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Otros muchos hubo que yo pudiera poner en lista, como a Tadeo Zuccaro y su hermano Federico, archivos verdaderamente del tesoro de este arte, y otros que dejo, así por atender a la brevedad, como porque sus obras no han sido vistas por mí, y si lo han sido no las tengo tanto en la memoria, aunque ahora me representa a Julio Romano, discípulo de Rafael, o por decir mejor, otro Rafael; Lucio Romano, gran mi amigo en su última vejez, maestro de pintar grutescos por excelencia. Y en nuestra España no han faltado algunos, mas su excelencia fue más en dorados y estofados, y si algunas historias hay de ellos, es más de loar la pulideza del pincel que la materia.
''Eius est sacerdos adorans, et Ajax fulmine incensus'' '''(I)[equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 4]'''. No puede con todo esto competir con el retrato que Rafael de Urbano hizo de Julio II, en el cual se ve su semejanza al vivo, los terciopelos y demás ornatos que de ordinario traen los sumos pontífices, porque no se puede llegar, cuanto el pasar de allí. Pintó asimismo un incendio del palacio e iglesia de san Pedro, donde hay unas mujeres, que llevan agua para apagarlo, y otra que ha echado una criatura de un terrado por librarla del fuego, la recoge un hombre, medio vestido en los brazos, ¡divina cosa! y un hijo que saca de las llamas su padre a cuestas, y un hijo que lleva delante de sí, a imitación de Eneas y Anquises: no hay más que ver, ni que decir.
''Deprehenditur tamen Zeuxis grandior in capitibus articulisque, &c.'' '''(2)[equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 5]'''. Esto no se puede reprender en ninguno de los ya nombrados.
''Descendisse hic in certamen cum Zeuxide traditur. Et cum ille detulisset uvas pictas tanto successu, ut in scenam aves advolarent, ipse detulisse linteum pictum, ita veritate repraesentata, ut Zeuxis alitum iudicio tu mens flagitaret tandem remoto linteo ostendi picturam, atque intellecto errore concederet palmam ingenuo pudore, quoniam ipse volucres fefellisset'' '''(6)'''. Paréceme conseja. Él engañó las aves y engañáronle a él con la toalla pintada. Haberse engañado las aves en la capilla del Papa en algunos asientos y cornisas hechos por Miguel Ángel es cosa cierta: no por eso se hace gran caso. Tiziano retrato al duque de Ferrara, y puso el duque su retrato en una ventana, y él se puso a otra para gustar el engaño, y cuantos pasaban, pensando que era el duque, lo reverenciaban con la gorra en la mano. Y el mismo Tiziano, que es mas, estando en Roma fue a ver las pinturas que hizo Rafael en el jardín de Agustín Guigi, que ahora es del cardenal Farnesio, y en una lonja que sale a la puerta hay unos niños pintados de blanco y negro, y algunas cornisas fingidas de estuque, y no quiso creer que los niños fuesen de pintura, hasta tanto que trajo una caña y los tentó para ver si eran de bulto: tanto duró en él el engaño, que aunque otros se lo decían, no lo creía. Hízolos Baltasar Peruci de Siena.
Della beltà, che m’ave il cor conquiso.
 
Per far fede quaggiu del suo bel viso.
 
Y en otro soneto:
 
Con la figura voce, ed intelletto: .....
 
'''(26)''' Plin. Lib. 35, cap. 10.
 
'''DISCURSO SOBRE EL TEMPLO DE SALOMÓN ACERCA DEL ORIGEN DE LA PINTURA'''
Dejando pues discursos aparte, la primera noticia que de la pintura hallo es acerca de Estrabón, libro XXVI de los edificios de Babilonia. Cosa muy sabida es ser después del diluvio universal la primera dudadciudad, el primer imperio y la primera corte que tuvo la redondez de la tierra, donde comenzaron grandezas y suntuosidades, que hasta ahora viven en la memoria de los hombres; y de las cosas particulares dice: ''In ea propter lignorum inopiam ex palmaceis trabibus et columnis aedificia faciunt, circum columnas funes extorta stipula confectos ponunt, postea ea illinientes coloribus pingunt portae bituminatae, et aliae sunt tam ipsae, quam domus, quae omnes propter lignorum penuriam fornicantur, &c''.  No tenían ni pedreras, ni maderas, porque carecen aquellas regiones de estos materiales: cortaban las mejores palmas más gruesas y rollizas: rodeábanlas de fortísimas cuerdas: ''illinientis'', embetunábanlas con aquellos betunes acomodados y quedaban fuertes y lisas, ''coloribus pingunt'', que pintaban. Como eran trozos de palmas querían que la pintura representase lo que eran, a mi parecer. Encima tintaban alrededor aquellas hojas que hace el cebollo de la palma, a modo de capitel, que después llamaron corintio. En el fuste o scapo pintaban listas de abajo arriba imitación de la orden que dejan señaladas en el tronco las ramas, que unas de aquellas cortezas son inferiores a otras, y así las demás partes de la columna. Esta manera de pintar, a mi parecer, es la que pudo ser principio de lo demás a que se extendió el arte del pintar.  Origen de la columna corintia [Nota al margen]. De este principio se derivó sin duda ninguna el orden de columnas que llamamos corintias. El scapo o fuste fue la palma rodeada y astringida de las cuerdas: el collarín de la columna nació de una vuelta más las mismas cuerdas para que estuviese la atadura mas fuerte abajo, como cosa que había de estar junto al suelo. Dieron más vueltas, y la más ínfima muy más gruesa, como más sujeta a rozarse primero. El betún rehinchía la agudeza de los ángulos, cortando e igualando sobre el cerco de la maroma; y el asiento después, porque le defendiese de los inconvenientes de posar en el mismo suelo, era un cuadro de un ladrillo o de muchos, por no tener piedra; y así hasta el día de hoy se llama el dicho asiento ''plintion laterculus''. El capitel o era formado en trozo de la misma columna o sobrepuesto, formándole con el mismo betún para que la pintura pudiese fingir sus hojas, que servían solamente el todo de ellas a la manera de pencas, como también han usado en las de mármol los antiguos con extrema gracia, como se ve en S. Juan Laterano [de Letrán] en el pórtico del baptisterio: además que habiéndolas cargado con su arquitrabe les añadieron la cornisa, para que echando fuera la lluvia defendiese las columnas de podrirse la madera y cuerdas, aunque el betún las tuviese vestidas y defendidas por su parte de estos daños; y perdóneme Vitruvio, que estos fueron los principios del orden corintio, y no los que él trae de cosas, a mi parecer ridículas.  Calímaco, escultor corintio, añadió el harpar las hojas: una vez como hoja de olivo, como de ordinario se hallan: otra vez como hoja de roble. De la una manera y de la otra se hallan en esta iglesia mayor de Córdoba algunos capiteles antiguos, labrados con excelencia. De aquí con este presupuesto se entenderá muy bien lo que dice en diversas partes la escritura, hablando de la fábrica del templo. ''Palmarum species operuit tan Cherubim, quam palmas auro. Sculpsit Cherubim et palmas ante facientes pictura palmarum''. Y requería esta materia tratado más particular, porque hay bien que decir, así en éstos como en otros lugares, y este de Jeremías: ''Quia lignum de saltu praecindit opus manus artificis in ascia. Argento et auro decoravit illud: clavis et maleis compegit ut non dissolvatur. In similitudinem palmae fabricata sunt, &c''. Son, como quien dice, sus imagines y dioses, como un pilar que no se mueve sino le mueven, y llámale palma, porque este vocablo fue el primero que tuvo la columna, y aunque después se fabricaron de mármol se le quedó el mismo nombre. Josefo, ''Antiq''. 8 cap. 5. de la Regia de Salomón, ''Cuius pulchritudo tribus ordinibus opere intexta Asyrio'', que como allá comenzó la arquitectura, quedó con los mismos términos, como si dijésemos tres órdenes de corredores de obra corintia.  Paréceme que si ciertos amigos, que hicieron unos comentarios sobre algunos libros de la escritura, hubieran dado en este lugar, ahorrarán algunos años de trabajo que tuvieron bien grandes. A este propósito pregunto ¿Qué es la causa que Vitruvio en sus libros de arquitectura no trata de las columnas torcidas, ni pone la razón de ellas, y Jácome de Vígnola, que escribió en nuestros tiempos, ser el primero que les haya dado regla? ¿Responderíase a esto por ventura no ser antigua cosa, ni de aquel tiempo, ni haberlas él hallado en los ilustres edificios de que hace mención? Que no sean de aquel tiempo, lo contrario se ve en la labor y elegancia de ellas y antigüedad, y en la común opinión de los hombres. Dícese y tiénese por cierto ser algunos despojos del templo de Jerusalén o de otra alguna fábrica de aquella ciudad, que fueron traídos de allí en la guerra del emperador Tito, y lo confirma una de ellas que está en la iglesia de S. Pedro en Roma, cercada de una bien cerrada reja de hierro, que tiene virtud milagrosa de expeler los malos espíritus de los hombres, llegándose a ella, la cual virtud se le quedó desde que nuestro señor Jesucristo se arrimó a ella predicando al pueblo. La columna y la reja son muy antiguas a la virtud manifiesta. Demás que algunas de estas columnas (aunque todas de buena ley) que están en la dicha iglesia son tan hermosamente labradas, que arguyen el cuerpo de la obra, haber sido edificio insigne; y aunque se pueden llamar corintias, tienen no sé que de extrañeza, y en los miembros de peregrino, estriadas el ínfimo tercio y de arriba vestidas de yedras, trepando por ellas algunos niños vestidos, alados y otros animalejos, si mal no me acuerdo.  Supuestas estas razones, que son las columnas antiguas y muy antiguas de los tiempos floridos, y su escultura lo muestra, y que Vitruvio no hace de ellas mención, ni otro alguno de los antiguos escritores, me hace entender que los asirios escultores y los de las otras naciones de la grande Asia, que aprendieron de ellos, considerando este principio, deducido de las columnas de palmas, como viesen que las tales columnas con el gran peso del edificio, y no siendo su materia tal que pudiese henderse o quebrarse, se corbasen [curvasen] a un lado y a otro, ordenaron después esta hermosísima manera de columnas, reduciendo lo que en sus principios era vicio, con artificiosa lindeza a fingirlas de esta suerte, que Vitruvio solamente observó la manera de los griegos, o no vio los edificios donde estaban puestas, o no entendió el modo de sacarlas torcidas.  No nos da Estrabón más lumbre en cosa tan ciega, porque su argumento era diferente. De creer es que si comenzó por imitación de palmas, que pasaría a figuras humanas, o que de figuras humanas se acomodase a imitar ramas, hojas y otras naturales cosas. Y siendo cierto que primero tuvieron imperio los asirios que hubiese reino en Egipto, no seria alejarse mucho de buena conjetura imaginar que los egipcios la tuviesen de los asirios, ni tampoco es tan gran disparate, como a Plinio le parece, decir que los egipcios, que seis mil años antes que los griegos tuvieron ellos pintura, si conforme a lo que tengo dicho comenzaron con los asirios, y los años que ellos decían eran, según su cuenta, de cuatro a seis meses, remítome a la buena razón de los tiempos.  Parece, según esto, que los principios de este arte fueron estos, no con más certidumbre que la conjetura y consideración nos puede dar. Más cierto es el fin que tuvo y en qué tiempo. En su tiempo, dice Plinio: ''Hactenus dictum sit de dignitate artis morientis''. Dice ''morientis'', aun no del todo ya muerta. Vese que se entretuvo algunos años después de Plinio, porque en las termas dioclecianas en mi tiempo, en un nicho grande, como ellos llaman, estaba en la media naranja de pintura una gran figura asentada y otras a los lados en pie, y aun una de ellas desnuda; y aunque con el mucho tiempo y ruinas maltratada, se conocía mucho bueno en ellas, principalmente en los perfiles que se descubrían más. Los frailes cartujos, que tienen allí su convento, hicieron en aquellas paredes un alhorí (*) [Nota al margen: Un granero o alfolí], y así no se pueden ahora ver sino con dificultad.  Asimismo, junto al monasterio de S. Juan y Paulo en una viña, que dicen, por rastros y señales, haber sido la casa de santa Constancia, hija de Constantino magno, hay muchas ruinas y algunas bóvedas, y en una de ellas había de pintura algunos grutescos (cierta especie de pintura, dicha así por hallarse en las grutas de las ruinas de Roma), los cuales mostraban arte y buena manera, y principalmente una historia en medio de la bóveda, que un caballero cortó y arrancó de la bóveda y la puso en un cuadro en su casa, que después se perdió por quererla barnizar para que saliesen las figuras.  