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{{Autor
|nombre_completo=Juan Domingo [Giovanni Olivieri, Gian Domenico] Olivieri |alias= |fecha_nacimiento=1708 |lugar_nacimiento=Carrara [(Génova, Italia]) |fecha_fallecimiento=1762 |lugar_fallecimiento=Madrid |cronologia_siglo=XVIII |cronologia_ano_desde= |cronologia_ano_hasta= |ciudad_trabajo=Turín (Italia) Aranjuez (Comunidad de Madrid) |especialidad=escultorEscultor |imagenref_bibliografica=*C. Cuesta Mellado, C. Muriel Cegarra, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Gian Domenico Olivieri. Accesible en: https://dbe.rah.es/biografias/130032/gian-domenico-olivieri (consultado en 2770972021) |tomo=3 |pagina=248 |letra=Letra O |grupo=Grupo OL }}{{Autor:header}}'''Olivieri''' (don Juan Domingo) [ Giovanni Domenico ] escultor. Nació en Carrara, pueblo de la república de Génova, con grandes disposiciones para la escultura, que no tardó mucho tiempo en descubrir al lado de los muchos maestros que hay en él con motivo de los mármoles que se sacan de sus canteras. Acreditado en su patria, pasó a Turín al servicio del rey de Cerdeña. Hizo en esta corte varias [[obras_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''obras'']] que aumentaron su reputación, de donde le trajo a Madrid el marques marqués de Villarías para ser el primer escultor de Felipe V  
El gran afecto que tenía a España, le determinó a no salir más de ella, para lo cual solicitó y obtuvo el título de naturaleza de estos reinos, y desde entonces se dedicó con desvelo a educar y proteger la juventud. Concurría ésta por las noches a su casa, y a sus expensas la enseñó a dibujar algunos años. Si el mayor bien para las bellas artes es el establecimiento de las academias públicas, ningún profesor ha sido más útil a España que Olivieri, pues fue el móvil y causa de la fundación de la de San Fernando en Madrid, madre de todas las demás que se levantaron después en el reino.
 
 
Así lo conocía este instituto, pues no hallando modo de manifestarle su gratitud, le dio el año de 1758 una [[medalla_de_oro_con_el_retrato_del_fundador_Fernando_VI_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''medalla de oro con el retrato del fundador Fernando VI'']] guarnecido ricamente, y una cadena del mismo metal. Es cierto que Olivieri después de haberse desvelado por el establecimiento de la academia, redobló su celo, siendo su primer director, con continua asistencia y enseñanza, y ejecutando todas las [[medalla_de_oro_con_el_retrato_del_fundador_Fernando_VI_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''obras'']] que se ofrecían para su adorno, cuales fueron el [[busto_en_mármol_de_Fernando_VI_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''busto en mármol de Fernando VI'']], y la medalla en la misma materia de [[(medalla_en_mármol)_de_José_de_Carvajal_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''[ medalla en mármol ] de José de Carvajal'']], primer protector.
 
 
No contento con haber establecido esta academia, ansioso más y más por la prosperidad de las bellas artes en todo el reino, trabajó cuando pudo para fijar iguales estudios en Valencia, Barcelona y Otras ciudades. En esto se ocupó el resto de su vida, que acabó en Madrid el día 15 de marzo de 1762, con general sentimiento de los artistas, que perdieron un padre, un maestro y un protector; y de la academia de San Fernando, que volvió a dar otra prueba de su reconocimiento, representando al rey [ Fernando VI ] a favor de su viuda y dos hijas, que dejó de tierna edad, a quienes S. M. tuvo a bien de señalar cien doblones anuales.
