Edición de «Fragmentos que escribió sobre la pintura Pablo de Céspedes, (T.V, 267-343)»

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Otros muchos hubo que yo pudiera poner en lista, como a Tadeo Zuccaro y su hermano Federico, archivos verdaderamente del tesoro de este arte, y otros que dejo, así por atender a la brevedad, como porque sus obras no han sido vistas por mí, y si lo han sido no las tengo tanto en la memoria, aunque ahora me representa a Julio Romano, discípulo de Rafael, o por decir mejor, otro Rafael; Lucio Romano, gran mi amigo en su última vejez, maestro de pintar grutescos por excelencia. Y en nuestra España no han faltado algunos, mas su excelencia fue más en dorados y estofados, y si algunas historias hay de ellos, es más de loar la pulideza del pincel que la materia.  
 
Otros muchos hubo que yo pudiera poner en lista, como a Tadeo Zuccaro y su hermano Federico, archivos verdaderamente del tesoro de este arte, y otros que dejo, así por atender a la brevedad, como porque sus obras no han sido vistas por mí, y si lo han sido no las tengo tanto en la memoria, aunque ahora me representa a Julio Romano, discípulo de Rafael, o por decir mejor, otro Rafael; Lucio Romano, gran mi amigo en su última vejez, maestro de pintar grutescos por excelencia. Y en nuestra España no han faltado algunos, mas su excelencia fue más en dorados y estofados, y si algunas historias hay de ellos, es más de loar la pulideza del pincel que la materia.  
  
''Eius est sacerdos adorans, et Ajax fulmine incensus'' '''(I) [equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 4]'''. No puede con todo esto competir con el retrato que Rafael de Urbano hizo de Julio II, en el cual se ve su semejanza al vivo, los terciopelos y demás ornatos que de ordinario traen los sumos pontífices, porque no se puede llegar, cuanto el pasar de allí. Pintó asimismo un incendio del palacio e iglesia de san Pedro, donde hay unas mujeres, que llevan agua para apagarlo, y otra que ha echado una criatura de un terrado por librarla del fuego, la recoge un hombre, medio vestido en los brazos, ¡divina cosa! y un hijo que saca de las llamas su padre a cuestas, y un hijo que lleva delante de sí, a imitación de Eneas y Anquises: no hay más que ver, ni que decir.  
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''Eius est sacerdos adorans, et Ajax fulmine incensus'' '''(I)[equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 4]'''. No puede con todo esto competir con el retrato que Rafael de Urbano hizo de Julio II, en el cual se ve su semejanza al vivo, los terciopelos y demás ornatos que de ordinario traen los sumos pontífices, porque no se puede llegar, cuanto el pasar de allí. Pintó asimismo un incendio del palacio e iglesia de san Pedro, donde hay unas mujeres, que llevan agua para apagarlo, y otra que ha echado una criatura de un terrado por librarla del fuego, la recoge un hombre, medio vestido en los brazos, ¡divina cosa! y un hijo que saca de las llamas su padre a cuestas, y un hijo que lleva delante de sí, a imitación de Eneas y Anquises: no hay más que ver, ni que decir.  
  
''Deprehenditur tamen Zeuxis grandior in capitibus articulisque, &c.'' '''(2) [equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 5]'''. Esto no se puede reprender en ninguno de los ya nombrados.
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''Deprehenditur tamen Zeuxis grandior in capitibus articulisque, &c.'' '''(2)[equivocadamente numerada por Cean, corresponde consecutivamente a la nota 5]'''. Esto no se puede reprender en ninguno de los ya nombrados.
  
 
''Descendisse hic in certamen cum Zeuxide traditur. Et cum ille detulisset uvas pictas tanto successu, ut in scenam aves advolarent, ipse detulisse linteum pictum, ita veritate repraesentata, ut Zeuxis alitum iudicio tu mens flagitaret tandem remoto linteo ostendi picturam, atque intellecto errore concederet palmam ingenuo pudore, quoniam ipse volucres fefellisset'' '''(6)'''. Paréceme conseja. Él engañó las aves y engañáronle a él con la toalla pintada. Haberse engañado las aves en la capilla del Papa en algunos asientos y cornisas hechos por Miguel Ángel es cosa cierta: no por eso se hace gran caso. Tiziano retrato al duque de Ferrara, y puso el duque su retrato en una ventana, y él se puso a otra para gustar el engaño, y cuantos pasaban, pensando que era el duque, lo reverenciaban con la gorra en la mano. Y el mismo Tiziano, que es mas, estando en Roma fue a ver las pinturas que hizo Rafael en el jardín de Agustín Guigi, que ahora es del cardenal Farnesio, y en una lonja que sale a la puerta hay unos niños pintados de blanco y negro, y algunas cornisas fingidas de estuque, y no quiso creer que los niños fuesen de pintura, hasta tanto que trajo una caña y los tentó para ver si eran de bulto: tanto duró en él el engaño, que aunque otros se lo decían, no lo creía. Hízolos Baltasar Peruci de Siena.  
 
''Descendisse hic in certamen cum Zeuxide traditur. Et cum ille detulisset uvas pictas tanto successu, ut in scenam aves advolarent, ipse detulisse linteum pictum, ita veritate repraesentata, ut Zeuxis alitum iudicio tu mens flagitaret tandem remoto linteo ostendi picturam, atque intellecto errore concederet palmam ingenuo pudore, quoniam ipse volucres fefellisset'' '''(6)'''. Paréceme conseja. Él engañó las aves y engañáronle a él con la toalla pintada. Haberse engañado las aves en la capilla del Papa en algunos asientos y cornisas hechos por Miguel Ángel es cosa cierta: no por eso se hace gran caso. Tiziano retrato al duque de Ferrara, y puso el duque su retrato en una ventana, y él se puso a otra para gustar el engaño, y cuantos pasaban, pensando que era el duque, lo reverenciaban con la gorra en la mano. Y el mismo Tiziano, que es mas, estando en Roma fue a ver las pinturas que hizo Rafael en el jardín de Agustín Guigi, que ahora es del cardenal Farnesio, y en una lonja que sale a la puerta hay unos niños pintados de blanco y negro, y algunas cornisas fingidas de estuque, y no quiso creer que los niños fuesen de pintura, hasta tanto que trajo una caña y los tentó para ver si eran de bulto: tanto duró en él el engaño, que aunque otros se lo decían, no lo creía. Hízolos Baltasar Peruci de Siena.  
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Della beltà, che m’ave il cor conquiso.  
 
Della beltà, che m’ave il cor conquiso.  
 
  
  
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Per far fede quaggiu del suo bel viso.  
 
Per far fede quaggiu del suo bel viso.  
 
  
  
 
Y en otro soneto:  
 
Y en otro soneto:  
 
  
  
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Con la figura voce, ed intelletto: .....  
 
Con la figura voce, ed intelletto: .....  
 
  
  
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'''(26)''' Plin. Lib. 35, cap. 10.  
 
'''(26)''' Plin. Lib. 35, cap. 10.  
 
  
  
Línea 328: Línea 323:
 
'''LIBRO PRIMERO'''  
 
'''LIBRO PRIMERO'''  
  
[Las indicaciones (*) corresponden a notas al margen, y se incluyen al final de cada estrofa]
 
  
Mueve al alma un deseo que la inclina
+
Mueve al alma un deseo que la inclina  
  
A seguir desigual atrevimiento:
+
A seguir desigual atrevimiento:  
  
Ardor, que nos parece ser divina
+
Ardor, que nos parece ser divina  
  
Inspiración, de pretendido intento:
+
Inspiración, de pretendido intento:  
  
Si el despierto vigor, donde se afina
+
Si el despierto vigor, donde se afina  
  
En mí avivase el fugitivo aliento,
+
En mí avivase el fugitivo aliento,  
  
Diría el artificio soberano
+
Diría el artificio soberano  
  
 
Sin par, do llegar pudo estudio humano.
 
Sin par, do llegar pudo estudio humano.
 +
  
 +
¿Cuál principio conviene a la noble arte?
  