Demás de las cuales se ven hoy en aquel templo que llaman de Baco, junto a la iglesia de santa Inés, vía Nomentana, mucha parte de bóveda de cimborio, labradas de mosaico; algunas historias que no dejan de tener, para ser de aquella labor, buena parte de dibujo y manera, hechas en tiempo de Juliano el apóstata, el cual restauró (mas no con la grandeza y ornato que debiera tener primero el dicho templo) para sepultar en él a su mujer Helia Augusta, hermana de santa Constancia, donde también yacía la misma santa en una tumba harto preciosa de pórfido, labrada una a modo de Parca y unos niños y otras cosas en ella que andan en estampa.   '''POEMA DE LA PINTURA'''  '''LIBRO PRIMERO'''  [Las indicaciones (*) corresponden a notas al margen, y se incluyen al final de cada estrofa] Mueve al alma un deseo que la inclina A seguir desigual atrevimiento: Ardor, que nos parece ser divina Inspiración, de pretendido intento: Si el despierto vigor, donde se afina En mí avivase el fugitivo aliento, Diría el artificio soberano Sin par, do llegar pudo estudio humano.    ¿Cuál principio conviene a la noble arte? ¿El dibujo, que él solo representa Con vivas líneas que redobla, y parte Cuanto el aire, la tierra y mar sustenta? ¿El concierto de músculos, y parte Que a la invención las fuerzas acrecienta? ¿El bello colorido, y los mejores Modos con que florece? ¿O los colores?    Comenzaré de aquí, pintor del mundo Que del confuso caos tenebroso Sacaste en el primero y el segundo Hasta el último día del reposo A luz la faz alegre del profundo; Y el celestial asiento luminoso Con tanto resplandor y hermosura De varia y perfectísima pintura,    Con que tan lejos del concierto humano Se adorna el cielo de purpúreas tintas, Y el translúcido esmalte soberano, Con inflamadas luces y distintas: Muestras tu diestra y poderosa mano Cuando con tanta maravilla pintas Los grandes signos del etéreo claustro De la parte del Élice y del Austro.    Al ufano pabón alas y falda De oro bordaste y de matiz divino, Do vive el rosicler, do la esmeralda Reluce, y el zafiro alegre y fino: Al fiero pardo la listada espalda, La piel al tigre en modo peregrino; Y la tierra amenísima, que esmalta El lirio y rosa, el amaranto y calta.    Todo fiero animal por ti vestido Va diverso en color del vano velo: Todo volante género atrevido, Que el aire y niebla hiende en presto vuelo: Los que cortan el mar, y el que tendido Su cuerpo arrastra en el materno suelo: De ti, mi inculto ingenio, enfermo y poco, Fuerzas alcance: yo a ti solo invoco.    Un mundo en breve forma reducido, Propio retrato de la mente eterna, Hizo Dios, que es el hombre, ya escogido Morador de su regia sempiterna; Y la aura simple de inmortal sentido Inspiró dentro en la mansión interna; Que la exterior parte avive y mueva Los miembros fríos de la imagen nueva.    Vistiólo de una ropa que compuso En extremo bien hecha y ajustada, De un color hermosísimo, confuso, Que entre blanco se muestre colorada. Como si alguno entre azucenas puso La rosa, en bella confusión mezclada; O del indio marfil trasflora y pinta La limpia tez con la sidonia tinta (*) (*) Aquí faltan versos   
No tenían ni pedreras, ni maderas, porque carecen aquellas regiones de estos materiales: cortaban las mejores palmas más gruesas y rollizas: rodeábanlas de fortísimas cuerdas: illinientis, embetunábanlas con aquellos betunes acomodados y quedaban fuertes y lisas, coloribus pingunt, que pintaban. Como eran trozos de palmas querían que la pintura representase Primero romperás lo que eran, a mi parecer. Encima tintaban alrededor aquellas hojas que hace el cebollo de la palma, a modo de capitel, que después llamaron corintio. En el fuste o scapo pintaban listas de abajo arriba imitación de la orden que dejan señaladas en el tronco las ramas, que unas de aquellas cortezas son inferiores a otras, y así las demás partes de la columna. Esta manera de pintar, a mi parecer, es la que pudo ser principio de lo demás a que se extendió el arte del pintar. menos duro (*)
De este principio se derivó sin duda ninguna el orden de columnas que llamamos corintías (I). El scapo o fuste fue la palma rodeada y astringida de las cuerdasarte, poco a poco conquistando:
el collarín de la columna nació de una vuelta más las mismas cuerdas para que estuviese la atadura mas fuerte abajo, como cosa que había de estar junto al suelo. Dieron más vueltas, y la más ínfima muy más gruesa, como más sujeta a rozarse primero. El betún rehenchía la agudeza de los ángulos, cortando e igualando sobre el cerco de la maroma; y el asiento despuésProcura un orden, porque le defendiese de los inconvenientes de posar en por el mismo cual seguro
(I) Origen de la columna corintiaPor sus términos vayas caminando.
suelo, era un cuadro Comienza de un ladrillo o de muchos, por no tener piedra; perfil sencillo y así hasta el día de hoy se llama el dicho asiento plintion laterculus. El capitel o era formado en trozo de la misma columna o sobrepuesto, formándole con el mismo betún para que la pintura pudiese fingir sus hojas, que servían solamente el todo de ellas a la manera de pencas, como también han usado en las de mármol los antiguos con extrema gracia, como se ve en San Juan Laterano[ de Letrán ] en el pórtico del baptisterio: además que habiéndolas cargado con su arquitrabe les añadieron la cornisa, para que echando fuera la lluvia defendiese las columnas de podrirse la madera y cuerdas, aunque el betún las tuviese vestidas y defendidas por su parte de estos daños; y perdóneme Vitruvio, que estos fueron los principios del orden corintio, y no los que él trae de cosas, mi parecer ridículas. puro
Calímaco, escultor corintio, añadió el harpar las hojas: una vez como hoja de olivo, como de ordinario se hallan: otra vez como hoja de roble. De la una manera Por los ojos y de la otra se hallan en esta iglesia mayor de Córdoba algunos capiteles antiguos, labrados con excelencia. De aquí con este presupuesto se entenderá muy bien lo que dice en diversas partes la escritura, hablando de la fábrica del templo. Palmarum species operuit tan Cherubim, quam palmas auro. Sculpsit Chorubim et palmas ante facientes pictura palmarum. Y requería esta materia tratado más particular, porque hay bien que decir, así en éstos como en otros lugares, y este de Jeremías: Quia lignum de saltu praecindit opus manus artificis in ascia. Argento et auro decoravit illud: clavis et maleis compegit ut non dissolvatur. In similitudinem palmae fabricata sunt, &c. Son, como quien dice, sus imagines y dioses, como un pilar que no se mueve sino le mueven, y llámale palma, porque este vocablo fue el primero que tuvo la columna, y aunque después se fabricaron de mármol se le quedó el mismo nombre. Josefo, Antiq. 8 cap. 5. de la Regia de Salomón, Cujus pulchritudo tribus ordinibus opere intexta Asyrio, que como allá comenzó la arquitectura, quedó con los mismos términos, como si dijésemos tres órdenes de corredores de obra corintia. figurando
Paréceme que si ciertos amigos, que hicieron unos comentarios sobre algunos libros de la escritura, hubieran dado en este lugar, ahorraran algunos años de trabajo que tuvieron bien grandes. A este propósito pregunto ¿qué es la causa que Vitruvio en sus libros de arquitectura no trata de las columnas torcidas, ni pone la razón de ellas, y Jácome de Vígnola, que escribió en nuestros tiempos, ser el primero que les haya dado regla? ¿Responderíase a esto por ventura no ser antigua cosa, ni de aquel tiempo, ni haberlas él hallado en los ilustres edificios de que hace mención? Que no sean de aquel tiempo, lo contrario se ve en la labor y elegancia de ellas y antigüedad, y en la común opinión de los hombres. Dicese y tiénese por cierto ser algunos despojos del templo de Jerusalén o de otra alguna fábrica de aquella ciudad, que fueron traídos de allí en la guerra del emperador Tito, y lo confirma una de ellas que está en la iglesia de San Pedro en Roma, cercada de una bien cerrada reja de hierro, que tiene virtud milagrosa de expeler los malos espíritus de los hombres, llegándose a ella, la cual virtud se le quedó desde que nuestro señor Jesucristo se arrimó a ella predicando al pueblo. La columna y la reja son muy antiguas a la virtud manifiestafaz. Demás que algunas Ni me desplugo de estas columnas (aunque todas de buena ley) que están en la dicha iglesia son tan hermosamente labradas, que arguyen el cuerpo de la obra, haber sido edificio insigne; y aunque se pueden llamar corintias, tienen no sé que de extrañeza, y en los miembros de peregrino, estriadas el ínfimo tercio y de arriba vestidas de yedras, trepando por ellas algunos niños vestidos, alados y otros animalejos, si mal no me acuerdo. este modo
Supuestas estas razonesUn tiempo linear el cuerpo todo. (*) Principios.    Un día y otro día, y el continuo (*) Trabajo hace prático y despierto; Y después que son las Columnas antiguas tendrás seguro el tino Con el estilo firme y pulso cierto No cures atajar luengo camino, Ni por allí te engañe cerca el puerto: Vean que el deseado fin consigas Pereza y muy antiguas confianzas enemigas.    Así la universal naturaleza Cuantos produce al esplendor del cielo No primero los arma de los tiempos floridosfirmeza, Ni con osado pie huellan el suelo,  Que el sabor de la leche y su escultura lo muestrala terneza Funde y condensa del corpóreo velo, Y como va creciendo el alimento Refuerza con igual mantenimiento,    Hasta que ya crecida, llega al punto Adulta edad, de más perfeto estado: El sustento dispone y dalo junto Al cuerpo y al vigor acomodado: No quieras adornar más tu trasunto De lo que Vitruvio no hace de ellas menciónconviniere al primer grado, Que Cuanto, más en él te detuvieres, ni  Irás más pronto al otro alguno a que subieres.    Ya que la aura segunda de los antiguos escritoresla suerte Descubre en tu favor felice agüero, me hace entender  No puede según esto sucederte ¡Menos el resto que el sudor primero; Por ende con ahínco anteponerte Pretende entre los asirios escultores otros delantero, Llevando siempre, y los de las otras naciones vencerás, por guía La libre obstinación de tu porfía.    La elegancia y la grande Asiasuerte graciosa (*) Con que el diseño sube al sumo grado No pienses descubrirla en otra cosa, Aunque industria acrecientes y cuidado, Que en aquella excelente obra espantosa, que aprendieron (**) Mayor de elloscuantas se han jamás pintado, considerando este principio Que hizo el Buonarota de su mano Divina en el Etrusco Vaticano. (*) Dibujo (**) El juicio universal de Miguel Ángel    Cual nuevo Prometeo en alto vuelo Alzándose, deducido do extendió las columnas de palmasalas tanto, como viesen  Que puesto encima el estrellado cielo Una parte alcanzó del fuego santo; Con que las tales columnas tornando enriquecido al suelo, Con nueva maravilla y nuevo espanto, Dio vida con el gran peso del edificioeternos resplandores A mármoles, a bronces, a colores.    Era perpetua noche y no siendo su materia tal sombra oscura La ignorancia, que pudiese henderse o quebrarsetanto ocupa y tiene,  Cuando con llama relumbrante y pura Esta luz clara se corbasen a un lado aparece y viene: Vistióse de vista hermosura El siglo inculto y a otrorudo, ordenaron después esta hermosísima manera á quien conviene (*) Con título vencer debido y justo La fortuna edad del gran Augusto. (*) El tiempo de columnasCarlos V.    ¡O más que mortal hombre, ángel divino! ¿O cuál te nombraré? No humano cierto Es tu ser, reduciendo lo que en sus principios era viciodel cerco impíreo vino Al estilo y pincel, vida y concierto. Tú mostraste a los hombres el camino Por mil edades escondido, con artificiosa lindeza incierto De la reina virtud: a fingirlas de esta suerteti se debe Honra, que Vitruvio solamente observó la manera en cierto día el sol renueve.(*) (*) Faltan aquí muchas octavas.    Será entre todos el pincel primero (*) En su cañón atado y recogido Del blando pelo del silvestre vero (El bélgico es mejor y en más tenido): Sedas el jabalí cerdoso y fiero (**) Parejas ha de los griegos, dar el mas crecido: Será grande o no vio los edificios donde estaban puestasmayor, o no entendió el modo de sacarlas torcidassegún que fuere Formado a la ocasión que se ofreciere. (*) Pinceles. (**) Brochas.