 
 
Es conocido el mérito de sus [[(medalla_en_mármol)_de_José_de_Carvajal_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''obras'']] en Madrid, y manifestó su inteligencia y saber en la dirección de las [[estatuas_de_piedra_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''estatuas de piedra'']] que se trabajaban para coronar el palacio nuevo [ palacio Real de Madrid ]. Las demás públicas son las que siguen:
'''''MADRID'''''
 MADRID '''''PALACIO ''''' [ REAL ]
-Dos de las cuatro estatuas colosales de emperadores que están en el patio y representan a [[Teodosio_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''Teodosio'']] y [[Honorio_-_Olivieri,_Juan_Domingo__Giovanni_Domenico|''Honorio'']]; los dos [[mancebos_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''mancebos'']] del altar mayor en el retablo de la capilla real.
  REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO '''''Real Academia de san Fernando''''' [ EN LA CALLE DE ALCALÁ En la calle de Alcalá ]
-El [[busto_en_mármol_de_Fernando_VI,_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''busto en mármol de Fernando VI,'']] y la medalla de la misma materia de [[(medalla_de_mármol)_don_José_de_Carvajal_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''[ medalla de mármol ] don José de Carvajal'']], primer protector.
  PLAZUELA DE LA VILLA.'''''Plazuela de la Villa'''''
-La [[traza_de_la_fuente_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''traza de la fuente'']]que está en ella.
  SALESAS REALES '''''Salesas Reales''''' [ MONASTERIO REAL DE LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE MPONJAS DE SAN FRANCISCO DE SALESMonasterio Real de la Visitación de nuestra señora de monjas de san Francisco de Sales, SE CONTABILABA COMO COLEGIO, EN LA PLAZUELA DE LAS SALESAS en la plazuela de las Salesas ]
-Un bajo relieve de mármol sobre la puerta de la iglesia que representa la v[[isitación_de_(la_Virgen)_nuestra_Señora_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''isitación de [ la Virgen ] nuestra Señora'']]: en esta fachada las [[tablas_de_Moisés_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''tablas de Moisés'']], una [[cruz_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''cruz'']], unos [[ángeles_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''ángeles'']] y unos [[jarrones_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''jarrones'']]: las estatuas de [[Jesús_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''Jesús'']], [[María_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''María'']] y [[José_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''José'']] sobre la portería del monasterio: una medalla también de mármol en el ático del altar mayor, que representa a [[san_Francisco_de_Sales_en_gloria_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''san Francisco de Sales en gloria'']]: dos estatuas de la [[fe_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''fe'']]y de la [[caridad_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''caridad'']] con algunos [[niños_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''niños'']], y a los lados del propio altar las de [[san_Fernando_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''san Fernando'']] y de [[santa_Bárbara_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''santa Bárbara'']].
'''''ARANJUEZ'''''
ARANJUEZ'''''ALPAJES''''' ALPAJES, PARROQUIA '''''Parroquia'''''
-La de [[san_Francisco_Javier_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''san Francisco Javier'']] en su retablo
'''APÉNDICE'''
'''Real Academia de san Fernando'''
Como se debe a don Juan Domingo Olivieri el haber promovido la idea del establecimiento de esta real academia hasta el punto de ver florecientes sus estudios, creemos que este sea el lugar más oportuno para hablar de su erección, de sus progresos y del estado en que se halla.