 +
¿El debuxo, que él solo representa
  
 +
Con vivas líneas que redobla, y parte
  
¿Cuál principio conviene a la noble arte?
+
Cuanto el aire, la tierra y mar sustenta?  
 
 
¿El dibujo, que él solo representa
 
 
 
Con vivas líneas que redobla, y parte
 
 
 
Cuanto el aire, la tierra y mar sustenta?
 
 
 
¿El concierto de músculos, y parte
 
  
Que a la invención las fuerzas acrecienta?
+
¿El concierto de músculos, y parte
  
¿El bello colorido, y los mejores
+
Que a la invención las fuerzas acrecienta?
  
Modos con que florece? ¿O los colores?
+
¿El bello colorido, y los mejores
  
 +
Modos con que florece? ¿O los colores?
  
  
 +
Comenzaré de aquí, pintor del mundo
  
Comenzaré de aquí, pintor del mundo
+
Que del confuso caos tenebroso
  
Que del confuso caos tenebroso
+
Sacaste en el primero y el segundo
  
Sacaste en el primero y el segundo
+
Hasta el último día del reposo
  
Hasta el último día del reposo
+
A luz la faz alegre del profundo;
  
A luz la faz alegre del profundo;
+
Y el celestial asiento luminoso
  
Y el celestial asiento luminoso
+
Con tanto resplandor y hermosura
  
Con tanto resplandor y hermosura
+
De varia y perfectísima pintura,
  
De varia y perfectísima pintura,
 
  
 +
Con que tan lejos del concierto humano
  
 +
Se adorna el cielo de purpúreas tintas,
  
 +
Y el translúcido esmalte soberano,
  
Con que tan lejos del concierto humano
+
Con inflamadas luces y distintas:
  
Se adorna el cielo de purpúreas tintas,
+
Muestras tu diestra y poderosa mano
  
Y el translúcido esmalte soberano,
+
Cuando con tanta maravilla pintas
  
Con inflamadas luces y distintas:
+
Los grandes signos del etéreo claustro
  
Muestras tu diestra y poderosa mano
+
De la parte del élice y del austro.
  
Cuando con tanta maravilla pintas
 
  
Los grandes signos del etéreo claustro
+
Al ufano pabón alas y falda
  
De la parte del Élice y del Austro.
+
De oro bordaste y de matiz divino,
  
 +
Do vive el rosicler, do la esmeralda
  
 +
Reluce, y el zafiro alegre y fino:
  
 +
Al fiero pardo la listada espalda,
  
Al ufano pabón alas y falda
+
La piel al tigre en modo peregrino;
  
De oro bordaste y de matiz divino,
+
Y la tierra amenísima, que esmalta
  
Do vive el rosicler, do la esmeralda
+
El lirio y rosa, el amaranto y calta.
  
Reluce, y el zafiro alegre y fino:
 
  
Al fiero pardo la listada espalda,
+
Todo fiero animal por ti vestido
  
La piel al tigre en modo peregrino;
+
Va diverso en color del vano velo:
  
Y la tierra amenísima, que esmalta
+
Todo volante género atrevido,  
  
El lirio y rosa, el amaranto y calta.
+
Que el aire y niebla hiende en presto vuelo:
  
 +
Los que cortan el mar, y el que tendido
  
 +
Su cuerpo arrastra en el materno suelo:
  
 +
De ti, mi inculto ingenio, enfermo y poco,
  
Todo fiero animal por ti vestido
+
Fuerzas alcance: yo a ti solo invoco.
  
Va diverso en color del vano velo:
 
  
Todo volante género atrevido,
+
Un mundo en breve forma reducido,  
  
Que el aire y niebla hiende en presto vuelo:
+
Propio retrato de la mente eterna,
  
Los que cortan el mar, y el que tendido
+
Hizo Dios, que es el hombre, ya escogido
  
Su cuerpo arrastra en el materno suelo:
+
Morador de su regia sempiterna;
  
De ti, mi inculto ingenio, enfermo y poco,
+
Y la aura simple de inmortal sentido
  
Fuerzas alcance: yo a ti solo invoco.
+
Inspiró dentro en la mansión interna;
  
 +
Que la exterior parte avive y mueva
  
 +
Los miembros fríos de la imagen nueva.
  
  
Un mundo en breve forma reducido,
+
Vistiólo de una ropa que compuso
  
Propio retrato de la mente eterna,
+
En extremo bien hecha y ajustada,  
  
Hizo Dios, que es el hombre, ya escogido
+
De un color hermosísimo, confuso,  
  
Morador de su regia sempiterna;
+
Que entre blanco se muestre colorada.
  
Y la aura simple de inmortal sentido
+
Como si alguno entre azucenas puso  
 
 
Inspiró dentro en la mansión interna;
 
 
 
Que la exterior parte avive y mueva
 
 
 
Los miembros fríos de la imagen nueva.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vistiólo de una ropa que compuso
 
 
 
En extremo bien hecha y ajustada,
 
 
 
De un color hermosísimo, confuso,
 
 
 
Que entre blanco se muestre colorada.
 
 
 
Como si alguno entre azucenas puso
 
  
 
La rosa, en bella confusión mezclada;
 
La rosa, en bella confusión mezclada;
 
+
 
O del indio marfil trasflora y pinta
 
O del indio marfil trasflora y pinta
  
La limpia tez con la sidonia tinta (*)
+
La limpia tez con la sidonia tinta
  
(*) Aquí faltan versos
+
''Aquí faltan versos'' [Nota al margen]
  
 +
 +
Principios [Nota al margen]
  
 +
Primero romperás lo menos duro
  
 +
De este arte, poco a poco conquistando:
  
Primero romperás lo menos duro (*)
+
Procura un orden, por el cual seguro  
 
 
De este arte, poco a poco conquistando:
 
 
 
Procura un orden, por el cual seguro
 
 
 
Por sus términos vayas caminando.
 
 
 
Comienza de un perfil sencillo y puro
 
 
 
Por los ojos y partes figurando
 
 
 
La faz. Ni me desplugo de este modo
 
  
Un tiempo linear el cuerpo todo.
+
Por sus términos vayas caminando.  
  
(*) Principios.
+
Comienza de un perfil sencillo y puro
  
 +
Por los ojos y partes figurando
  
 +
La faz. Ni me desplugo de este modo
  
 +
Un tiempo linear el cuerpo todo.
  
Un día y otro día, y el continuo (*)
 
  
Trabajo hace prático y despierto;
+
Un día y otro día, y el continuo
  
Y después que tendrás seguro el tino
+
Trabajo hace prático y despierto;
  
Con el estilo firme y pulso cierto
+
Y después que tendrás seguro el tino
  
No cures atajar luengo camino,
+
Con el estilo firme y pulso cierto
  
Ni por allí te engañe cerca el puerto:
+
No cures atajar luengo camino,
  
Vean que el deseado fin consigas
+
Ni por allí te engañe cerca el puerto:
  
Pereza y confianzas enemigas.
+
Vean que el deseado fin consigas
  
 +
Pereza y confianzas enemigas.
  