No nos da Estrabón más lumbre en cosa tan ciega, porque su argumento era diferente. De creer es que si comenzó por imitación de palmas, que pasaría a figuras humanas, o que de figuras humanas se acomodase a imitar ramas, hojas y otras naturales cosas. Y siendo cierto que primero tuvieron imperio los asirios que hubiese reino en Egipto, no seria alejarse mucho de buena conjetura imaginar que los egipcios la tuviesen de los asirios, ni tampoco es tan gran disparate, como a Plinio le parece, decir que los egipcios, que seis mil años antes que los griegos tuvieron ellos pintura, si conforme a lo que tengo dicho comenzaron con los asirios, y los años que ellos decían eran, según su cuenta, de cuatro a seis meses, remítome a la buena razón de los tiempos.
Parece, según esto, que los principios de este arte fueron estos, no con más certidumbre que la conjetura y con sideración nos puede dar. Más cierto es el fin que tuvo y en que tiempo. En su tiempo, dice Plinio: Hactentus dictum sit de dignitate artis morientis. Dice morientis, aun no del todo ya muerta. Vese que se entretuvo algunos años después de Plinio, porque en las termas dioclecianas en mi tiempo, en un nicho grande, como ellos llaman, estaba en la media naranja de pintura una gran figura asentada y otras a los lados en pie, y aun una de ellas desnuda; y aunque con el mucho tiempo y ruinas maltratada, se conocía mucho bueno en ellas, principalmente en los perfiles que se descubrían más. Los frailes cartujos, que tienen allí su convento, hicieron en aquellas paredes un alhorí (II), y así no se pueden ahora un grane- ver sino con dificultad.
Asimismo, junto al monasterio de San Juan y Paulo en una viña, que dicen, por
Un junco, que tendrá ligero y firme (II*) Un granero o alfolí.
Rastros y señales, haber sido Entre dos cielos la casa de santa Constancia, hija de Constantino magno, hay muchas ruinas y algunas bóvedas, y en una de ellas había de pintura algunos grutescos (cierta especie de pintura, dicha así por hallarse en las grutas de las ruinas de Roma), los cuales mostraban arte y buena manera, y principalmente una historia en medio de la bóveda, que un caballero cortó y arrancó de la bóveda y la puso en un cuadro en su casa, que después se perdió por quererla barnizar para que saliesen las figuras. sinestra mano
Demás de las cuales se ven hoy en aquel templo que llaman de Baco, junto a la iglesia de santa Inés, vía Nomentana, mucha parte de bóveda de cimborio, labradas de mosaico; algunas historias que no dejan de tener, para ser de aquella labor, buena parte de dibujo y manera, hechas Donde el pulso incierto en tiempo de Juliano el apóstata, el cual restauró (mas no con la grandeza y ornato que debiera tener primero el dicho templo) para sepultar en él a su mujer Helia Augusta, hermana de santa Constanciapintar se afirme, donde también yacía la misma santa en una tumba harta preciosa de pórfido, labrada una a modo de Parca y unos niños y otras cosas en ella que andan en estampa.
POEMA DE LA PINTURA y el teñido pincel vacile en vano:
LIBRO PRIMERO. De aquellos que cargó de Tierra-firme
Mueve á l` alma un deseo que la Inclina Entre oro y perlas navegante ufano
Á seguir desigual atrevimiento: De ébano ó de marfil, asta que se entre (**)
ArdorPor el cañón, hasta que nos parece ser divina el pelo encuentre.
Inspiración, de pretendido intento: (*) Tiento.
Si el despierto vigor, donde se afina (**) Tablilla.
En mí avivase el fugitivo aliento,
Diría el artificio soberano
Sin par, do llegar pudo estudio humano.
¿Cuál principio conviene á la noble arte? Demás de un tabloncillo relumbrante
El debuxoDel árbol bello de la tierna pera, que él solo representa
Con vivas líneas O de aquel otro, que redobla, y parte del triste amante
Cuanto Imitare el ayre, la tierra y mar sustenta? color en su madera:
El concierto Abierto por la parte de músculos? Y parte delante,
Que a la invencion las fuerzas acrecienta! Do salgas el grueso dedo por de fuera:
El bello colorido, y los mejores En él asentarás por sus tenores
Modos con que florece? ó los La variedad y mezcla de colores? .
Comenzaré de aquí, pintor del mundo
Que d' el confuso caos tenebroso
Sacaste en el primero y el segundo
Hasta el último dia d' el reposo Un pórfido cuadro, llano y liso, (*)
Á luz la faz alegre d' el profundo; Tal que en su tez te mires limpia y clara,
Y el celestial asiento luminoso Donde podrás con no pequeño aviso
Con tanto resplandor Trillarlos en sutil mistura y hermosura rara:
De varia y perfectísima pintura, tres piernas la máquina de aliso (**)
Con De una a otra poco más que tan lejos d' el concierto humano vara,
Se adorna el cielo de purpúreas tintasLas clavijas pondrás en sus encajes,
Y Donde a tu mano el translucido esmalte soberano, cuadro alces o bajes.
Con inflamadas luces y distintas: (*) Atlas de los pinceles.
Muestras tu diestra y poderosa mano (**) Caballete.
Quando con tanta maravilla pintas
Los grandes signos d' el etéreo claustro
De la parte d' el élice y d' el austro.
Al ufano pabon álas y falda De macizo nogal sazonado (*)
De oro bordaste y de matiz divino, Derecha regla que el perfil cuadra:
Dó vive el rosicler, dó la esmeralda Tendrás también de acero bien labrado (**)
Reluce(No faltará ocasión) la justa escuadra, y el zafiro alegre y fino:
Al fiero pardo la listada espalda, Y el compás de redondo fiel trabado (***)
La piel A quien el propio nombre al tigre en modo peregrino; justo cuadra,
Y la tierra amenísima, que esmalta Que abriéndose o cerrando no se asienta
El lirio y rosa, salto donde el amaranto y calta. paso más se aumenta
Todo fiero animal por ti vestido (*) Regla.
Va diverso en color d' el vano velo: (**) Escuadra.
Todo volante género atrevido, (***) Compás.
Que el ayre y niebla hiende en presto vuelo:
Los que cortan el mar, y el que tendido
Su cuerpo arrastra en el materno suelo:
De ti , mi inculto ingenio, enfermo v poco, más de esto un cuchillo acomodado (*)
Fuerzas alcance: yo á ti solo invoco. De sus perdidos filos ya desnudo,
Un mundo en breve forma reducido, Que incorpore el color; y otro delgado
Propio retrato de la mente eterna, Que corte sin sentir fino y agudo (**)
Hizo DiosLos despojos del pájaro sagrado, qu' es el hombre, ya escogido
Morador de su regia serhpiterna; Cuya voz oportuna tanto pudo
Y l' aura simple de inmortal sentido De la tarpea roca en la defensa,
Inspiró dentro en la mansion interna; Cuando tenerla el fiero gallo piensa.
Que la exterior parte avive y mueva (*) Cuchillo para templar colores.
los miembros frios de la imagen nueva(**) Otro agudo.
Vistiólo de una ropa que compuso
En extremo bien hecha y ajustada,
De un color hermosísimo, confuso,
Que entre blanco se muestre colorada. Sea argentada concha, do el tesoro (*)
Como si alguno entre azucenas puso Creció del mar en el extremo seno,
La rosa, en bella confusion mezclada; que guarde el carmín y guardé el oro
(I) La limpia tez con la sidonia tinta El verde, el blanco y el azul sereno:
(II) Primero romperás lo menos duro Un ancho vaso de metal sonoro
Dest' arteDe frescas ondas transparentes lleno, poco á poco conquistando:
Procura un orden, por el cual seguro Do molidos a olio [óleo] en blando frío
Por sus términos vayas caminandoDel calor los defienda y del estío.
Comienza de un perfil sencillo (*) Colores en sus conchas dentro y puro fuera del agua.
Por los ojos y partes figurando
La faz. Ni me desplugo deste modo
Un tiempo linear el cuerpo todo.
Un día y otro díaUna ampolla de vidrio cristalina, y el contino (*)
Trabajo hace prático y despierto; Que el perfeto barniz guarde, distinta
Y después que tendrás seguro el tino De otra, do se conserva, y do se afina
Con el estilo firme y pulso cierto Olio, con que mas cómodo se pinta: (**)
No cures atajar luengo camino, Con estas otra que á la par destina (***)
Ni por allí te engañe cerca el puerto A la letra y dibujo, oscura tinta,
Vedan que el deseado fin consigas De caparrosa hecha, agalla y goma
Pereza y confianzas enemigasCon el licor que da la fértil soma.
Así la universal naturaleza (*) Barniz.
Cuantos produce al esplendor del cielo (**) Aceite.
No primero los arma de firmeza, (***) Tinta.
Ni con osado pie huellan el suelo,
Qu’ el sabor de la leche y la terneza
Funde y condensa del corpóreo velo,
Y como va creciendo el alimento Tiene la eternidad ilustre asiento
Refuerza con igual mantenimiento. En este humor por siglos infinitos:
(I) Aquí faltan Versos. No en el oro, o el bronce, ni ornamento
(II) Principios. Parió, ni en los colores exquisitos:
Hasta que ya crecida, llega al punto La vaga fama con robusto aliento
Adulta edadEn él esparce los canoros gritos, de mas perfeto estado:
El sustento dispone y dalo junto Con que celebra las famosas lides
Al cuerpo y al vigor acomodado: Desde la India a la ciudad de Alcides.
