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{{Autor:header}}'''Cincinato''' (Rómulo) [Cincinnato] Pintor y natural de Florencia. Estudió su profesión con Francisco Salviati, y fue condiscípulo de nuestro Pedro Rubiales en Roma, en donde tenia gran reputación cuando Felipe II escribió a don. Luis de Requesens, su embajador en aquella corte, para que le enviase algunos pintores de habilidad. Envió Cincinato y a Patricio [ Cajés ] Caxesi el año de 1567, concertados en trabajar tres años por veinte ducados al mes.
Luego que llegaron a Madrid, fueron destinados a pintar dos [[piezas_al_fresco_del_Alcázar_-_Cincinato,_Rómulo|''piezas al fresco del Alcázar'']], que desempeñaron a satisfacción de S. M., y concluidos los tres años, mandó por real cédula de 2o de septiembre de 157, que continuasen con el mismo salario. Más adelante le eligió para pintar los dos [[oratorios_del_ángulo_entre_oriente_y_mediodía_del_claustro_principal_-_Cincinato,_Rómulo|''oratorios del ángulo entre oriente y mediodía del claustro principal'']] del real monasterio de San Lorenzo; y esta obra le elevó a igual grado de ciencia y conocimientos en su profesión, que el que tuvieron los demás pintores que han trabajado en aquel sitio. No tuvo mucha razón el padre Sigüenza para decir que carecía de invención, pues aunque el [[pasaje_del_endemoniado,_que_pintó_al_pie_del_monte_Tabor_-_Cincinato,_Rómulo|''pasaje del endemoniado, que pintó al pie del monte Tabor'']]en uno de los dos oratorios parece tomado de otro de [[Rafael_-_Cincinato,_Rómulo|''Rafael'']] que estaba en Roma en la iglesia de San Pedro in Monitorio, no es puntual, y aun cuando lo fuese haría muy bien en aprovecharse de la mejor obra de tan gran maestro; pero las demás que Rómulo pintó en aquel monasterio desmienten este concepto; entre ellas había un [[fresco_en_la_sacristía_-_Cincinato,_Rómulo|''fresco en la sacristía'']]que había pintado de prestado el año de 1571.
Por real cédula fecha en el Pardo a 3 de agosto de 72 Felipe II le concedió licencia por seis meses para ir a Cuenca, sin que se le descontase nada de su salario, y en 73 otra por tres en los mismos términos. Pintó en esta ciudad la famosa [[circuncisión_(de_Cristo)_del_Señor_-_Cincinato,_Rómulo|''circuncisión [ de Cristo ] del Señor'']], tan celebrada por una figura arrodillada y puesta de espalda, que arroja un pie con tan buen arte, que parece salir fuera del cuadro, de lo que estaba tan satisfecho su autor, que respondió al que celebraba sus obras del Escorial: ''“Vale más un zancajo que pinté en los jesuitas de Cuenca, que todo lo que he hecho en aquel monasterio"''.

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