  
 +
Así la universal naturaleza
  
Así la universal naturaleza
+
Cuantos produce al esplendor del cielo
  
Cuantos produce al esplendor del cielo
+
No primero los arma de firmeza,
  
No primero los arma de firmeza,
+
Ni con osado pie huellan el suelo,  
  
Ni con osado pie huellan el suelo,
+
Que el sabor de la leche y la terneza
  
Que el sabor de la leche y la terneza
+
Funde y condensa del corpóreo velo,
  
Funde y condensa del corpóreo velo,
+
Y como va creciendo el alimento  
 
 
Y como va creciendo el alimento
 
  
 
Refuerza con igual mantenimiento,
 
Refuerza con igual mantenimiento,
 +
  
  
 +
Hasta que ya crecida, llega al punto
  
 +
Adulta edad, de más perfeto estado:
  
Hasta que ya crecida, llega al punto
+
El sustento dispone y dalo junto  
 
 
Adulta edad, de más perfeto estado:
 
 
 
El sustento dispone y dalo junto
 
 
 
Al cuerpo y al vigor acomodado:
 
 
 
No quieras adornar más tu trasunto
 
 
 
De lo que conviniere al primer grado,
 
 
 
Que Cuanto, más en él te detuvieres,
 
 
 
Irás más pronto al otro a que subieres.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ya que la aura segunda de la suerte
 
 
 
Descubre en tu favor felice agüero,
 
 
 
No puede según esto sucederte
 
 
 
¡Menos el resto que el sudor primero;
 
 
 
Por ende con ahínco anteponerte
 
 
 
Pretende entre los otros delantero,
 
 
 
Llevando siempre, y vencerás, por guía
 
 
 
La libre obstinación de tu porfía.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La elegancia y la suerte graciosa (*)
 
 
 
Con que el diseño sube al sumo grado
 
 
 
No pienses descubrirla en otra cosa,
 
 
 
Aunque industria acrecientes y cuidado,
 
 
 
Que en aquella excelente obra espantosa,(**)
 
 
 
Mayor de cuantas se han jamás pintado,
 
 
 
Que hizo el Buonarota de su mano
 
 
 
Divina en el Etrusco Vaticano.
 
 
 
(*) Dibujo
 
 
 
(**) El juicio universal de Miguel Ángel
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cual nuevo Prometeo en alto vuelo
 
 
 
Alzándose, extendió las alas tanto,
 
 
 
Que puesto encima el estrellado cielo
 
 
 
Una parte alcanzó del fuego santo;
 
 
 
Con que tornando enriquecido al suelo,
 
 
 
Con nueva maravilla y nuevo espanto,
 
 
 
Dio vida con eternos resplandores
 
 
 
A mármoles, a bronces, a colores.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Era perpetua noche y sombra oscura
 
 
 
La ignorancia, que tanto ocupa y tiene,
 
 
 
Cuando con llama relumbrante y pura
 
 
 
Esta luz clara se aparece y viene:
 
 
 
Vistióse de vista hermosura
 
 
 
El siglo inculto y rudo, á quien conviene (*)
 
 
 
Con título vencer debido y justo
 
 
 
La fortuna edad del gran Augusto.
 
 
 
(*) El tiempo de Carlos V.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡O más que mortal hombre, ángel divino!
 
 
 
¿O cuál te nombraré? No humano cierto
 
  
Es tu ser, que del cerco impíreo vino
+
Al cuerpo y al vigor acomodado:
  
Al estilo y pincel, vida y concierto.
+
No quieras adornar más tu trasunto
  
Tú mostraste a los hombres el camino
+
De lo que conviniere al primer grado,
  
Por mil edades escondido, incierto
+
Que Cuanto, máas en él te detuvieres,  
  
De la reina virtud: a ti se debe
+
Irás más pronto al otro a que subieres.
  
Honra, que en cierto día el sol renueve.(*)
 
  
(*) Faltan aquí muchas octavas.
+
Ya que la aura segunda de la suerte
  
 +
Descubre en tu favor felice agüero,
  
 +
No puede según esto sucederte
  
 +
¡Menos el resto que el sudor primero;
  
Será entre todos el pincel primero (*)
+
Por ende con ahínco anteponerte
  
En su cañón atado y recogido
+
Pretende entre los otros delantero,
  
Del blando pelo del silvestre vero
+
Llevando siempre, y vencerás, por guía
  
(El bélgico es mejor y en más tenido):
+
La libre obstinación de tu porfía.
  
Sedas el jabalí cerdoso y fiero (**)
 
  
Parejas ha de dar el mas crecido:
+
Dibuxo [Nota al margen]
  
Será grande o mayor, según que fuere
+
La elegancia y la suerte graciosa
  
Formado a la ocasión que se ofreciere.
+
Con que el diseño sube al sumo grado
  
(*) Pinceles.
+
No pienses descubrirla en otra cosa,
  
(**) Brochas.
+
Aunque industria acrecientes y cuidado,
  
 +
Qu'e en aquella excelente obra espantosa (), (II)
  
 +
Mayor de,cuantas se han jamas pintado,
  
 +
Que hizo el Buonarota de su mano
  
Un junco, que tendrá ligero y firme (*)
+
Divina en el Etrusco Vaticano.
  
Entre dos cielos la sinestra mano
 
  
Donde el pulso incierto en el pintar se afirme,
 
  
y el teñido pincel vacile en vano:
+
(II) el juicio final de Miguel Ánguel.
  
De aquellos que cargó de Tierra-firme
+
Cual nuevo Prometeo en alto vuelo
  
Entre oro y perlas navegante ufano
+
Alzándose, extendió las alas tanto,
  
De ébano ó de marfil, asta que se entre (**)
+
Que puesto encima el estrellado cielo
  
Por el cañón, hasta que el pelo encuentre.
+
Una parte alcanzó del fuego santo;
  
(*) Tiento.
+
Con que tornando enriquecido al suelo,
  
(**) Tablilla.
+
Con nueva maravilla y nuevo espanto,
  
 +
Dió vida con eternos resplandores
  
 +
Á mármoles, á bronces, á colores.
  
 +
Era perpetua noche y sombra oscura
  
Demás de un tabloncillo relumbrante
+
La ignorancia, que tanto ocupa y tiene,
  
Del árbol bello de la tierna pera,
+
Quando con llama relumbrante y pura
  
O de aquel otro, que del triste amante
+
Esta luz clara se aparece y viene:
  
Imitare el color en su madera:
+
Vistióse de vista hermosura
  
Abierto por la parte de delante,
+
(I) El siglo inculto y rudo, á quien conviene
  
Do salgas el grueso dedo por de fuera:
+
Con título vencer debido y justo
  
En él asentarás por sus tenores
+
La fortuna eda del gran Augusto
  
La variedad y mezcla de colores.
+
(I) EL tiempo de Carlos V.  
  
 +
¡Ó mas que mortal hombre, ángel divino!
  
 +
¿Ó qual te nombraré? No humano cierto
  
 +
Es tu ser, que del cerco impíreo vino
  
Un pórfido cuadro, llano y liso, (*)
+
Al estilo y pincel, vida y concierto.
  
Tal que en su tez te mires limpia y clara,
+
Tú mostraste a los hombres el camino
  
Donde podrás con no pequeño aviso
+
Por mil edades escondido, incierto
  
Trillarlos en sutil mistura y rara:
+
De la reyna virtud: á ti se debe
  
De tres piernas la máquina de aliso (**)
+
(I) Honra, que en cierto día el sol remueve.
  
De una a otra poco más que vara,
+
(I) Faltan aquí muchas octavas.
  
Las clavijas pondrás en sus encajes,
+
(I) Sera entre todos el pincel primero
  
Donde a tu mano el cuadro alces o bajes.
+
EN su cañón atado y recogido
  
(*) Atlas de los pinceles.
+
Del blaco pelo del silvestre vero
  
(**) Caballete.
+
(El bélgico es mejor y en mas tenido):
  
 +
(II) Sedas el jabalí cerdoso y fiero
  
 +
Parejas ha de dar el mas crecido:
  
 +
Será grande o mayor, segun que fuere
  
De macizo nogal sazonado (*)
+
Formado a la ocasión que se ofreciere.
  
Derecha regla que el perfil cuadra:
+
(I) Pinceles.
  
Tendrás también de acero bien labrado (**)
+
(II) Brochas.
  
(No faltará ocasión) la justa escuadra,
+
(I) Un junco, que tendrá ligero y firme
  
Y el compás de redondo fiel trabado (***)
+
Entre dos cielos la sinestra mano
  
A quien el propio nombre al justo cuadra,
+
el pulso incierto en el pintar se afirme,  
  
Que abriéndose o cerrando no se asienta
+
y el teñido pincel vacile en vano:
  
El salto donde el paso más se aumenta
+
De aquellos que cargó de Tierra-firme
  
(*) Regla.
+
Entre oro y perlas navegante ufano
  
(**) Escuadra.
+
(II) De évano ó de marfil, asta que se entre
  
(***) Compás.
+
Por el cañón, hasta que el pelo encuentre.  
  
 +
(I) Tiento.
  