No quieras adornar mas tu trasunto
De lo que conviniere al primer grado,
Que Quanto, mas en él te detuvieres,
Irás mas pronto al otro á que subieres. ¿Qué fuera (si bien fue segura estrella
Ya que l’aura segunda de la suerte Y el hado en su favor constante y cierto)
Descubre en tu favor felice agüero, Con la soberbia sepultura y bella
No puede segun esto sucederte De las cenizas del esposo muerto
¡Menos el resto que el sudor primero; La magnánima reina? ¿Si en aquella
Porende con ahinco anteponerte Noche oscura de olvido y desconcierto
Pretende entre La tinta la dejara, y los otros delantero, loores
Llevando siempre, De versos y vencerás, por guia eruditos escritores?
La libre obstinacion de tu porfia.
La elegancia y la suerte gracïosa Los soberbios alcázares alzados
Con qu’ En los latinos montes hasta el diseño sube al sumo grado (I) cielo,
No pienses descubrirla en otra cosa, Anfiteatros y arcos levantados
Aunque industria acrecientes De poderosa mano y cuidadonoble celo,
Qu' en aquella excelente obra espantosaPor tierra desparcidos y asolados, (II)
Mayor de,cuantas se han jamas pintadoSon polvo ya, que cubre el yermo suelo:
Que hizo el Buonarota de De su mano grandeza apenas la memoria
Divina en Vive, y el Etrusco Vaticanonombre de pasada gloria.
(I) dibuxo.
(II) el juicio final de Miguel Ánguel.
Cual nuevo Prometeo en alto vuelo
Alzándose, extendió las alas tanto, De Príamo infelice solo un día
Que puesto encima Deshizo el estrellado cielo reino tan temido y fuerte:
Una parte alcanzó del fuego santo; Crece la inculta yerba, do crecía
Con que tornando enriquecido al suelo, La gran ciudad gobierno y alta suerte:
Con nueva maravilla y nuevo espanto, Viene espantosa con igual porfía
Dió vida con eternos resplandores A los hombres y mármoles la muerte:
Á mármolesLlega el fin postrimero, á bronces, á colores. y el olvido
Era perpetua noche y sombra oscura Cubre en oscuro seno cuanto ha sido.
La ignorancia, que tanto ocupa y tiene,
Quando con llama relumbrante y pura
Esta luz clara se aparece y viene:
Vistióse de vista hermosura Humo envuelto en las nieblas, sombra vana
(I) El siglo inculto y rudo, á quien conviene Somos; que aún no bien vista desparece:
Con título vencer debido y justo Breve suma de números que allana
La fortuna eda del gran Augusto parca, cuando multiplica y crece:
(I) EL tiempo de Carlos V. Tirana suerte en condición humana
¡Ó mas que mortal hombre, ángel divino! Que con nuestros despojos enriquece.
¿Ó qual te nombraré? No humano cierto Deuda cierta nacemos y tributo
Es tu ser, que Al gran tesoro del cerco impíreo vino hambriento Pluto.
Al estilo y pincel, vida y concierto.
Tú mostraste a los hombres el camino
Por mil edades escondido, incierto
De la reyna virtudTodo se anega en el Estigio lago: á ti se debe
(I) HonraOro esquivo, que en cierto día el sol remuevenobleza, ilustres hechos.
(I) Faltan aquí muchas octavas. El ancho imperio de la gran Cartago
(I) Sera entre todos el pincel primero Tuvo su fin con los soberbios techos:
EN su cañón atado y recogido Sus fuertes muros de espantoso estrago
Del blaco pelo del silvestre vero Sepultados encierra en sí y deshechos
(El bélgico es mejor y en mas tenido): espacioso puerto, donde suena
(II) Sedas Ahora el jabalí cerdoso y fiero mar en la desierta arena.
Parejas ha de dar el mas crecido:
Será grande o mayor, segun que fuere
Formado a la ocasión que se ofreciere.
(I) Pinceles. Espantoso su nombre fue, espantoso
(II) Brochas. El hierro agudo a la ciudad de Marte;
(I) Un juncoElla lo sabe, que tendrá ligero y firme Trasimeno undoso,
Entre dos cielos la sinestra mano Que en su sangre hirvió de parte a parte:
Dó el pulso incierto en el pintar se afirmeCaverna ahora del león velloso,
Do áspid sorda y el teñido pincel vacile en vano: cerasta se reparte,
De aquellos que cargó de Tierra-firme A do no humano acento, más bramidos
Entre oro y perlas navegante ufano De fieras resonantes son oídos.
(II) De évano ó de marfil, asta que se entre
Por el cañón, hasta que el pelo encuentre.
(I) Tiento.
(II) Atlas de los pinceles. Vos sentísteis también, menos amigos,
Demas de un tabloncillo relumbrante (I) Los tristes hados con discurso extraño,
Del árbol bello de la tierna peraNo tanto por los golpes enemigos,
Ó de aquel otroMas por vuestro valor último daño, que del triste amante
Imitare el color en su madera: ¡O Numancia! ¡o Sagunto! que testigos
Abierto por la parte Ahora sois de delante, humano desengaño
Dó salgas el grueso dedo por defuera: Caísteis, mas quitó vuestra venganza
En el asentarás por sus tenores Al vencedor la palma y la esperanza.
La variedad y mezcla de colores.
(I) Tablilla.
Un pórfido quadro, llano y liso (I),
Tal que en su tez te mires limpia y clara, ¡Que muncho si la edad hambrienta lleva
Donde podrás con no pequeño aviso Las peñas enriscadas, y subidas,
Trillarlos en sutil mistura El fiero diente, y rara: su crueza ceba
De tres piernas la máquina de aliso (II) piedras arrancadas y esparcidas!
De una a otra poco más que vara, Las altas torres con extraña prueba
Las clavijas pondrás en sus encaxes, Al tiempo rinden las eternas vidas:
Donde á tu mano Hiéndese y abre el quadro alces o bajxes. duro lado en tanto
(I) LosaEl mármol liso, el simulacro santo.
(II) caballete.
De macizo nogal sazonado (I)
Derecha regla que el peril quadra:
Tendrás tambien de acero bien labrado (II) Del gran Señor la omnipotente mano,
(No faltará ocasion) la justa escuadraQue las ruedas formó del ancho mundo,
y Y cuanto adorna el compas de redondo fiel travado (III) pavimento humano,
Á quien Y el propio nombre al justo quadramar, y cuanto esconde en el profundo,
Que abriéndose No vemos que refrena, o cerrando no se asienta va a la mano
El salto donde De la natura el paso mas se aumenta gran poder segundo,
(I) Regla. pues todo cuanto a luz sacar le place
(II) EsquadraAcaba, y con morir su curso hace.
(III) Compas.
De mas de esto un cuchillo acomodado (I)
De sus perdidos filos ya desnudo,
Que encorpore el color; y otro delgado ¿Cuántas obras la tierra avara esconde.
Que corte sin sentir fino ya ceniza y agudo (II) polvo las contemplo?
Los despojos del páxaro sagrado, ¿Dónde el bronce labrado y oro? ¿Y dónde
Cuya voz oportuna tanto pudo Atrios y gradas del asirio templo,
De la tarpea roca en la defensa, Al cual de otro gran rey nunca responde
Quando tenerla el fiero gallo piensa. De alta memoria peregrino ejemplo?
(I) Cuchillo para templar colores. Solo el decoro que el ingenio adquiere
(II) Oreo agudoSe libra del morir, o se difiere.
Sea argentada concha, dó el tesoro
(I) Creció del mar en el extremo sonó,
La que guarde el carmín y guardé el oro
El verde, No creo que otro fuese el blanco y el azul sereno: sacro rio
Un ancho vaso de metal sonoro Que al vencedor Aquiles, y ligero
De frescas ondas transparentes lleno, Le hizo el cuerpo con fatal rocío
Dó molidos á ólio en blando frio Impenetrable al homicida acero,
Del calor los defienda Que aquella trompa y del estío. sonoroso brío
(I) Colores en sus conchas dentro y fuera Del claro verso del agua. eterno Homero,
(II) Una ampolla Que viviendo en la boca de vidrio cristalina, la gente
Que el perfeto barniz guarde, distinta Ataja de los siglos la corriente.
De otra, dó se conserva, y dó se afina
(III) Olio, con que mas comodo se pinta:
(IV) Con estas otra que á la par destina
Á la letra y debuxo, oscura tinta, Como se opuso con igual aliento
De caparrosa hechaEl verso grande de Marón divino, agalla y goma
Con el licor que dá la fértil soma. Cuando con paso audaz de ilustre intento
(II) Barniz. De la áurea eternidad halló camino:
(III) Aceyte. Puso en el trono del purpúreo asiento
(IV) Tinta. La noble tinta del poeta Andino
Tiene la eternidad ilustre asiento Al magnánimo Eneas, no el inico [sic]
En este humor por siglos infinitos: Pasaje, y la creciente de Numico.
No en el oro, ó el bronce, ni ornamento
Patrio, ni en los colores exquisitos:
La vaga fama con robusto aliento
En él esparce los canoros gritos, '''LIBRO II'''
Con que celebra las famosas lides
Desde Y aunque en la India á la ciudad de Alcides. proporción generalmente (*)
¿Que fuera (si bien fue segura estrella De los antiguos muchos difirieron,
Y el hado en su favor constante y cierto) Una intento seguir, la más corriente,
Con la soberbia sepultura y bella Que en las mayores obras eligieron:
De las cenizas del esposo muerto Yo la vi y observé en aquella fuente
La magnánima reyna? ¿Si en aquella De perenne saber, de do salieron
Noche oscura Nobles memorias, de olvido y desconcierto valiente mano,
La tinta Que ornan la dexara, alta Tarpeya y los loores Vaticano.
De versos y eruditos escritores? (*) Simetría del Hombre.
Los soberbios alcázares alzados
En los latinos montes hasta el cielo,
Anfiteatros y arcos levantados
De poderosa mano y noble zeloDel alto de la frente, do el cabello
Por tierra desparcidos y asoladosSe comienza a espesar obscurecido,
Son polvo ya, que cubre el yermo suelo: Hasta donde adornado de su bello
De su grandeza apenas El perfil de la memoria barba es más crecido,
Vive, y el nombre de pasada gloria. Y do más bajo se avecina al cuello
De Priarno infelice solo un dia En tres partes iguales dividido,
Deshizo el reyno tan temido y fuerte: La medida será con que midieres
Crece la inculta yerba, dó crecía Grande o pequeña imagen que hicieres.(*)
La gran ciudad gobierno y alta suerte: (*) Aquí faltan octavas.
Viene espantosa con igual porfia
Á los hombres y mármoles la muerte:
Llega el fin postrimero, y el olvido
Cubre en oscuro seno quanto ha sido. El estudio no menos y el cuidado (*)
Humo envuelto Que pusiste en las nieblashumanas proporciones, sombra vana
Somos; que aun no bien vista desparece: A cualquier animal representado
Breve suma de números que allana Aplicarás por partes y razones:
La parcaAl corzo ligerísimo, al venado, quando multiplica y crece:
Tirana suerte Pero en condicion humana particular a los leones
Que Con fuerte garra y con nuestros despojos enriquece. lanudas crines,
Deuda Y cierta nacemos y tributo ley de rigurosos fines.
Al gran tesoro d' el hambriento Pluto(*) Simetría de los animales.
Todo se anega en el Estígio lago:
Oro esquivo, nobleza, ilustres hechos.
