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{{Autor:header}}'''Carreño de Miranda''' (don Juan) Pintor. Nació en la villa de Avilés, principado de Asturias el 25 de marzo de 1614 y fueron sus padres Juan Carreño de Miranda y doña Catalina Fernández Bermúdez, nobles y de familias distinguidas. Y como su padre le hubiese traído en su compañía a Madrid el año de 623 en seguimiento de un pleito, y a pretender, (como lo manifestó el mismo padre en tres memoriales impresos, dos en dicho año y el tercero en 26, proponiendo arbitrios para un aumento de la real hacienda, pues fue gran proyectista) viendo su afición le puso a dibujar en la escuela de Pedro de las Cuevas, donde hizo progresos, pero mayores en la de Bartolomé Román, donde aprendió también el colorido
A los veinte años de edad pintaba los [[cuadros_del_claustro_-_Carreño_Miranda,_Juan|''cuadros del claustro'']] del colegio de doña María de Aragón [ convento de doña María de Aragón ó colegio de la Encarnación de padres Agustinos Calzados en la calle de Torija ] y los de la iglesia [ [[Martirio_de_San_Bartolomé_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Martirio de San Bartolomé'']] ([[estampa_Martirio_-_Carreño_Miranda,_Juan|''estampa Martirio'']]), ] del convento del Rosario [ convento del Rosario de padres dominicos, en la calle ancha de San Bernardo ]; y al paso que crecía en edad, se aumentaba su opinión, hasta que llegó a ser uno de los primeros pintores de su tiempo. La villa y concejo de Avilés le nombró su juez por el estado noble en 57, que no desempeñó por estar ocupado en la corte [ [[Asunción_de__la_Virgen_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Asunción de la Virgen'']], ]; y la de Madrid su fiel por el mismo estado en 58, cuyo empleo no pudo dejar de servir; pero viéndolo un día don Diego Velázquez muy ocupado en su desempeño, compadecido del tiempo que perdía en asuntos que no eran de su profesión, le dijo, que le necesitaba para que trabajase en el servicio del rey. Le destinó a pintar en el salón grande de los espejos del palacio real [ Alcázar ], en el que representó al fresco la [[fábula_de_Vulcano_-_Carreño_Miranda,_Juan|''fábula de Vulcano'']] y los [[desposorios_de_Pandora_con_Epimeteo_-_Carreño_Miranda,_Juan|''desposorios de Pandora con Epimeteo'']], que no pudo concluir por haber caído gravemente enfermo; y habiendo agradado mucho esta obra a Felipe IV, le hizo merced de nombrarle su pintor en 27 de septiembre de 1669.
En el artículo de Francisco Rizi se explica lo que pintó en compañía de Carreño, y sería cosa muy larga referir lo que este trabajó; bastará con poner al final la lista de obras que se conservan de su mano. Por muerte de don Sebastián de Herrera, Carlos II le nombró su pintor de cámara y ayuda de aposentador en 11 de abril de 671; en cuyos destinos del tal modo se granjeo la gracia y estimación del rey, que estando retratándole [[retrato_de_Carlos_II__en_su_menor_edad_-_Carreño_Miranda,_Juan|''[ retrato de Carlos II ] en su menor edad'']] a presencia de su madre, le preguntó de que hábito era, y Carreño le respondió, que no tenía otro hábito, que el honor de ser su criado. Entonces el rey le replicó ''¿por qué no te le pones? Ya se lo pondrá'' dijo prontamente el Almirante, que estaba presente; y luego que salió de allí le envió una rica venera de Santiago para que fuese de la misma orden que era S. E. Don Juan respondió a tan distinguido honor con expresiones muy comedidas de gratitud, excusándose de admitirla por hallarse sumamente premiado con el honor de servir a S. M.
Esta gracia fue concedida a Garci Fernández, marido de Elvira de Quirón, por don Sancho el IV de Castilla en Burgos el sábado 20 de noviembre de la era de 1326 y del nacimiento del Señor 1288. Pero el emperador Carlos V y su madre doña Juana la conmutaron en un juro de 11,200 maravedíes, que aun cobra la casa de Carbayedos en Asturias, en la que está ahora la familia de este profesor.
No perdió por eso la gracia del rey ni la del almirante, pues volvió a retratar a S. M. [ [[busto_de_Carlos_II_-_Carreño_Miranda,_Juan|''busto de Carlos II'']], [[dibujo_busto_-_Carreño_Miranda,_Juan|''dibujo busto'']], ], hizo el de su madre [ [[Mariana_de_Austria_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Mariana de Austria'']] ] la gobernadora, el del privado [[Valenzuela_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Valenzuela'']], los del patriarca [[Benavides_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Benavides'']] y del cardenal nuncio don [[Sabas_Milini_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Sabas Milini'']], el del [[embajador_moscovita__ruso__-_Carreño_Miranda,_Juan|''embajador moscovita [ ruso ]'']], que estuvo en Madrid el año de 682, y tercera vez el del rey [[(Carlos_II)_armado_-_Carreño_Miranda,_Juan|''[ Carlos II ] armado'']], para enviar a Francia, cuando trataba su primer casamiento con doña Luisa de Orleáns.
Después de haber concluido muchas obras [ [[Santiago_en_la_batalla_de_Clavijo_-_Carreño_Miranda,_Juan|''Santiago en la batalla de Clavijo'']], [[la_Monstrua_Eugenia_Martínez_Vallejo-_Carreño_Miranda,_Juan|''la MonstruaEugenia Martínez Vallejo'']], ] y de haber dejado otras bosquejadas [ [[(Carlos_II)_armado_-_Carreño_Miranda,_Juan|''bocetos'']] ], falleció en el mes de septiembre del año de 685 a los setenta años de edad, y fue sepultado en la bóveda del convento de San Gil [ convento Real de San Gil de padres franciscanos, junto al palacio real ]. Todos los profesores sintieron su muerte, porque era el protector de todos en la dirección de sus solicitudes, porque a todos enseñaba con dulzura y porque a todos proporcionaba trabajo y les corregía sus obras.
Se comprueba esto último con el gracioso pasaje que le sucedió con Gregorio Utande, pintor de Alcalá de Henares, a quien encargaron el [[martirio_de_san_Andrés_-_Carreño_Miranda,_Juan|''martirio de san Andrés'']]. Como este hubiese pedido por él 100 ducados después de concluido, y no acomodase el precio al dueño, se convinieron a que se tasase en Madrid. Utande suplicó a Carreño le diese algún retoque, que dijo le faltaba, y le regaló una cantarilla de miel en reconocimiento. Don Juan con su bondad lo pintó de nuevo porque a la verdad así lo necesitaba; y nombrados por tasadores el mismo Carreño y don Sebastián de Herrera, se excusó el primero diciendo ser muy amigo del autor, y que se conformaba con lo que tasase el segundo. Herrera que conoció el estilo y mano, tasó el cuadro en 200 ducados, los mismos que cobró Utande, quedando pagado Carreño con sola la [ [[martirio_de_san_Andrés_o_cuadro_de_la_cantarilla_de_miel_-_Carreño_Miranda,_Juan|''martirio de san Andrés o cuadro de la cantarilla de miel'']] ], que dio nombre al lienzo y hoy es conocido por él.