 +
(II) Atlas de los pinceles.
  
 +
Demas de un tabloncillo relumbrante (I)
  
De más de esto un cuchillo acomodado (*)
+
Del árbol bello de la tierna pera,
  
De sus perdidos filos ya desnudo,
+
Ó de aquel otro, que del triste amante
  
Que incorpore el color; y otro delgado
+
Imitare el color en su madera:
  
Que corte sin sentir fino y agudo (**)
+
Abierto por la parte de delante,
  
Los despojos del pájaro sagrado,
+
Dó salgas el grueso dedo por defuera:
  
Cuya voz oportuna tanto pudo
+
En el asentarás por sus tenores
  
De la tarpea roca en la defensa,
+
La variedad y mezcla de colores.
  
Cuando tenerla el fiero gallo piensa.
+
(I) Tablilla.  
  
(*) Cuchillo para templar colores.
+
Un pórfido quadro, llano y liso (I),
  
(**) Otro agudo.
+
Tal que en su tez te mires limpia y clara,
  
 +
Donde podrás con no pequeño aviso
  
 +
Trillarlos en sutil mistura y rara:
  
 +
De tres piernas la máquina de aliso (II)
  
Sea argentada concha, do el tesoro (*)
+
De una a otra poco más que vara,  
  
Creció del mar en el extremo seno,
+
Las clavijas pondrás en sus encaxes,  
  
La que guarde el carmín y guardé el oro
+
Donde á tu mano el quadro alces o bajxes.
  
El verde, el blanco y el azul sereno:
+
(I) Losa.
  
Un ancho vaso de metal sonoro
+
(II) caballete.
  
De frescas ondas transparentes lleno,
+
De macizo nogal sazonado (I)
  
Do molidos a olio [óleo] en blando frío
+
Derecha regla que el peril quadra:
  
Del calor los defienda y del estío.
+
Tendrás tambien de acero bien labrado (II)
  
(*) Colores en sus conchas dentro y fuera del agua.
+
(No faltará ocasion) la justa escuadra,
  
 +
y el compas de redondo fiel travado (III)
  
 +
Á quien el propio nombre al justo quadra,
  
 +
Que abriéndose o cerrando no se asienta
  
Una ampolla de vidrio cristalina, (*)
+
El salto donde el paso mas se aumenta
  
Que el perfeto barniz guarde, distinta
+
(I) Regla.
  
De otra, do se conserva, y do se afina
+
(II) Esquadra.
  
Olio, con que mas cómodo se pinta: (**)
+
(III) Compas.
  
Con estas otra que á la par destina (***)
+
De mas de esto un cuchillo acomodado (I)  
  
A la letra y dibujo, oscura tinta,
+
De sus perdidos filos ya desnudo,  
  
De caparrosa hecha, agalla y goma
+
Que encorpore el color; y otro delgado
  
Con el licor que da la fértil soma.
+
Que corte sin sentir fino y agudo (II)
  
(*) Barniz.
+
Los despojos del páxaro sagrado,
  
(**) Aceite.
+
Cuya voz oportuna tanto pudo
  
(***) Tinta.
+
De la tarpea roca en la defensa,
  
 +
Quando tenerla el fiero gallo piensa.
  
 +
(I) Cuchillo para templar colores.
  
 +
(II) Oreo agudo.
  
Tiene la eternidad ilustre asiento
+
Sea argentada concha, dó el tesoro
  
En este humor por siglos infinitos:
+
(I) Creció del mar en el extremo sonó,
  
No en el oro, o el bronce, ni ornamento
+
La que guarde el carmín y guardé el oro  
  
Parió, ni en los colores exquisitos:
+
El verde, el blanco y el azul sereno:  
  
La vaga fama con robusto aliento
+
Un ancho vaso de metal sonoro
  
En él esparce los canoros gritos,
+
De frescas ondas transparentes lleno,  
  
Con que celebra las famosas lides
+
Dó molidos á ólio en blando frio
  
Desde la India a la ciudad de Alcides.
+
Del calor los defienda y del estío.  
  
 +
(I) Colores en sus conchas dentro y fuera del agua.
  
 +
(II) Una ampolla de vidrio cristalina,
  
 +
Que el perfeto barniz guarde, distinta
  
¿Qué fuera (si bien fue segura estrella
+
De otra, dó se conserva, y dó se afina
  
Y el hado en su favor constante y cierto)
+
(III) Olio, con que mas comodo se pinta:
  
Con la soberbia sepultura y bella
+
(IV) Con estas otra que á la par destina
  
De las cenizas del esposo muerto
+
Á la letra y debuxo, oscura tinta,
  
La magnánima reina? ¿Si en aquella
+
De caparrosa hecha, agalla y goma
  
Noche oscura de olvido y desconcierto
+
Con el licor que dá la fértil soma.
  
La tinta la dejara, y los loores
+
(II) Barniz.
  
De versos y eruditos escritores?
+
(III) Aceyte.
  
 +
(IV) Tinta.
  
Los soberbios alcázares alzados
+
Tiene la eternidad ilustre asiento
  
En los latinos montes hasta el cielo,
+
En este humor por siglos infinitos:
  
Anfiteatros y arcos levantados
+
No en el oro, ó el bronce, ni ornamento
  
De poderosa mano y noble celo,
+
Patrio, ni en los colores exquisitos:
  
Por tierra desparcidos y asolados,
+
La vaga fama con robusto aliento
  
Son polvo ya, que cubre el yermo suelo:
+
En él esparce los canoros gritos,  
  
De su grandeza apenas la memoria
+
Con que celebra las famosas lides
  
Vive, y el nombre de pasada gloria.
+
Desde la India á la ciudad de Alcides.  
  
 +
¿Que fuera (si bien fue segura estrella
  
 +
Y el hado en su favor constante y cierto)
  
 +
Con la soberbia sepultura y bella
  
De Príamo infelice solo un día
+
De las cenizas del esposo muerto
  
Deshizo el reino tan temido y fuerte:
+
La magnánima reyna? ¿Si en aquella
  
Crece la inculta yerba, do crecía
+
Noche oscura de olvido y desconcierto
  
La gran ciudad gobierno y alta suerte:
+
La tinta la dexara, y los loores
  
Viene espantosa con igual porfía
+
De versos y eruditos escritores?
  
A los hombres y mármoles la muerte:
+
Los soberbios alcázares alzados
  
Llega el fin postrimero, y el olvido
+
En los latinos montes hasta el cielo,  
  
Cubre en oscuro seno cuanto ha sido.
+
Anfiteatros y arcos levantados
  
 +
De poderosa mano y noble zelo,
  
 +
Por tierra desparcidos y asolados,
  
 +
Son polvo ya, que cubre el yermo suelo:
  
Humo envuelto en las nieblas, sombra vana
+
De su grandeza apenas la memoria
  
Somos; que aún no bien vista desparece:
+
Vive, y el nombre de pasada gloria.
  
Breve suma de números que allana
+
De Priarno infelice solo un dia
  
La parca, cuando multiplica y crece:
+
Deshizo el reyno tan temido y fuerte:  
  
Tirana suerte en condición humana
+
Crece la inculta yerba, dó crecía
  
Que con nuestros despojos enriquece.
+
La gran ciudad gobierno y alta suerte:
  
Deuda cierta nacemos y tributo
+
Viene espantosa con igual porfia
  
Al gran tesoro del hambriento Pluto.
+
Á los hombres y mármoles la muerte:
  
 +
Llega el fin postrimero, y el olvido
  
 +
Cubre en oscuro seno quanto ha sido.
  
 +
Humo envuelto en las nieblas, sombra vana
  
Todo se anega en el Estigio lago:
+
Somos; que aun no bien vista desparece:  
  
Oro esquivo, nobleza, ilustres hechos.
+
Breve suma de números que allana
  
El ancho imperio de la gran Cartago
+
La parca, quando multiplica y crece:
  
Tuvo su fin con los soberbios techos:
+
Tirana suerte en condicion humana
  
Sus fuertes muros de espantoso estrago
+
Que con nuestros despojos enriquece.
  