El ancho imperio de la gran Cartago
Tuvo su fin con los soberbios techos: El hermoso lebrel, el crudo alano,
Sus fuertes muros Pintado ser de espantoso estrago grande ornato hallo:
Sepultados encierra en sí y deshechos El jabalí espumoso, el tigre hircano,
El espacioso puertoY otros en grande número, donde suena que callo:
Ahora el mar en Mas sobre todos ten siempre a la desierta arena. mano
Espantoso su nombre fueEl bizarro dibujo del caballo, espantoso
El hierro agudo á Con que tanto enriquece la ciudad de Marte; pintura
Ella lo sabeEl aliento, caudal y Trasimeno undoso, hermosura.
Que en su sangre hervió de parte á parte:
Caberna ahora del leon velloso,
Dó aspid sorda y cerasta se reparte,
A dó no humano acento, mas bramidos Muchos hay que la fama ilustre y nombre
De fieras resonantes son oídos. Por estudio más alto ennobleciera
Vos sentísteis tambien, ménos amigosCon obras famosísimas, del nombre
Los tristes hados con discurso extraño, Explica el artificio y la manera:
No tanto por los golpes enemigos, Solo el caballo les dará renombre
Mas por vuestro valor último daño, Y gloria en la presente y venidera
¡Ó Numancia! ¡ó Sagunto! que testigos Edad, pasando del dibujo esquivo
Ahora sois de humano desengaño A descubrirnos cuanto muestra el vivo.
Caísteis, mas quitó vuestra venganza
Al vencedor la palma y la esperanza.
¡Que muncho si la edad hambrienta lleva
Las peñas enriscadas, Que parezca en el aire y subidas, movimiento
El fiero dienteLa generosa raza, do ha venido, y su crueza çeba
De piedras arrancadas Salga con altivez y esparcidas! atrevimiento,
Las altas torres con extraña prueba Vivo en la vista, en la cerviz erguido:
Al tiempo rinden las eternas vidas: Estribe firme el brazo en duro asiento
Hiéndese Con el pie resonante y abre el duro lado en tanto atrevido,
El mármol lisoAnimoso, insolente, libre, ufano, el simulacro santo.
D' Sin temer el gran Señor la omnipotente mano, horror de estruendo vano.
Que las ruedas formó del ancho mundo,
Y quanto adorna el pavimento humano,
Y el mar, y quanto esconde en el profundo,
No vemos que refrena, ó va á la mano Brioso el alto cuello y enarcado
De Con la natura el gran poder segundo, cabeza descarnada y viva:
pues todo quanto á luz sacar le place Llenas las cuencas, ancho y dilatado
Acaba, y con morir su curso hace. El bello espacio de la frente altiva:
¿Quantas obras la tierra avara esconde. Breve el vientre rollizo, no pesado,
Que ya ceniza Ni caído de lados, y polvo las contemplo? que aviva
¿Donde el bronce labrado y oro? ¿Y donde Los ojos eminentes: las orejas
Átrios Altas sin derramarlas y gradas d' el asirio templo, parejas.
Al qual de otro gran rey nunca responde
De alta memoria peregrino exemplo?
Solo el decoro qu’el ingenio adquiere
Se libra d' Bulla hinchado el morirfervoroso pecho, ó se difiere.
No creo que otro fuese el sacro rio Con los músculos fuertes y carnosos:
Que al vencedor AquilesHondo el canal, y ligero dividirá derecho
le hizo el cuerpo con fatal rocío Los gruesos cuartos limpios y hermosos:
Impenetrable al homicida aceroLlena la anca y crecida, largo el trecho
Que aquella trompa De la cola y sonoroso brio cabellos desdeñosos:
D' Ancho el claro verso d' el eterno Homero, hueso del brazo y descarnado:
Que viviendo en la boca de la gente El casco negro, liso y acopado.
Ataja de los siglos la corriente.
Como se opuso con igual aliento
El verso grande de Maron divino,
Quando con paso audaz de ilustre intento Parezca que desdeña ser postrero,
De l' áurea eternidad halló camino: Si acaso caminando, ignota puente
Puso en el trono d' el purpúreo asiento Se le opone al encuentro; y delantero
La noble tinta del poeta Andino Preceda a todo, al escuadrón siguiente
Al magnánimo EneasSeguro, osado, denodado y fiero, no el inico
Paságe, y No dude de arrojarse a la creciente de Numico. corriente
LIBRO II Rauda, que con las ondas retorcidas
(I) Y aunque Resuena en la proporcion generalment las riberas combatidas.
De los antiguos muchos difirieron,.
Una intento seguir, la mas corriente,
Que en las mayores obras eligiéron:
Yo la vi y observé. en aquella fuente Si de lejos al arma dio el aliento
De perenne saberRonco la trompa militar de Marte, de dé salieron
Nobles memorias, de valiente mano, De repente estremece un movimiento
Que ornan l' alta Tarpeya y Vaticano. Los miembros, sin parar en una parte:
(I) Simetría del Hombre. Crece el resuello, y recogido en viento
D' el alto de Por la frente, dó el cabello abierta nariz ardiendo parte:
Se comienza á espesar obscurecido, Arroja por el cuello levantado
Hasta donde adornado de su bello El cerdoso cabello al diestro lado.
El perfil de la barba es mas crecido,
Y dó mas baxo se avecina al cuello
En tres partes iguales dividido,
La medida será con que midieres Tal las sueltas madejas extendías
(I) Grande ó pequeña imágen que hicieres. De la fiera cerviz con fiero asalto,
(I) Aquí faltan octavas. Cuando con los relinchos encendías
Simetría El estudio no ménos aire y el cuidado blanca nieve, a Pelio [Pelión] alto:
(I) Que pusiste en humanas proporciones, Las matas mas cerradas esparcías
A qualquier animal representado Al vago viento igual de salto en salto,
Aplicarás por partes y razones: En el encuentro de tu ninfa bella
Al corzo ligerísimo, al venado, Saturno volador delante de ella.
Pero en particular á los leones
Con fuerte garra y con lanudas crines,
Y cierta ley de rigurosos fines.
(I) Simetría de los animales. Tal el gallardo Cílaro iba en suma,
El hermoso lebrel, el crudo alanoY los de Marte atroz iban, y tales.
Pintado ser de grande ornato hallo: Fuego espiraba la albicante espuma
El jabalí espumoso, el tigre hircano, De los sangrientos frenos y bozales:
Y otros en grande número, que callo: Tal con el tremolar de Libia pluma
Más sobre todos ten siempre á la mano Volaban por los campos desiguales
El bizarro debuxo d' el caballo, Con ánimos y pechos varoniles
Con que tanto enriquece la pintura Los del carro feroz del grande Aquiles;
El aliento , caudal y hermosura.
Muchos hay que la fama ilustre y nombre
Por estudio mas alto ennobleciera
Con obras famosísimas, dé el nombre A los cuales excede en hermosura
Explica el artificio y la manera: El cisne volador del Señor mío,*
Solo el caballo les dará renombre Que la vitoria cierta se asegura
Y gloria De otro cualquiera en la presente gentileza y venidera brío.
Edad, pasando del debuxo esquivo Va delante a la nieve helada y pura
Á descubrirnos quanto muestra el vivo. En color, y en correr al Euro frío;
Que parezca Y a cuantos en el ayre y movimiento su verso culto admira
La generosa raza, dé ha venido, ronca voz de la Pelasga lira.
Salga (*) Es don Pedro Fernández de Córdoba y Aguilar tercer Marqués de Priego, con altivez quien tuvo estrecha amistad Pablo de Céspedes, y atrevimientocuya casa se señaló por la mejor casta de caballos, que regalaba a sus reyes. [Nota de Ceán a pie de página]
Vivo en la vista , en la cerviz erguido:
Estribe firme el brazo en duro asiento
Con el pie resonante y atrevido,
AnimosoSalve, insolente, libre, ufanogran madre, a quien dichoso parto
Sin temer el horror Digno engrandece de estruendo vano. corona y cetro,
Brioso el alto cuello Cuyo esplendor se extiende y enarcado crece, harto
Con la cabeza descarnada Más vivo y vivapuro que el diurno Electro:
Llenas las cuencas Rendido el Persa, ancho el Agareno y dilatado Partho
El bello espacio de la frente altiva: A su valor con sonoroso plectro,
Breve Si el vientre rollizo, no pesado, cielo tiene aun quien venza y quiebre
Ni caído de lados, De Smirna y que aviva Roma el presumir celebre.
Los ojos eminentes: las orejas
Altas sin derramarlas y parejas.
Bulla hinchado el fervoroso pecho,
Con los músculos fuertes y carnosos: Cuales en torno al carro levantado
Hondo él canal, dividirá derecho De uncidos ferocísimos leones
Los gruesos quartos limpios y hermosos: Van al abrigo del materno lado
Llena f anca y crecida, largo el trecho De estrellas los ardientes escuadrones:
De la cola y cabellos desdeñosos: No menor gozo tienta el pecho amado
Ancho el güeso del brazo y descarnado: Ver tú salir de ti tales varones,
El casco negroCuya virtud, liso y acopado. cual el celeste fuego
Parezca que desdeña ser postreroReluce, y más el gran marqués de Priego.
Si acaso caminando, ignota puente
Se le opone al encuentro; y delantero
Preceda á todo, al esquadron siguiente
Seguro, osado, denodado y fieroEste, por quien de gloria coronada
No dude Viste de arrojarse á la corriente eterno honor mil ornamentos
RaudaCórdoba, que con las ondas retorcidas de laureles adornada
Resuena en las riberas combatidas. Y de palmas sus altos fundamentos:
Si Luz de léjos al arma dio el aliento su ilustre patria levantada
Ronco la trompa militar de Marte, Encima a cualesquier merecimientos;
De repente estremece un movimiento Y es bien razón que en serlo de ella sea
Los miembrosDe cuanto alumbra el sol, sin parar en una parte: y el mar rodea.
Crece el resuello, y recogido en viento
Por la abierta nariz ardiendo parte:
Arroja por el cuello levantado
El cerdoso cabello al diestro lado. Y si tú, grave cítara, pretendes
Tal las sueltas madejas extendias Seguir este subido heroico intento,
De la fiera cerviz con fiero asaltóY el valor celebrar, ¿dónde te enciendes
Quando con los relinchos encendias Tanto, y alzar tu voz al claro asiento?
El ayre y blanca nieveNo consienten tus fuerzas lo que emprendes, á Pelio alto:
Las matas mas cerradas espárcias Que pocas son, y el ya cansado aliento.
Al vago viento igual de salto en saltoVuelve, vuelve y conoce la carrera,
En el encuentro de tu ninfa bella Que ya tomaste, a proseguir primera.
Saturno volador delante della.
Tal el gallardo Cylaro iba en suma,
Y los de Marte atroz iban, y tales.
Fuego espiraba l' albicante espuma Si enseñarte pudiese los concetos (*)
De los sangrientos frenos Escritos, y bozales: la voz presente y viva,
Tal con el tremolar de Libia pluma Los primores abriera y los secretos
Volaban por los campos desiguales Que encierra en sí la docta prospetiva:
Con ánimos Como extendidos por el aire y pechos varoniles retos
Los del carro feroz del grande Aquíles; los rayos salen de la vista esquiva,
Á los quales excede en hermosura Como al término llegan de su intento,
El cisne volador del Señor mioDo paran, * como en basa y fundamento.
Que la vitoria cierta se asegura (*) Perspectiva.
De otro qualquiera en gentileza y brio.
Va delante á la nieve helada y pura
En color , y en correr al Euro frio;
Y á quantos en su verso culto admira Osaré confesar que alguna parte
La ronca voz de la Pelasga lyra. EL contino trabajo alcanzar puede,
SalvePor gastar largo tiempo en aquesta arte, gran madre, á quien dichoso parto
Digno engrandece de corona y cetroY la esperanza audaz, que al fin sucede:
Cuyo explendor se extiende De mirar dónde acaba y crece, harto dónde parte
Alas vivo El corte de las líneas, y puro que el diurno Electro: do quede
Rendido Señalado el Persa escorzo, el Agareno y Partho con certeza
Á su valor En breve forma y con sonoroso plectro, mayor belleza.