APÉNDICE REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO   Como se debe a don Juan Domingo Olivieri el haber promovido la idea del establecimiento de esta real academia hasta el punto de ver florecientes sus estudios, creemos que este sea el lugar más oportuno para hablar d esu erección, d esus progresos y del estado en que se halla.   No se puede negar que el proyecto de formar una academia pública de las bellas artes en Madrid principió el año de 1619 cuando los profesores imprimieron y presentaron un memoríal memorial a Felipe III, pidiendo que estableciese en la corte una academia de pintura, como la había de matemáticas, acompañando los estatutos con que había de ser gobernada, lo que no tuvo efecto. Tampoco la tuvo aunque se renovó la instancía instancia en el reinado de Felipe IV, pues convencido el reino de su utilidad, nombró, junto en cortes, cuatro diputados que tratasen la matería materia con la debida madurez. Celebraron sus juntas: se hicieron constituciones y reglamentos para su gobierno y conservación, que aprobó el reino; pero “se suspendió todo (dice Vincencío Carducho), no por causa de la pintura ni por la de sus favorecedores, sino por opiniones y dictámenes particulares de los mismos, de la facultad."   Bien pudiera atribuirse a esta suspensión la principal causa de la decadencía de las bellas artes en España; pero ya manifestamos en la introducción a este diccionario las que concurrieron a su ruina. Lo cierto es, que precisamente desde aquella época comenzaron nuestros artistas a separarse del buen camino y de las buenas máximas que Berruguete, Becerra, Vigarny, y otros grandes profesores españoles y extranjeros trajeron de Italia, y llegaron las artes a principios del siglo XVIII al estado más deplorable de ignorancía y desprecio.   Así las halló Felipe V de quien dijo un célebre orador, que “cuando pasó los Pirineos ya le inflamaba el deseo de restaurar las ciencías y las artes." En efecto, luego que se desembarazó de los estorbos que tuvo para subir al trono, trató de restablecerlas, para lo cual trajo de Italia y Francía los mejores artistas y la preciosa [[colección_de_estatuas_de_la_reina_Cristina_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''colección de estatuas de la reina Cristina'']]. Fue uno de estos profesores don Juan Domingo Olivieri, que lleno de amor patriótico, estableció en su casa y a sus expensas una escuela pública de dibujo. La reputación de Olivieri, que clamaba por el establecimiento de una academia real en Madrid, el favor que disfrutaba del marqués de Villarías, ministro de Estado, fueron la causa de que se tratase en algunas sesiones sobre la utilidad del proyecto.
Bien pudiera atribuirse a esta suspensión la principal causa de la decadencia de las bellas artes en España; pero ya manifestamos en la introducción a este diccionario las que concurrieron a su ruina. Lo cierto es, que precisamente desde aquella época comenzaron nuestros artistas a separarse del buen camino y de las buenas máximas que Berruguete, Becerra, Vigarny, y otros grandes profesores españoles y extranjeros trajeron de Italia, y llegaron las artes a principios del siglo XVIII al estado más deplorable de ignorancia y desprecio.
Así las halló Felipe V de quien dijo un célebre orador, que “cuando pasó los Pirineos ya le inflamaba el deseo de restaurar las ciencias y las artes." En efecto, luego que se desembarazó de los estorbos que tuvo para subir al trono, trató de restablecerlas, para lo cual trajo de Italia y Francia los mejores artistas y la preciosa [[colección_de_estatuas_de_la_reina_Cristina_-_Olivieri,_Juan_Domingo_(Giovanni_Domenico)|''colección de estatuas de la reina Cristina'']]. Fue uno de estos profesores don Juan Domingo Olivieri, que lleno de amor patriótico, estableció en su casa y a sus expensas una escuela pública de dibujo. La reputación de Olivieri, que clamaba por el establecimiento de una academia real en Madrid, el favor que disfrutaba del marqués de Villarías, ministro de Estado, fueron la causa de que se tratase en algunas sesiones sobre la utilidad del proyecto.
El Gobierno la vio en la primera junta y comenzó a proteger la escuela de Olivieri. Celebrose una pública en la casa de la princesa de Robec, que presidió el mismo ministro de Estado, y a la que concurrieron muchos personajes, artistas y aficionados: se pronunció una oración inaugural, que se imprimió, y un general aplauso enardeció los ánimos de los profesores y aficionados, y sobre todos el de Olivieri, que proseguía con su escuela, ya auxiliada por el Gobierno y más concurrida; y a sus instancias el rey aprobó en 1742 la idea de formar una academia pública. Mas; por ciertas dificultades que ocurrieron, no se estableció la junta preparatoria hasta el día 13 de julio de 44 con el objeto de perfeccionar el plan de la academia y de continuar los estudios públicos de las bellas artes. Se destinó para sus funciones la casa de la Panadería, y se ocurrió suficientemente a sus gastos.