Sepultados encierra en sí y deshechos
+
Deuda cierta nacemos y tributo
  
El espacioso puerto, donde suena
+
Al gran tesoro d' el hambriento Pluto.
  
Ahora el mar en la desierta arena.
+
Todo se anega en el Estígio lago:
  
 +
Oro esquivo, nobleza, ilustres hechos.
  
 +
El ancho imperio de la gran Cartago
  
 +
Tuvo su fin con los soberbios techos:
  
Espantoso su nombre fue, espantoso
+
Sus fuertes muros de espantoso estrago
  
El hierro agudo a la ciudad de Marte;
+
Sepultados encierra en sí y deshechos
  
Ella lo sabe, y Trasimeno undoso,
+
El espacioso puerto, donde suena
  
Que en su sangre hirvió de parte a parte:
+
Ahora el mar en la desierta arena.
  
Caverna ahora del león velloso,
+
Espantoso su nombre fue, espantoso
  
Do áspid sorda y cerasta se reparte,
+
El hierro agudo á la ciudad de Marte;
  
A do no humano acento, más bramidos
+
Ella lo sabe, y Trasimeno undoso,  
  
De fieras resonantes son oídos.
+
Que en su sangre hervió de parte á parte:
  
 +
Caberna ahora del leon velloso,
  
 +
Dó aspid sorda y cerasta se reparte,
  
 +
A dó no humano acento, mas bramidos
  
Vos sentísteis también, menos amigos,
+
De fieras resonantes son oídos.
  
Los tristes hados con discurso extraño,
+
Vos sentísteis tambien, ménos amigos,  
  
No tanto por los golpes enemigos,
+
Los tristes hados con discurso extraño,  
  
Mas por vuestro valor último daño,
+
No tanto por los golpes enemigos,  
  
¡O Numancia! ¡o Sagunto! que testigos
+
Mas por vuestro valor último daño,
  
Ahora sois de humano desengaño
+
¡Ó Numancia! ¡ó Sagunto! que testigos
  
Caísteis, mas quitó vuestra venganza
+
Ahora sois de humano desengaño
  
Al vencedor la palma y la esperanza.
+
Caísteis, mas quitó vuestra venganza
  
 +
Al vencedor la palma y la esperanza.
  
 +
¡Que muncho si la edad hambrienta lleva
  
 +
Las peñas enriscadas, y subidas,
  
¡Que muncho si la edad hambrienta lleva
+
El fiero diente, y su crueza çeba
  
Las peñas enriscadas, y subidas,
+
De piedras arrancadas y esparcidas!
  
El fiero diente, y su crueza ceba
+
Las altas torres con extraña prueba
  
De piedras arrancadas y esparcidas!
+
Al tiempo rinden las eternas vidas:
  
Las altas torres con extraña prueba
+
Hiéndese y abre el duro lado en tanto
  
Al tiempo rinden las eternas vidas:
+
El mármol liso, el simulacro santo.
  
Hiéndese y abre el duro lado en tanto
+
D' el gran Señor la omnipotente mano,
  
El mármol liso, el simulacro santo.
+
Que las ruedas formó del ancho mundo,  
  
 +
Y quanto adorna el pavimento humano,
  
 +
Y el mar, y quanto esconde en el profundo,
  
 +
No vemos que refrena, ó va á la mano
  
Del gran Señor la omnipotente mano,
+
De la natura el gran poder segundo,  
  
Que las ruedas formó del ancho mundo,
+
pues todo quanto á luz sacar le place
  
Y cuanto adorna el pavimento humano,
+
Acaba, y con morir su curso hace.
  
Y el mar, y cuanto esconde en el profundo,
+
¿Quantas obras la tierra avara esconde.
  
No vemos que refrena, o va a la mano
+
Que ya ceniza y polvo las contemplo?
  
De la natura el gran poder segundo,
+
¿Donde el bronce labrado y oro? ¿Y donde
  
pues todo cuanto a luz sacar le place
+
Átrios y gradas d' el asirio templo,
  
Acaba, y con morir su curso hace.
+
Al qual de otro gran rey nunca responde
  
 +
De alta memoria peregrino exemplo?
  
 +
Solo el decoro qu’el ingenio adquiere
  
 +
Se libra d' el morir, ó se difiere.
  
¿Cuántas obras la tierra avara esconde.
+
No creo que otro fuese el sacro rio
  
Que ya ceniza y polvo las contemplo?
+
Que al vencedor Aquiles, y ligero
  
¿Dónde el bronce labrado y oro? ¿Y dónde
+
le hizo el cuerpo con fatal rocío
  
Atrios y gradas del asirio templo,
+
Impenetrable al homicida acero,  
  
Al cual de otro gran rey nunca responde
+
Que aquella trompa y sonoroso brio
  
De alta memoria peregrino ejemplo?
+
D' el claro verso d' el eterno Homero,
  
Solo el decoro que el ingenio adquiere
+
Que viviendo en la boca de la gente
  
Se libra del morir, o se difiere.
+
Ataja de los siglos la corriente.  
  
 +
Como se opuso con igual aliento
  
 +
El verso grande de Maron divino,
  
 +
Quando con paso audaz de ilustre intento
  
No creo que otro fuese el sacro rio
+
De l' áurea eternidad halló camino:
  
Que al vencedor Aquiles, y ligero
+
Puso en el trono d' el purpúreo asiento
  
Le hizo el cuerpo con fatal rocío
+
La noble tinta del poeta Andino
  
Impenetrable al homicida acero,
+
Al magnánimo Eneas, no el inico
  
Que aquella trompa y sonoroso brío
+
Paságe, y la creciente de Numico.
  
Del claro verso del eterno Homero,
+
LIBRO II
  
Que viviendo en la boca de la gente
+
(I) Y aunque en la proporcion generalment
  
Ataja de los siglos la corriente.
+
De los antiguos muchos difirieron,.  
  
 +
Una intento seguir, la mas corriente,
  
 +
Que en las mayores obras eligiéron:
  
 +
Yo la vi y observé. en aquella fuente
  
Como se opuso con igual aliento
+
De perenne saber, de dé salieron
  
El verso grande de Marón divino,
+
Nobles memorias, de valiente mano,  
  
Cuando con paso audaz de ilustre intento
+
Que ornan l' alta Tarpeya y Vaticano.
  
De la áurea eternidad halló camino:
+
(I) Simetría del Hombre.
  
Puso en el trono del purpúreo asiento
+
D' el alto de la frente, dó el cabello
  
La noble tinta del poeta Andino
+
Se comienza á espesar obscurecido,
  
Al magnánimo Eneas, no el inico [sic]
+
Hasta donde adornado de su bello
  
Pasaje, y la creciente de Numico.
+
El perfil de la barba es mas crecido,  
  
 +
Y dó mas baxo se avecina al cuello
  
 +
En tres partes iguales dividido,
  
 +
La medida será con que midieres
  
'''LIBRO II'''
+
(I) Grande ó pequeña imágen que hicieres.
  
 +
(I) Aquí faltan octavas.
  
Y aunque en la proporción generalmente (*)
+
Simetría El estudio no ménos y el cuidado
  
De los antiguos muchos difirieron,
+
(I) Que pusiste en humanas proporciones,  
  
Una intento seguir, la más corriente,
+
A qualquier animal representado
  
Que en las mayores obras eligieron:
+
Aplicarás por partes y razones:  
  
Yo la vi y observé en aquella fuente
+
Al corzo ligerísimo, al venado,
  
De perenne saber, de do salieron
+
Pero en particular á los leones
  
Nobles memorias, de valiente mano,
+
Con fuerte garra y con lanudas crines,  
  
Que ornan la alta Tarpeya y Vaticano.
+
Y cierta ley de rigurosos fines.  
  
(*) Simetría del Hombre.
+
(I) Simetría de los animales.  
  