Si cl cielo tiene aun quien venza y quiebre
De Smirna y Roma el presumir celebre.
(*) Es don Pedro Fernández de Córdoba y Aguilar tercer Marques de Priego, con quien tuvo estrecha amistad Pablo de Céspedes, y cuya casa se seilaló por la mejor casta de caballos, que regalaba a sus reyes.
Quales en torno al carro levantado Acórtase por esto y se retira (*)
De uncidos Ferocísimos leones El perfil, que a los miembros ciñe y parte,
Van al abrigo del materno lado Asimismo escondiéndose a la mira
De estrellas los ardientes esquadronesY desmiente a la vista una gran parte:
No menor gozo tienta el pecho amado Donde una gracia se descubre y mira
Ver tú salir de ti tales varonesTan alta, que parece, que allí la arte,
Cuya virtudO no alcanza de corta, qual el celeste fuego o se adelanta
ReluceSobre todo artificio, y mas el gran marques de Priegoo se levanta.
Este, por quien de gloria coronada (*) Escorzo.
Viste de eterno honor mil ornamentos
Córdoba, de laureles adornada
Y de palmas sus altos fundamentos:
Luz de su ilustre patria levantada Esto llaman escorzo introducido,
Encima á qualesquier merecimientos; Que en la habla común se entienda y nombre,
Y es bien razon que en serlo della sea De tierras extranjeras conducido,
De quanto alumbra Trajo con la arte misma el sol, y el mar rodea. mismo nombre:
Y si tú, grave cítara, pretendes Hora pues ni el trabajo conocido
Seguir este subido heroico intentoTal vez te haga acobardar ni asombre,
Y el valor celebrar, ¿donde te enciendes Ni la dificultad severa pueda
Tanto, y alzar tu voz al claro asiento? Romperte el paso a la sublime rueda.
No consienten tus fuerzas lo que emprendes,
Que pocas son , y el ya cansado aliento.
Vuelve, vuelve y conoce la carrera,
Que ya tomaste, á proseguir primera. ¿Qué diré de la tabla que desvía
(I) Si enseñarte pudiese El fulminante brazo y los concetos colores?
Escritos, y la voz presente Vivo parece y viva, fuerza envía
Los primores abriera y los secretos El golpe entre fingidos resplandores,
Que encierra en sí Al cual se rindió la docta prospetiva: Asia y la porfía
Como extendidos por el ayre y retos De los Parthos huyendo vencedores;
los rayos salen de Y la vista esquivapintura tan subida y nueva,
Como al término llegan de Que con relinchos su intento, caballo aprueba.
Dó paran, como en basa y fundamento.
(I) Perspectiva.
Osaré confesar que alguna parte
EL contino trabájo alcanzar puedeBien hay donde extender la blanda vela,
Por gastar largo tiempo en aquesta arteancho campo, donde el fin no es cierto,
Y traer mil precetos que la esperanza audaz, que al fin sucede: escuela
De mirar donde acaba Tuvo de los antiguos y donde parte concierto;
El corte de las líneas, y dó quede Mas mientras la intención más se desvela
Señalado Más cerca pido el escorzo, con certeza deseado puerto:
En breve forma y con mayor belleza. Con todo descubrir el fin se debe
Acórtase por esto Del camino más fácil y se retira (I) más breve.
El perfil, que á los miembros ciñe y parte,
Asimismo escondiéndose á la mira
Y desmiente á la vista una gran parte:
Donde Y para mayor luz sabrás, que hay una gracia se descubre y mira (*)
Tan altaIndustria, con que parece, que allí l' artemuchos han obrado,
U no alcanza Y acudiendo el favor de corta , ó se adelanta la fortuna
Sobre todo artificio, o se levanta. Y el suceso al estudio y al cuidado:
Esto llaman escorzo introducido, Sus pinturas ilustres una a una
Que Las colocaron en la habla comun se entienda y nombre, tan alto grado
De tierras extrangeras conducidoTan firmes, que la fuerza no ha podido
Traxo con la arte misma Del tiempo obscurecerlas, ni el mismo nombre: olvido.
Hora pues ni el trabajo conocido (*) Cuadrícula
Tal vez te haga acobardar ni asombre,
Ni la dificultad severa pueda
Romperte el paso á la sublime rueda.
Que diré Harás de la tabla que desvia cuatro listas bien labradas,
El fulminante brazo y los colores? Que entre sí puedan encajarse, un cuadro,
Vivo parece y viva fuerza envia Y por iguales trechos señaladas
El golpe entre fingidos resplandores, A la redonda sean del recuadro:
Al qual se rindió f Asia y la pórfia De señal a señal atravesadas
De los Parthos huyendo vencedoresVayan las hebras a encontrarse en cuadro;
Y la pintura tan subida y nueva, Cual el vario ajedrez suele mostrarse
Que con relinchos su caballo apruebaY de ébano y marfil diferenciase.
(I) Escorzo
Bien hay donde estender la blanda vel,
Por ancho campo, donde el fin no es cierto,
Y traer mil precetos que Podrás como quisieres la escuela figura
Tuvo de los antiguos y concierto; En tabla o en papel representarla,
Mas miéntras En la intencion mas cual se desvela descubra en la escultura
Mas cerca pido el deseado puertoUn movimiento vivo en que mirarla:
Con todo descubrir el fin se debe De suerte la acomoda en la postura,
Del camino mas fácil y mas breve. Que habrás después con tintas de pintarla,
(I) Y para mayor luz sabrásSi aspira el noble pecho a la alta gloria, que hay una
Industria, con que muchos han obrado, Que da de en siglo a siglo la memoria.
Y acudiendo el favor de la fortuna
Y el suceso al estudio y al cuidado:
Sus pinturas ilustres una á una
Las colocáron El ya dicho instrumento en tan alto grado medio puesto
Tan firmes, que la fuerza no ha podido De esta figura y de tu opuesta vista
Del tiempo obscurecerlasLa membrana o papel tendrás dispuesto, ni el olvido.
Harás de quatro listas bien labradas, Do tu dibujo con razón consista:
Que entre sí puedan encajarse, un quadroUn trazo suba por derecho enhiesto,
Y corra por iguales trechos señaladas través la ciega lista
Á la redonda sean del requadro: Con otros tantos cuadros y señales,
De señal á señal atravesadas Todas al justo, o todas desiguales;
Vayan las hebras á encontrarse en quadro;
Qual el vario axedrez suele mostrarse
Y de ébano y marfil diferenciase.
Podrás como quisieres la figura Y luego mirarás por donde pasa
Entabla ó en papel representarlaCierto el contorno de la bella idea,
En la qual se. descubra De rincón en la escultura rincón, de casa en casa
Un movimienm vivo en e aquella red que mirarlacontrapuesta sea:
De suerte la acomoda en la postura, tus cuadrados los perfiles casa
Que habrás despues con tintas de pintarlaCon oscura(*) ematite [sic], do se vea
Si aspira el noble pecho á l' alta gloriaEl escorzo tan con efeto,
Que dá de Igual en siglo á siglo la memoriatodo al imitado objeto.
(I*) QuadriculaLápiz negro.
El ya dicho instrumento en medio puesto
D' esta figura y de tu opuesta vista
La membrana o papel tendrás dispuesto,
Do tu debuxo con razon consista: Y pues ya sale y resplandece y dora (*)
Un trazo suba por derecho enhiestoCon belleza de luz del nuevo día,
Y corra por traves El cielo oscuro, la ciega lista florida aurora,
Con otros tantos quadros y señales, Y alza la faz rosada a la aura fría:
Todas al justoA vos llamo, y a vos convoco ahora, ó todas desiguales;
Y luego mirarás por donde pasa Ilustre y animosa compañía,
Cierto el contorno de la bella idea, Que conmigo entendido aquella parte
De rincon en rincon, Habéis de casa en casa los principios de parte aquesta arte.
e aquella red que contrapuesta sea: (*) El colorido.
tus quadrados los perfiles casa
Con oscura * ematite, dó se vea
El escorzo tan con efeto,
Igual en todo ¿Mas qué me canso de pintar, si al imitado objeto. Lápiz negro.vivo
Y pues ya sale Desfallece el matiz y resplandece y dora (I) a pena llega?
Con belleza de luz del nuevo dia, ¿Si con humilde ingenio lo que escribo
El cielo oscuro, la florida auroraMal el verso declara, o mal despliega?
Y alza la faz rosada á l' aura fria: Del natural pretende alto motivo
Á vos llamo, y á vos convoco ahoraSeguir, que a solo estudio no se entrega:
ilustre y animosa compañía, Del natural recoge los despojos
Que conmigo entendido aquella parte De lo que pueden alcanzar tus ojos.
Habeis de los principios de parte aquesta arte.
(I) El colorido.
Mas que me canso de pintar, si al vivo
Desfallece Busca en el matiz natural, y á pena llega ? (si supieres
¿Si con humilde ingenio lo que escribo Buscarlo) hallarás cuanto buscares:
Mal el verso declaraNo te canse mirarlo, ó mal despliega? y lo que vieres
Dei natural pretende alto motivo Conserva en los diseños que sacares.
Seguir, que á solo estudio no se entregas En la honrosa ocasión y menesteres
Del natural recage los despojos Te alegrará el provecho que hallares;
De lo que pueden alcanzar tus ojos. Y con vivos colores resucita
Busca en El vivo que el naturalpincel, y (si supieres e ingenio imita.
Buscatrlo) hallarás quanto buscares:
No te canse mirarlo, y lo que vieres
Conserva en los diseños que sacares.
En la honrosa ocasion.y menesteres No me atrevo a decir, ni me prometo
Te alegrará el provecho que hallares; Todas las bellas partes requeridas
Y con vivos colores resucita Hallarse de contino en un sujeto,
El vivo que el pincel, é ingenio imita. Todas veces sin falta recogidas;
No me atrevo á decir, ni me prometo Aunque las cría sin ningún defeto
Todas las bellas partes requeridas (A todas en belleza preteridas)
Hallarse de contino en un sugetoNaturaleza: tú entresaca el modo, (*)
Todas veces sin falta recogidas; Y de partes perfetas haz un todo.
Aunque las cría sin ningun defeto (*) Belleza.
(Á todas en belleza preteridas)
(I) Naturaleza: tú entresaca el modo,
Y de partes perfetas haz un todo.
En el silencio oscuro su belleza, (I*) Belleza.
(I) En el silencio oscuro su bellezaDesnuda de afeitadas fantasías,
Desnuda de afeitadas fantasías, Le descubre al pintor naturaleza
Le descubre al pintor naturaleza Por tantos modos y por tantas vías,
Por tantos modos y por tantas vías, Para que el arte atienda a su lindeza
Para que l' arte atienda á su lindeza Con nuevo ardor, cuando en las cumbres fría
Con nuevo ardorLa luna enviste blanca, quando y en las cumbres fría cabello
La luna enviste blanca, Al pastorcillo desdeñoso y en cabello bello.
Al pastorcíllo desdeñoso y bello(*) Imágenes de fantasía.
(I) Imágenes de fantasía.