Pero antes que Olivieri viniese a España, un celosísimo asturiano por el bien público, por el adelantamiento de las bellas artes y por el honor de la nación, el escultor don Juan de Villanueva trabajó por establecer una academia pública en Madrid, y aunque pudo lograr que se juntasen los artistas, se desvaneció tan útil proyecto el año de 1709 con las turbaciones de la guerra; y más adelante otro asturiano don Francisco Antonio Menéndez, pintor de miniatura de Felipe V, quien después de haber visto en Italia por espacio de diecisiete años los progresos que hacían las academias del dibujo, se afanó y clamó por la erección de una en Madrid, hasta escribir e imprimir a su costa una larga representación al rey el año de 1726, en que demostró las utilidades que resultarían al reino de este establecimiento; y proponiendo la misma casa de la Panadería para los estudios públicos, ofrecía trabajar y publicar el reglamento con que se habían de gobernar. pero no habiendo sido oído entonces, quedó reservada esta, gloria a un extranjero, contentándose Villanueva y Menéndez con el título de directores de la junta precursora de su suspirada academia.
 Pero antes que Olivieri viniese a España ,un celosísimo asturiano por el bien público, por el adelantamiento de las bellas artes y por el honor de la nación, el escultor don Juan de Villanueva trabajó por establecer una academia pública en Madrid, y aunque pudo lograr que se juntasen los artistas, se desvaneció tan útil proyecto el año de 1709 con las turbaciones de la guerra; y más adelante otro asturiano don Francisco Antonio Menéndez, pintor de miniatura de Felipe V, quien después de haber visto en Italia por espacio de diesiete años los progresos que hacían las academias del dibujo, se afanó y clamó por la erección de una en Madrid, hasta escribir e imprimir a su costa una larga representación al rey el año de 1726, en que demostró las utilidades que resultarían al reino de este establecimiento; y proponiendo la misina casa de la Panadería para los estudios públicos, ofrecía trabajar y publicar el reglamento con que se habían de gobernar. pero no habiendo sido oído entonces, quedó reservada esta, gloria a un extranjero, contentándose Villanueva y Menéndez con el título de directores de la junta precursora de su suspirada academia.   Nombró el rey por protector de esta junta al marques de Villarías, y por viceprotector vice protector a don Fernando Treviño. Por individuos de ella al marqués de Santiago , al conde de Saceda, don Baltasar de Elgueta, don Miguel Zuazuabar Zuaznábar y don Nicolás Arnaud. Por director general a don Juan Domingo Olivieri: por directores de pintura a don Luis Van Loó, don Juan Bautista Peña, don Andrés de la Calleja, don Santiago Bonavía, don Antonio González Ruiz don Francisco Menéndez: de escultura a don Antonio Dumandre, don Juan de Villanueva y don Nicolás Carisana; y de arquitectura a don Juan Bautista Sacheti, donSantiago don Santiago Pavía y don Francisco Ruiz.  
Celebrose la primera junta pública el día primero de septiembre del propio año de 44, la segunda en 15 de julio del siguiente con lucida concurrencia; pero la muerte del rey acaecida en 9 de julio de 46 suspendió la deseada aprobación del establecimiento de la academia. Estaba destinada esta gloría para su hijo don Fernando, que aprobó todo lo actuado y mandó formar las ordenanzas. Aumentase la dotación en 1750, y se enviaron pensionados a Roma. Confirmáronse los estatutos en 8 de abril de 1750, y en 12 del mismo mes del año siguiente se expidió el real decreto de erección de la academia con el titulo de San Fernando, bajo la protección de S. M. que nombró para su gobierno y enseñanza a las personas siguientes.
  <blockquote>
PROTECTOR.
El excelentísimo señor don José Carbajal y Lancaster.
 
 
VICEPROTECTOR.
El señor don Alfonso Clemente de Aróstegui.
 
CONSILIARIOS Y ACADÉMICOS DE HONOR.
</blockquote>
El excelentísimo señor marques de Sarria.

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