 +
El hermoso lebrel, el crudo alano,
  
 +
Pintado ser de grande ornato hallo:
  
 +
El jabalí espumoso, el tigre hircano,
  
Del alto de la frente, do el cabello
+
Y otros en grande número, que callo:
  
Se comienza a espesar obscurecido,
+
Más sobre todos ten siempre á la mano
  
Hasta donde adornado de su bello
+
El bizarro debuxo d' el caballo,
  
El perfil de la barba es más crecido,
+
Con que tanto enriquece la pintura
  
Y do más bajo se avecina al cuello
+
El aliento , caudal y hermosura.
  
En tres partes iguales dividido,
+
Muchos hay que la fama ilustre y nombre
  
La medida será con que midieres
+
Por estudio mas alto ennobleciera
  
Grande o pequeña imagen que hicieres.(*)
+
Con obras famosísimas, dé el nombre
  
(*) Aquí faltan octavas.
+
Explica el artificio y la manera:
  
 +
Solo el caballo les dará renombre
  
 +
Y gloria en la presente y venidera
  
 +
Edad, pasando del debuxo esquivo
  
El estudio no menos y el cuidado (*)
+
Á descubrirnos quanto muestra el vivo.
  
Que pusiste en humanas proporciones,
+
Que parezca en el ayre y movimiento
  
A cualquier animal representado
+
La generosa raza, dé ha venido,
  
Aplicarás por partes y razones:
+
Salga con altivez y atrevimiento,
  
Al corzo ligerísimo, al venado,
+
Vivo en la vista , en la cerviz erguido:
  
Pero en particular a los leones
+
Estribe firme el brazo en duro asiento
  
Con fuerte garra y con lanudas crines,
+
Con el pie resonante y atrevido,  
  
Y cierta ley de rigurosos fines.
+
Animoso, insolente, libre, ufano,
  
(*) Simetría de los animales.
+
Sin temer el horror de estruendo vano.  
  
 +
Brioso el alto cuello y enarcado
  
 +
Con la cabeza descarnada y viva:
  
 +
Llenas las cuencas , ancho y dilatado
  
El hermoso lebrel, el crudo alano,
+
El bello espacio de la frente altiva:
  
Pintado ser de grande ornato hallo:
+
Breve el vientre rollizo, no pesado,
  
El jabalí espumoso, el tigre hircano,
+
Ni caído de lados, y que aviva
  
Y otros en grande número, que callo:
+
Los ojos eminentes: las orejas
  
Mas sobre todos ten siempre a la mano
+
Altas sin derramarlas y parejas.
  
El bizarro dibujo del caballo,
+
Bulla hinchado el fervoroso pecho,  
  
Con que tanto enriquece la pintura
+
Con los músculos fuertes y carnosos:
  
El aliento, caudal y hermosura.
+
Hondo él canal, dividirá derecho
  
 +
Los gruesos quartos limpios y hermosos:
  
 +
Llena f anca y crecida, largo el trecho
  
 +
De la cola y cabellos desdeñosos:
  
Muchos hay que la fama ilustre y nombre
+
Ancho el güeso del brazo y descarnado:
  
Por estudio más alto ennobleciera
+
El casco negro, liso y acopado.
  
Con obras famosísimas, del nombre
+
Parezca que desdeña ser postrero,  
  
Explica el artificio y la manera:
+
Si acaso caminando, ignota puente
  
Solo el caballo les dará renombre
+
Se le opone al encuentro; y delantero
  
Y gloria en la presente y venidera
+
Preceda á todo, al esquadron siguiente
  
Edad, pasando del dibujo esquivo
+
Seguro, osado, denodado y fiero,  
  
A descubrirnos cuanto muestra el vivo.
+
No dude de arrojarse á la corriente
  
 +
Rauda, que con las ondas retorcidas
  
 +
Resuena en las riberas combatidas.
  
 +
Si de léjos al arma dio el aliento
  
Que parezca en el aire y movimiento
+
Ronco la trompa militar de Marte,
  
La generosa raza, do ha venido,
+
De repente estremece un movimiento
  
Salga con altivez y atrevimiento,
+
Los miembros, sin parar en una parte:
  
Vivo en la vista, en la cerviz erguido:
+
Crece el resuello, y recogido en viento
  
Estribe firme el brazo en duro asiento
+
Por la abierta nariz ardiendo parte:
  
Con el pie resonante y atrevido,
+
Arroja por el cuello levantado
  
Animoso, insolente, libre, ufano,
+
El cerdoso cabello al diestro lado.
  
Sin temer el horror de estruendo vano.
+
Tal las sueltas madejas extendias
  
 +
De la fiera cerviz con fiero asaltó,
  
 +
Quando con los relinchos encendias
  
 +
El ayre y blanca nieve, á Pelio alto:
  
Brioso el alto cuello y enarcado
+
Las matas mas cerradas espárcias
  
Con la cabeza descarnada y viva:
+
Al vago viento igual de salto en salto,
  
Llenas las cuencas, ancho y dilatado
+
En el encuentro de tu ninfa bella
  
El bello espacio de la frente altiva:
+
Saturno volador delante della.
  
Breve el vientre rollizo, no pesado,
+
Tal el gallardo Cylaro iba en suma,  
  
Ni caído de lados, y que aviva
+
Y los de Marte atroz iban, y tales.
  
Los ojos eminentes: las orejas
+
Fuego espiraba l' albicante espuma
  
Altas sin derramarlas y parejas.
+
De los sangrientos frenos y bozales:
  
 +
Tal con el tremolar de Libia pluma
  
 +
Volaban por los campos desiguales
  
 +
Con ánimos y pechos varoniles
  
Bulla hinchado el fervoroso pecho,
+
Los del carro feroz del grande Aquíles;
  
Con los músculos fuertes y carnosos:
+
Á los quales excede en hermosura
  
Hondo el canal, dividirá derecho
+
El cisne volador del Señor mio, *
  
Los gruesos cuartos limpios y hermosos:
+
Que la vitoria cierta se asegura
  
Llena la anca y crecida, largo el trecho
+
De otro qualquiera en gentileza y brio.
  
De la cola y cabellos desdeñosos:
+
Va delante á la nieve helada y pura
  
Ancho el hueso del brazo y descarnado:
+
En color , y en correr al Euro frio;
  
El casco negro, liso y acopado.
+
Y á quantos en su verso culto admira
  
 +
La ronca voz de la Pelasga lyra.
  
 +
Salve, gran madre, á quien dichoso parto
  
 +
Digno engrandece de corona y cetro,
  
Parezca que desdeña ser postrero,
+
Cuyo explendor se extiende y crece, harto
  
Si acaso caminando, ignota puente
+
Alas vivo y puro que el diurno Electro:
  
Se le opone al encuentro; y delantero
+
Rendido el Persa , el Agareno y Partho
  
Preceda a todo, al escuadrón siguiente
+
Á su valor con sonoroso plectro,  
  
Seguro, osado, denodado y fiero,
+
Si cl cielo tiene aun quien venza y quiebre
  
No dude de arrojarse a la corriente
+
De Smirna y Roma el presumir celebre.
  
Rauda, que con las ondas retorcidas
+
(*) Es don Pedro Fernández de Córdoba y Aguilar tercer Marques de Priego, con quien tuvo estrecha amistad Pablo de Céspedes, y cuya casa se seilaló por la mejor casta de caballos, que regalaba a sus reyes.
  
Resuena en las riberas combatidas.
+
Quales en torno al carro levantado
  
 +
De uncidos Ferocísimos leones
  
 +
Van al abrigo del materno lado
  
 +
De estrellas los ardientes esquadrones:
  
Si de lejos al arma dio el aliento
+
No menor gozo tienta el pecho amado
  
Ronco la trompa militar de Marte,
+
Ver tú salir de ti tales varones,  
  
De repente estremece un movimiento
+
Cuya virtud, qual el celeste fuego
  
Los miembros, sin parar en una parte:
+
Reluce, y mas el gran marques de Priego.
  
Crece el resuello, y recogido en viento
+
Este, por quien de gloria coronada
  
Por la abierta nariz ardiendo parte:
+
Viste de eterno honor mil ornamentos
  
Arroja por el cuello levantado
+
Córdoba, de laureles adornada
  
El cerdoso cabello al diestro lado.
+
Y de palmas sus altos fundamentos:
  
 +
Luz de su ilustre patria levantada
  
 +
Encima á qualesquier merecimientos;
  
 +
Y es bien razon que en serlo della sea
  
Tal las sueltas madejas extendías
+
De quanto alumbra el sol, y el mar rodea.
  