Las frescas espeluncas ascondidas
De arboredos silvestres y sombríos,
Los sacros bosques, selvas entendidas Las frescas espeluncas ascondidas
Entre corrientes de cerúleos riosDe arboredos silvestres y sombríos,
Vivos lagos y perlas esparcidas Los sacros bosques, selvas entendidas
Entre esmeraldas y jacintos frios corrientes de cerúleos ríos,
Contemple, Vivos lagos y la memoria entretenida perlas esparcidas
De varias cosas quede enriquecida. Entre esmeraldas y jacintos fríos
Si dispusiese el soberano cielo (I)Contemple, y la memoria entretenida
Cuyo imperio corrige y la ley gobierna De varias cosas quede enriquecida.
Quanto á luz manifiesta el ancho suelo,
Y el estado mortal siguiendo alterna,
Que despues que dé vuelta el leve vuelo
Del tiempoSi dispusiese el soberano cielo (*), que consume y desgobierna
Quanto produce Cuyo imperio corrige y cría el universo, la ley gobierna
Viviese la memoria de mi verso: Cuanto a luz manifiesta el ancho suelo,
(I) Conclusión. Y el estado mortal siguiendo alterna,
Será quizá Que después que entre otros desvaríos de vuelta el leve vuelo
En Del tiempo, que dan los que aquesta humana senda consume y desgobierna
lluellanCuanto produce y cría el universo, mirase los precetos mios
Uno que alzarse á Viviese la virtud pretenda; memoria de mi verso:
(I*) Y añadiendo al cuidado nuevos brios Conclusión.
Levantará su antiguo honor emprendá
Vista arte ya perdiday desechada,
Sin honra én él álvido sepultada.
(I) Simetria del caballo. Será quizá que entre otros desvaríos
¿Como? ¿No puede ser? Un tiempo estuvo En que dan los que aquesta humana senda
(Y pasaron mil años) ascondida huellan, mirase los precetos míos
En tanto Uno que alzarse a la niebla escura tuvo virtud pretenda;
De la ignorancia la virtud sin vida, Y añadiendo al cuidado nuevos bríos (*)
Hasta que aventajada mente hubo Levantar a su antiguo honor emprenda
Quien la ensalzó dó ahora está subida; Vista arte ya perdida y desechada,
Mas (como todas cosas) nunca puede Sin honra en el olvido sepultada.
Firmarse donde permanezca y quede(*) Simetría del caballo.
No asienta en nada el pie, ni perrnanece
Cosa jamas criada en un estado:
Este hermoso sol que,resplandece,
Y el coro de los astros levantado, ¿Cómo? ¿No puede ser? Un tiempo estuvo
El vago ayre y sonante, y quanto crece (Y pasaron mil años) ascondida
En tanto que la tierra y el mar de tirado en grado niebla escura tuvo
Mueven como ellos, cambian vez y asientosDe la ignorancia la virtud sin vida,
Y revuelven los grandes elementos. Hasta que aventajada mente hubo
CARTA Quien la ensalzó do ahora está subida;
SOBRE LA PINTURA Mas (como todas cosas) nunca puede
A FRANCISCO PACHECO Firmarse donde permanezca y quede.
AÑO DE 1608.
' (I) Plinio refiere de algunas pinturas de un templo de la ciudad de Ardea, que fueron más antiguas que Roma, y que estando sin techo a cabo de tan luengo tiempo parecían nuevas y recieu pintadas. También en Lanubio, ciudad no lejos de Roma, estaba Atlante y Elena, pintados desnudos de excelentísima forma y se mantenían frescas, aunque el templo estaba arruinado..............
Fabio, ilustrísimo romano, el primero que dio sobrenombre de pintores a sus descendientes, pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron cuatrocientos y cincuenta años hasta el imperio de Claudio, en que se acabaro. en un incendio y nos acordamos de ellas. Y no me maravillo que durase tanto si estaba en tabla y al temple bien labrada, porque yo he visto alguna de Cimabue bien conservada que ha casi los mesmos años. Y otra pintura del tiempo del Petrarca a fresco, harto bien tratada. Demás de esto una figura o historia debu-
(I) Duración de la pintura. No asienta en nada el pie, ni permanece
-jada Cosa jamás criada en piedra con el debujo del pintor, abierta por quien sepa cortar la piedra, un estado:
será tan durable como la mesma piedra, y lo formado en ella le dará el valor que ¡lo tiene la materia. Algunos piensan que es nuevo el retocar la escultura y pintar sobre piedra, pues dice Plinio que preguntando a Praxíteles que obras suyas de mármol aprobaba, respondía que aquellas en quienes Nicias, famoso pintor, habia puesto la mano. Tanto atribuía a su pintura. De suerte Este hermoso sol que Nicias pintaba o retocaba la escultura de Praxíteles. Después pasó a los romanos la invención de pintar sobre piedraresplandece, y se halló en el principado de Claudio..........
Tal suerte de pintura vi yo en Y el estudio * de Tomaso del Caballero, ilustre de romano, en un vaso antiguo de barro, bien grande, labrado el vientre de follajes, y al rededor del cuello estaba Troya en figura coro de una grave matrona y pues. tos por orden aquellos héroes que asistieron en aquella guerralos astros levantado, con unas letras griegas en que cada uno tenia su nombre....
Para que fuesen las pinturas de aquellos tiempos a temple es menester saber ** que había dos suertes de colores. unas floridas El vago aire y otras austeras (I). Las floridas era obligado a dar al pintor el señor de la obrasonante, por ser muy costosas. Las austeras ponía el pintor de su casa. Entre las floridas entraba el minio, color de muy Pintura de azulejos.Pintura al temple.y cuanto crece
En la tierra y el mar de tirado en grado
(I) Plin. Lib 35. c. 6 Mueven como ellos, cambian vez y asientos,
gran precio, cue corresponde a nuestro bermellon, excepto que era aquel natural y el nuestro es artificial. Dice, pues, Plinio que para hurtar del minio el pintor, aunque estuviese el dueño presente, que hartaba bien de minio el pincel , y luego lo lavaba en la maceta del agua, como que hubiese de tomar otro color con el mismo pincel, y a muchas de estas hallaba el minio asentado en el fondo de donde le cogía despuésY revuelven los grandes elementos.
También parece poderse inferir que las obras excelentísimas de Apeles y de los otros valientes pintores, que cada una de ellas valía todas las riquezas de una ciudad, se hicieron con cuatro colores solos (2): de los colores blancos, con sólo el melino, o tierra melina: de los amarillos con el sil ático: de los colorados con la tierra sinópide póntica, de los negros con el atramento, color oscuro (cual se sea). No usaron mas que de estos cuatro colores, y todos ellos son suertes de tierras; y aunque los tres de ellos se podrían gastar al ólio (aunque mal porque obscurecen) como el ocre, almagra y negro: la tierra melina en ninguna manera. Era esta tierra de la isla de Melo, una de las Esporades, como dicen Dioscórides y Plinio, la cual era buena para las pinturas, por cuanto conservaba más tiempo la firmeza de los colores. Y esto atribuiría yo a que era más magra que otras tier-
(2) Id. Lib. 35.7.
-ras blancas, pues refregándola entre los dedos crujía, y por esto tenia mas cuerpo, empero a ólio muriera luego su blancura.
Demás de esto entre los colores muy preciosos era uno el índica (3), que acerca de nosotros se llama añil: gastado a ólio se muere a dos días (como ha hecho a mí), empero a temple cuando es bueno se conserva mejor, y en aquellos tiempos lo debía de ser'''CARTA SOBRE LA PINTURA A FRANCISCO PACHECO. Venía de la india oriental, moliéndolo parecía negro, mas después hechas sus mezclas hacia maravilloso color, mixto, de púrpura azul: esta mixtura no vemos que a ólio la haceAÑO DE 1608. '''
(* Duración de la pintura.) Plinio en el mismo capítulo claramente nos dice que eran las refiere de algunas pinturas a temple, donde no hay necesidad de discursoun templo de la ciudad de Ardea, ni de buena conjetura. Dice que pintaban con sandier (era color semejante a nuestro azarcón)fueron más antiguas que Roma, y bañándolo o velándolo después con purpuriso mezclado con templa que estando sin techo a cabo de huevo, hacia acuella alegría o esplendor del minio; tan luengo tiempo parecían nuevas y si querían hacer color de púrpura pintaban con azulrecien pintadas. También en Lanubio, y encima bañaban con purpuriso templado con huevo. Y ciudad no se ha entender que esta manera lejos de temple era como la que vemos en lienzos que hacen flamencosRoma, porque esta se llama pintura aguazoestaba Atlante y Elena, y tiene nombre pintados desnudos de por sí: el temple que digo era sobre tablas aparejadas excelentísima forma y con tan delicada manerase mantenían frescas, que no hay iluminaciones que lleguen a ellasaunque el templo estaba arruinado..............
(3) PlinFabio, ilustrísimo romano, el primero que dio sobrenombre de pintores a sus descendientes, pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron cuatrocientos y cincuenta años hasta el imperio de Claudio, en que se acabaron en un incendio y nos acordamos de ellas. Y no me maravillo que durase tanto si estaba en tabla y al temple bien labrada, porque yo he visto alguna de Cimabué bien conservada que ha casi los mesmos años. Y otra pintura del tiempo del Petrarca a fresco, harto bien tratada. Demás de esto una figura o historia dibuada en piedra con el dibujo del pintor, abierta por quien sepa cortar la piedra, será tan durable como la mesma piedra, y lo formado en ella le dará el valor que no tiene la materia. Algunos piensan que es nuevo el retocar la escultura y pintar sobre piedra, pues dice Plinio que preguntando a Praxíteles que obras suyas de mármol aprobaba, respondía que aquellas en quienes Nicias, famoso pintor, habia puesto la mano. Tanto atribuía a su pintura. De suerte que Nicias pintaba o retocaba la escultura de Praxíteles. Después pasó a los romanos la invención de pintar sobre piedra, y se halló en el principado de Claudio....... Lib 35. c.6.
Dicenme hombres que comunicaron ton Miguel Ángel, que, solía el santo viejo llorar viendo que se dejaba la manera a temple, y que todos abrazaban el ólio; y decía que ya la (* Pintura de azulejos.) Tal suerte de pintura era fenecida y acabada. Lo que vi yo me atrevo a decir esen el estudio de Tomaso del Caballero, que si no se hubiera introducido la manera a ólioilustre de romano, que hubiera menos pintores malosen un vaso antiguo de barro, según barrunto; entendiendo siempre usándose aquella buena manera a temple que usaron aquellos grandes hombres bien grande, y labrado el mesmo Miguel Ángel. Yo me hallé en Roma con pintores al frescovientre de follajes, muy doctos y práticos, los cuales porfiaban que no sólo no hubo pintura a ólio antiguamente, pero que los pintores antiguos no alcanzaron l’ arte alrededor del cuello estaba Troya en figura de pintar a fresco, sino solo a temple, cosa nueva para mí. Y parece, bien considerado, que se pueden traer por una grave matrona y otra parte algunas razones. Que la hubiese lo testifican algunas pinturas halladas puestos por orden aquellos héroes que asistieron en Roma aquella guerra, con unas letras griegas en grutas y bóvedas soterrañas, de donde se lizo pintura grotescaque cada uno tenia su nombre. A esto responden, que bien mirado, no están hechas a fresco, sino a temple; y aunque yo he visto algunas , no me cabría determinar : a mí me parecieron a fresco. y púdome engañar la mucha antigüedad, y no estar tan enteras que se pudiesen bien discernir (4). También confirma esta opinion lo que dice Plinio hablando del negro yPintura al fresco.
