturaleza, y en otras artes que poseía. Estando allí fue llamado a Toledo el año de 1585 para tasar con Hernando de Ávila las pinturas que Luis de Velasco había hecho para el claustro de aquella catedral; y entonces pintó un cuadro para el colateral del lado del evangelio en la iglesia del hospital de San Juan Bautista. Felipe II le nombró su pintor en 15 de noviembre de 1589 con el sueldo de cien ducados anuales, pagadas además sus obras, en atención (dice la cédula) a su mérito y experimentada habilidad.
Pero lo que mas le distingue es haberle elegido aquel soberano para pintar uno de los ángulos del claustro de los evangelistas en el monasterio del Escorial en competencia de Luis de Carvajal, de Rómulo Cincinato y de Peregrino Tibaldi. En efecto desempeñó el que está cerca de la portería, representando en dos oratorios con puertas, la ascensión del Señor [ Cristo ]en el primero, y la venida del Espíritu santo en el segundo: los mismos asuntos se repiten por de fuera en las puertas cerradas; pero abiertas figuran en la espalda otros misterios anexos a los anteriores: tales son las apariciones de Jesucristo a sus discípulos antes de subir a los cielos; y las descensiones del Espíritu santo en la predicación de san Pedro y en la imposición de las manos por los apóstoles a varios creyentes: estos últimos también están pintados al fresco en las paredes de los lados, para que se gocen cuando las puertas están cerradas.
En estas obras se ve la inteligencia de este profesor, la buena composición y exacto dibujo, aunque les falte fuerza y valentía en el claro oscuro. Falleció en el Escorial el día 29 de septiembre de 1590, y en este mismo día mandó Felipe II dar 100 ducados a su viuda doña María de Villaescusa para que se volviese a su casa. No fue la pintura su único estudio. El cuadro del Espíritu santo, de que hemos hablado, manifiesta cuan bien entendía la arquitectura y la perspectiva. Poseía la música, las lenguas latina y griega, y otras vivas y vulgares; fue muy amigo del padre Sigüenza.
Archivo de la Catedral de Toledo, Padre Sigüenza, Paloino, Ponz, Junta de Obras y Bosques.
(Tomo I, pp.93-95)