De la fiera cerviz con fiero asalto,
+
Y si tú, grave cítara, pretendes
  
Cuando con los relinchos encendías
+
Seguir este subido heroico intento,
  
El aire y blanca nieve, a Pelio [Pelión] alto:
+
Y el valor celebrar, ¿donde te enciendes
  
Las matas mas cerradas esparcías
+
Tanto, y alzar tu voz al claro asiento?
  
Al vago viento igual de salto en salto,
+
No consienten tus fuerzas lo que emprendes,  
  
En el encuentro de tu ninfa bella
+
Que pocas son , y el ya cansado aliento.
  
Saturno volador delante de ella.
+
Vuelve, vuelve y conoce la carrera,
  
 +
Que ya tomaste, á proseguir primera.
  
 +
(I) Si enseñarte pudiese los concetos
  
 +
Escritos, y la voz presente y viva,
  
Tal el gallardo Cílaro iba en suma,
+
Los primores abriera y los secretos
  
Y los de Marte atroz iban, y tales.
+
Que encierra en sí la docta prospetiva:
  
Fuego espiraba la albicante espuma
+
Como extendidos por el ayre y retos
  
De los sangrientos frenos y bozales:
+
los rayos salen de la vista esquiva,
  
Tal con el tremolar de Libia pluma
+
Como al término llegan de su intento,
  
Volaban por los campos desiguales
+
Dó paran, como en basa y fundamento.
  
Con ánimos y pechos varoniles
+
(I) Perspectiva.
  
Los del carro feroz del grande Aquiles;
+
Osaré confesar que alguna parte
  
 +
EL contino trabájo alcanzar puede,
  
 +
Por gastar largo tiempo en aquesta arte,
  
 +
Y la esperanza audaz, que al fin sucede:
  
A los cuales excede en hermosura
+
De mirar donde acaba y donde parte
  
El cisne volador del Señor mío,*
+
El corte de las líneas, y dó quede
  
Que la vitoria cierta se asegura
+
Señalado el escorzo, con certeza
  
De otro cualquiera en gentileza y brío.
+
En breve forma y con mayor belleza.  
  
Va delante a la nieve helada y pura
+
Acórtase por esto y se retira (I)
  
En color, y en correr al Euro frío;
+
El perfil, que á los miembros ciñe y parte,
  
Y a cuantos en su verso culto admira
+
Asimismo escondiéndose á la mira
  
La ronca voz de la Pelasga lira.
+
Y desmiente á la vista una gran parte:
  
(*) Es don Pedro Fernández de Córdoba y Aguilar tercer Marqués de Priego, con quien tuvo estrecha amistad Pablo de Céspedes, y cuya casa se señaló por la mejor casta de caballos, que regalaba a sus reyes. [Nota de Ceán a pie de página]
+
Donde una gracia se descubre y mira
  
 +
Tan alta, que parece, que allí l' arte,
  
 +
U no alcanza de corta , ó se adelanta
  
 +
Sobre todo artificio, o se levanta.
  
Salve, gran madre, a quien dichoso parto
+
Esto llaman escorzo introducido,  
  
Digno engrandece de corona y cetro,
+
Que en la habla comun se entienda y nombre,  
  
Cuyo esplendor se extiende y crece, harto
+
De tierras extrangeras conducido,  
  
Más vivo y puro que el diurno Electro:
+
Traxo con la arte misma el mismo nombre:  
  
Rendido el Persa, el Agareno y Partho
+
Hora pues ni el trabajo conocido
  
A su valor con sonoroso plectro,
+
Tal vez te haga acobardar ni asombre,  
  
Si el cielo tiene aun quien venza y quiebre
+
Ni la dificultad severa pueda
  
De Smirna y Roma el presumir celebre.
+
Romperte el paso á la sublime rueda.  
  
 +
Que diré de la tabla que desvia
  
 +
El fulminante brazo y los colores?
  
 +
Vivo parece y viva fuerza envia
  
Cuales en torno al carro levantado
+
El golpe entre fingidos resplandores,
  
De uncidos ferocísimos leones
+
Al qual se rindió f Asia y la pórfia
  
Van al abrigo del materno lado
+
De los Parthos huyendo vencedores;
  
De estrellas los ardientes escuadrones:
+
Y la pintura tan subida y nueva,
  
No menor gozo tienta el pecho amado
+
Que con relinchos su caballo aprueba.
  
Ver tú salir de ti tales varones,
+
(I) Escorzo
  
Cuya virtud, cual el celeste fuego
+
Bien hay donde estender la blanda vel,  
  
Reluce, y más el gran marqués de Priego.
+
Por ancho campo, donde el fin no es cierto,
  
 +
Y traer mil precetos que la escuela
  
 +
Tuvo de los antiguos y concierto;
  
 +
Mas miéntras la intencion mas se desvela
  
Este, por quien de gloria coronada
+
Mas cerca pido el deseado puerto:
  
Viste de eterno honor mil ornamentos
+
Con todo descubrir el fin se debe
  
Córdoba, de laureles adornada
+
Del camino mas fácil y mas breve.
  
Y de palmas sus altos fundamentos:
+
(I) Y para mayor luz sabrás, que hay una
  
Luz de su ilustre patria levantada
+
Industria, con que muchos han obrado,
  
Encima a cualesquier merecimientos;
+
Y acudiendo el favor de la fortuna
  
Y es bien razón que en serlo de ella sea
+
Y el suceso al estudio y al cuidado:
  
De cuanto alumbra el sol, y el mar rodea.
+
Sus pinturas ilustres una á una
  
 +
Las colocáron en tan alto grado
  
 +
Tan firmes, que la fuerza no ha podido
  
 +
Del tiempo obscurecerlas, ni el olvido.
  
Y si tú, grave cítara, pretendes
+
Harás de quatro listas bien labradas,  
  
Seguir este subido heroico intento,
+
Que entre sí puedan encajarse, un quadro,  
  
Y el valor celebrar, ¿dónde te enciendes
+
Y por iguales trechos señaladas
  
Tanto, y alzar tu voz al claro asiento?
+
Á la redonda sean del requadro:
  
No consienten tus fuerzas lo que emprendes,
+
De señal á señal atravesadas
  
Que pocas son, y el ya cansado aliento.
+
Vayan las hebras á encontrarse en quadro;
  
Vuelve, vuelve y conoce la carrera,
+
Qual el vario axedrez suele mostrarse
  
Que ya tomaste, a proseguir primera.
+
Y de ébano y marfil diferenciase.  
  
 +
Podrás como quisieres la figura
  
 +
Entabla ó en papel representarla,
  
 +
En la qual se. descubra en la escultura
  
Si enseñarte pudiese los concetos (*)
+
Un movimienm vivo en que mirarla:
  
Escritos, y la voz presente y viva,
+
De suerte la acomoda en la postura,  
  
Los primores abriera y los secretos
+
Que habrás despues con tintas de pintarla,
  
Que encierra en sí la docta prospetiva:
+
Si aspira el noble pecho á l' alta gloria,
  
Como extendidos por el aire y retos
+
Que dá de en siglo á siglo la memoria.
  
los rayos salen de la vista esquiva,
+
(I) Quadricula.
  
Como al término llegan de su intento,
+
El ya dicho instrumento en medio puesto
  
Do paran, como en basa y fundamento.
+
D' esta figura y de tu opuesta vista
  
(*) Perspectiva.
+
La membrana o papel tendrás dispuesto,
  
 +
Do tu debuxo con razon consista:
  
 +
Un trazo suba por derecho enhiesto,
  
 +
Y corra por traves la ciega lista
  
Osaré confesar que alguna parte
+
Con otros tantos quadros y señales,
  
EL contino trabajo alcanzar puede,
+
Todas al justo, ó todas desiguales;
  
Por gastar largo tiempo en aquesta arte,
+
Y luego mirarás por donde pasa
  
Y la esperanza audaz, que al fin sucede:
+
Cierto el contorno de la bella idea,  
  
De mirar dónde acaba y dónde parte
+
De rincon en rincon, de casa en casa
  
El corte de las líneas, y do quede
+
e aquella red que contrapuesta sea:
  
Señalado el escorzo, con certeza
+
tus quadrados los perfiles casa
  
En breve forma y con mayor belleza.
+
Con oscura * ematite, dó se vea
  
 +
El escorzo tan con efeto,
  
 +
Igual en todo al imitado objeto.
 +
Lápiz negro.
  