(4* Pintura al temple.) LibPara que fuesen las pinturas de aquellos tiempos a temple es menester saber que había dos suertes de colores. unas floridas y otras austeras '''(I)'''. Las floridas era obligado a dar al pintor el señor de la obra, por ser muy costosas. Las austeras ponía el pintor de su casa. 35Entre las floridas entraba el minio, color de muy gran precio, que corresponde a nuestro bermellón, excepto que era aquel natural y el nuestro es artificial. capDice, pues, Plinio que para hurtar del minio el pintor, aunque estuviese el dueño presente, que hartaba bien de minio el pincel, y luego lo lavaba en la maceta del agua, como que hubiese de tomar otro color con el mismo pincel, y a muchas de estas hallaba el minio asentado en el fondo de donde le cogía después.6
como se usaba También parece poderse inferir que las obras excelentísimas de Apeles y de éllos otros valientes pintores, que si era para escribir cada una de ellas valía todas las riquezas de una ciudad, se mezclaba hicieron con cuatro colores solos '''(2)''': de los colores blancos, con goma; y si para pintar sobre las paredes se mezclaba sólo el melino, o tierra melina: de los amarillos con el sil ático: de los colorados con cola ó engrudo. Llamaban esta manera la tierra sinópide póntica, de pintar sobre los negros con el muro opus tectoriumatramento, color oscuro (cual se sea). Y es cosa clara No usaron mas que a fresco no se gasta color ninguno con otra cosa que con agua pura de estos cuatro colores, y todos ellos son suertes de tierras; y También que aunque los tres de ellos se podrían gastar al ólio (aunque mal porque obscurecen) como el ocre, almagra y negro : la tierra melina en ninguna manera. Era esta tierra de humo (que es la isla de Melo, una de quien trata las Esporades, como dicen Dioscórides y Plinio en este lugar) no es , la cual era buena para las pinturas, por cuanto conservaba más tiempo la firmeza de los colores. Y esto atribuiría yo a que era más magra que otras tierras blancas, pues refregándola entre los dedos crujía, y por esto tenia más cuerpo, empero a propósito para el frescoólio muriera luego su blancura.
Que hubiese pintura a fresco parece que se puede colegir Demás de lo que esto entre los colores muy preciosos era uno el mesmo Plinio en el cap. índico '''(3 refiere de tres pinturas en la ciudad de Ardea; las cuales faltándoles el techo habían durado muchos años, y asimismo en Lanubio)''', ciudad cerca de Roma. De suerte que siendo pintadas en la pared, las unas sin techo y acerca de tanta antigüedad, como afirma, y las otras con haber padecido el templo alguna ruina, según él da nosotros se llama añil: gastado a entender, mantenerse tan frescas son indicios que no eran ólio se muere a temple , pues habiendo tantos años que estaban hechas, se habían conservado en su primera hermosura. Nota asimismo en el capítulo 4, que Fabio ilustrísimo romano dos días ( que se honró con el nombre de pintorcomo ha hecho a mí) pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron hasta el imperio de Claudio emperador, y que un incendio las acabó; y por lo menos se conservaron trescientos años. Había otra suerte de pintura llamada * Pinturaencáustica, la cual se hacia con ceras mezcladas con colores de cualquier suerte, principalmente de las finas, que liania Plinio floridas (5), de la cual no usaban en paredes, sino solamente en las galeras y naves. Esto era porque otra cualquier pintura la quitara y lavara el agua, y más salada, y la cera podía resistir: estas tales mezclas de colores y pinturas se hacían con fuego. De donde consta que si se hubiera hallado el pintar empero a óleo, no usaran de pintura tan enfadosa; y bien temple cuando es bueno se ve que el óleo fuera de conserva mejor expedición que la cera , y secara presto, que la cera no podemos decir que seca, mas que se endurece con el tiempo. Y me parece a mí que realmente en aquellos tiempos no se había hallado esta nuestra manera de ólio, porque si se hubiera descubierto , no usaran del gastar los colores con cera al fuego, con lo cual no conseguían su intento , ni se podían unir tan bien, siendo tan mala debía de gastar y tratar la ceraser. Y ha Venía de entender vm. pintura lisa y llanala india oriental, lucen figuras de medio relievemoliéndolo parecía negro, como se hacen aliara estos retratos de cera de colores. Porque demás que los autores las llaman pinturasmas después hechas sus mezclas hacia maravilloso color, no eran a propósito para pintar ni adornar las naves y armadasmixto, que a ser de relíevo, en cualquiera cosa que tocaran se deshicieran y quebraran; y púrpura azul: esta mixtura no era lo vemos que ellos pretendían eso, sino a ólio la perpetuidad,encáusticahace.
Plinio en el mismo capítulo claramente nos dice que eran las pinturas a temple, donde no hay necesidad de discurso, ni de buena conjetura. Dice que pintaban con sandier (5era color semejante a nuestro azarcón) Lib. 35. cap, y bañándolo o velándolo después con purpuriso mezclado con templa de huevo, hacia aquella alegría o esplendor del minio; y si querían hacer color de púrpura pintaban con azul, y encima bañaban con purpuriso templado con huevo. 7Y no se ha entender que esta manera de temple era como la que vemos en lienzos que hacen flamencos, porque esta se llama pintura aguazo, y tiene nombre de por sí: el temple que digo era sobre tablas aparejadas y con tan delicada manera, que no hay iluminaciones que lleguen a ellas.
Dícenme hombres que comunicaron con Miguel Ángel, que solía el santo viejo llorar viendo que se dejaba la manera a temple, y que todos abrazaban el ólio; y decía que ya la pintura era fenecida y acabada. Lo que yo me atrevo a decir es, que si no se hubiera introducido la manera a ólio, que hubiera menos pintores malos, según barrunto; entendiendo siempre usándose aquella buena manera a temple que usaron aquellos grandes hombres, y el mesmo Miguel Ángel. (* Pintura al fresco.) Yo me hallé en Roma con pintores al fresco, muy doctos y práticos, los cuales porfiaban que estuviesen seguras no sólo no hubo pintura a ólio antiguamente, pero que los pintores antiguos no alcanzaron el agua arte de pintar a fresco, sino solo a temple, cosa nueva para mí. Y parece, bien considerado, que se pueden traer por una y otra parte algunas razones. Que la hubiese lo testifican algunas pinturas halladas en Roma en grutas y bóvedas soterrañas, de donde se dijo pintura grutesca. A esto responden, que bien mirado, no están hechas a fresco, sino a temple; y aunque yo he visto algunas, no me cabría determinar: a mí me parecieron a fresco, y púdome engañar la mucha antigüedad, y no estar tan enteras que se pudiesen bien discernir '''(4)'''. También confirma esta opinión lo que dice Plinio hablando del negro y como se usaba de él, que si era para escribir se mezclaba con goma; y si para pintar sobre las había paredes se mezclaba con cola o engrudo. Llamaban esta manera de quitarpintar sobre el muro ''opus tectorium''. Y es cosa clara que a fresco no se gasta color ninguno con otra cosa que con agua pura; y también que el negro de humo (que es de quien trata Plinio en este lugar) no es a propósito para el fresco.
Que hubiese pintura a fresco parece que se puede colegir de lo que el mesmo Plinio en el cap. 3 refiere de tres pinturas en la ciudad de Ardea; las cuales faltándoles el techo habían durado muchos años, y asimismo en Lanubio, ciudad cerca de Roma. De suerte que siendo pintadas en la pared, las unas sin techo y de tanta antigüedad, como afirma, y las otras con haber padecido el templo alguna ruina, según él da a entender, mantenerse tan frescas son indicios que no eran a temple, pues habiendo tantos años que estaban hechas, se habían conservado en su primera hermosura. Nota asimismo en el capítulo 4, que Fabio ilustrísimo romano (que se honró con el nombre de pintor) pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron hasta el imperio de Claudio emperador, y que un incendio las acabó; y por lo menos se conservaron trescientos años.  (* Pintura encáustica.) Había otra suerte de pintura llamada encáustica, la cual se hacia con ceras mezcladas con colores de cualquier suerte, principalmente de las finas, que llama Plinio floridas '''(5)''', de la cual no usaban en paredes, sino solamente en las galeras y naves. Esto era porque otra cualquier pintura la quitara y lavara el agua, y más salada, y la cera podía resistir: estas tales mezclas de colores y pinturas se hacían con fuego. De donde consta que si se hubiera hallado el pintar a ólio, no usaran de pintura tan enfadosa; y bien se ve que el ólio fuera de mejor expedición que la cera y secara presto, que la cera no podemos decir que seca, mas que se endurece con el tiempo. Y me parece a mí que realmente en aquellos tiempos no se había hallado esta nuestra manera de ólio, porque si se hubiera descubierto, no usaran del gastar los colores con cera al fuego, con lo cual no conseguían su intento, ni se podían unir tan bien, siendo tan mala de gastar y tratar la cera. Y ha de entender vm. pintura lisa y llana, lucen figuras de medio relieve, como se hacen ahora estos retratos de cera de colores. Porque demás que los autores las llaman pinturas, no eran a propósito para pintar ni adornar las naves y armadas, que a ser de relievo, en cualquiera cosa que tocaran se deshicieran y quebraran; y no era lo que ellos pretendían eso, sino la perpetuidad, y que estuviesen seguras que el agua no las había de quitar.  Según lo que de estas razones puedo conjeturar, ellos carecieron de la manera a óleo ólio hasta los tiempos de Constantino Magno, que entonces todavía duraba la manera de pintar con ceras, y por consiguiente la del temple. Hace mención de ella Eusebio Pamphilo Cesariense, tratando del cuidado vano de los hombres en procurar conservar las memorias de sus antepasados, hora con pinturas hechas con cera, hora con imágenes de otra materia, imitando los movimientos con escultura, parte con letras en columnas y otros mármoles; y aunque todo este lugar no hace a nuestro propósito, sino aquello que trata de pintura, todavía lo he puesto hasta el cabo, por ser a mi parecer bueno para considerar nuestra vanidad y engaño en pensar perpetuarse les los hombres con obras caducas y sujetas al cuchillo del tiempo.
Tornando, pues, a lo que tratábamos de la pintura, oso afirmar, que usándose gasta los tiempos del dicho Constantino la pintura a temple y la encáustica de ceras de colores, y no la de ólio, que tampoco se usó en los años que se han seguido hasta cerca de los nuestros.
Desde el tiempo de este emperador comenzaron las artes buenas de pintura y escultura a caer de manera, que casi se puede decir, que entonces fueron sepultadas, y así se ve por las obras de escultura que en Roma se ven de su tiempo, que con dificultad se pueden ver peores. Vense por aquellas ruinas de Roma algunas pinturas, hechas algunos años después, de imágenes de nuestra Señora, y de otras devociones, tan fuera de manera de pintura, que casi no hay rastro de ella. Es bien verdad, que en algunas hay cierta polideza y asiento de colores a fresco, según me parecía, que holgaba de mirarlas, aunque pocas. Siguieronse Siguiéronse después los tiempos de los godos y longobardos, donde se remató del todo. A cabo de años vinieron unos griegos a Roma, que pintaron y enseñaron una tal manera a su modo, que fue bastante para desterrar del mundo la buena manera; hasta que Cimabue (que nació año de 1240) apartándose de la que estos habían introducido, comenzó a sacar de tinieblas la pobre pintura, y después Giotto y Masaccio a levantarla de punto, y después de ellos otros, cultivándola; más hicieron obras milagrosas a temple y a fresco, hasta que el gran Buonarroti Buonarota [ Miguel Ángel ] la puso en su perfección.   '''(I)''' Plin. Lib 35. c.6. '''(2)''' Id. Lib. 35. 7. '''(3)''' Plin. Lib 35. c.6. '''(4)''' Lib. 35. cap.6
'''(Tomo V, pp5)''' Lib. 35. cap. 7. 273-352)