 +
Y pues ya sale y resplandece y dora (I)
  
Acórtase por esto y se retira (*)
+
Con belleza de luz del nuevo dia,
  
El perfil, que a los miembros ciñe y parte,
+
El cielo oscuro, la florida aurora,  
  
Asimismo escondiéndose a la mira
+
Y alza la faz rosada á l' aura fria:
  
Y desmiente a la vista una gran parte:
+
Á vos llamo, y á vos convoco ahora,
  
Donde una gracia se descubre y mira
+
ilustre y animosa compañía,
  
Tan alta, que parece, que allí la arte,
+
Que conmigo entendido aquella parte
  
O no alcanza de corta, o se adelanta
+
Habeis de los principios de parte aquesta arte.
  
Sobre todo artificio, o se levanta.
+
(I) El colorido.  
  
(*) Escorzo.
+
Mas que me canso de pintar, si al vivo
  
 +
Desfallece el matiz y á pena llega ?
  
 +
¿Si con humilde ingenio lo que escribo
  
 +
Mal el verso declara, ó mal despliega?
  
Esto llaman escorzo introducido,
+
Dei natural pretende alto motivo
  
Que en la habla común se entienda y nombre,
+
Seguir, que á solo estudio no se entregas
  
De tierras extranjeras conducido,
+
Del natural recage los despojos
  
Trajo con la arte misma el mismo nombre:
+
De lo que pueden alcanzar tus ojos.
  
Hora pues ni el trabajo conocido
+
Busca en el natural, y (si supieres
  
Tal vez te haga acobardar ni asombre,
+
Buscatrlo) hallarás quanto buscares:
  
Ni la dificultad severa pueda
+
No te canse mirarlo, y lo que vieres
  
Romperte el paso a la sublime rueda.
+
Conserva en los diseños que sacares.  
  
 +
En la honrosa ocasion.y menesteres
  
 +
Te alegrará el provecho que hallares;
  
 +
Y con vivos colores resucita
  
¿Qué diré de la tabla que desvía
+
El vivo que el pincel, é ingenio imita.
  
El fulminante brazo y los colores?
+
No me atrevo á decir, ni me prometo
  
Vivo parece y viva fuerza envía
+
Todas las bellas partes requeridas
  
El golpe entre fingidos resplandores,
+
Hallarse de contino en un sugeto,  
  
Al cual se rindió la Asia y la porfía
+
Todas veces sin falta recogidas;
  
De los Parthos huyendo vencedores;
+
Aunque las cría sin ningun defeto
  
Y la pintura tan subida y nueva,
+
(Á todas en belleza preteridas)
  
Que con relinchos su caballo aprueba.
+
(I) Naturaleza: tú entresaca el modo,
  
 +
Y de partes perfetas haz un todo.
  
 +
(I) Belleza.
  
 +
(I) En el silencio oscuro su belleza,
  
Bien hay donde extender la blanda vela,
+
Desnuda de afeitadas fantasías,  
  
Por ancho campo, donde el fin no es cierto,
+
Le descubre al pintor naturaleza
  
Y traer mil precetos que la escuela
+
Por tantos modos y por tantas vías,
  
Tuvo de los antiguos y concierto;
+
Para que l' arte atienda á su lindeza
  
Mas mientras la intención más se desvela
+
Con nuevo ardor, quando en las cumbres fría
  
Más cerca pido el deseado puerto:
+
La luna enviste blanca, y en cabello
  
Con todo descubrir el fin se debe
+
Al pastorcíllo desdeñoso y bello.
  
Del camino más fácil y más breve.
+
(I) Imágenes de fantasía.  
  
 +
Las frescas espeluncas ascondidas
  
 +
De arboredos silvestres y sombríos,
  
 +
Los sacros bosques, selvas entendidas
  
Y para mayor luz sabrás, que hay una (*)
+
Entre corrientes de cerúleos rios,  
  
Industria, con que muchos han obrado,
+
Vivos lagos y perlas esparcidas
  
Y acudiendo el favor de la fortuna
+
Entre esmeraldas y jacintos frios
  
Y el suceso al estudio y al cuidado:
+
Contemple, y la memoria entretenida
  
Sus pinturas ilustres una a una
+
De varias cosas quede enriquecida.
  
Las colocaron en tan alto grado
+
Si dispusiese el soberano cielo (I),
  
Tan firmes, que la fuerza no ha podido
+
Cuyo imperio corrige y la ley gobierna
  
Del tiempo obscurecerlas, ni el olvido.
+
Quanto á luz manifiesta el ancho suelo,  
  
(*) Cuadrícula
+
Y el estado mortal siguiendo alterna,
  
 +
Que despues que dé vuelta el leve vuelo
  
 +
Del tiempo, que consume y desgobierna
  
 +
Quanto produce y cría el universo,
  
Harás de cuatro listas bien labradas,
+
Viviese la memoria de mi verso:
  
Que entre sí puedan encajarse, un cuadro,
+
(I) Conclusión.
  
Y por iguales trechos señaladas
+
Será quizá que entre otros desvaríos
  
A la redonda sean del recuadro:
+
En que dan los que aquesta humana senda
  
De señal a señal atravesadas
+
lluellan, mirase los precetos mios
  
Vayan las hebras a encontrarse en cuadro;
+
Uno que alzarse á la virtud pretenda;  
  
Cual el vario ajedrez suele mostrarse
+
(I) Y añadiendo al cuidado nuevos brios
  
Y de ébano y marfil diferenciase.
+
Levantará su antiguo honor emprendá
  
 +
Vista arte ya perdiday desechada,
  
 +
Sin honra én él álvido sepultada.
  
 +
(I) Simetria del caballo.
  
Podrás como quisieres la figura
+
¿Como? ¿No puede ser? Un tiempo estuvo
  
En tabla o en papel representarla,
+
(Y pasaron mil años) ascondida
  
En la cual se descubra en la escultura
+
En tanto que la niebla escura tuvo
  
Un movimiento vivo en que mirarla:
+
De la ignorancia la virtud sin vida,
  
De suerte la acomoda en la postura,
+
Hasta que aventajada mente hubo
  
Que habrás después con tintas de pintarla,
+
Quien la ensalzó dó ahora está subida;
  
Si aspira el noble pecho a la alta gloria,
+
Mas (como todas cosas) nunca puede
  
Que da de en siglo a siglo la memoria.
+
Firmarse donde permanezca y quede.  
  
 +
No asienta en nada el pie, ni perrnanece
  
 +
Cosa jamas criada en un estado:
  
 +
Este hermoso sol que,resplandece,
  
El ya dicho instrumento en medio puesto
+
Y el coro de los astros levantado,
  
De esta figura y de tu opuesta vista
+
El vago ayre y sonante, y quanto crece
  
La membrana o papel tendrás dispuesto,
+
En la tierra y el mar de tirado en grado
  
Do tu dibujo con razón consista:
+
Mueven como ellos, cambian vez y asientos,
  
Un trazo suba por derecho enhiesto,
+
Y revuelven los grandes elementos.
  
Y corra por través la ciega lista
+
CARTA
  
Con otros tantos cuadros y señales,
+
SOBRE LA PINTURA
  
Todas al justo, o todas desiguales;
+
A FRANCISCO PACHECO
  
 +
AÑO DE 1608.
  
 +
' (I) Plinio refiere de algunas pinturas de un templo de la ciudad de Ardea, que fueron más antiguas que Roma, y que estando sin techo a cabo de tan luengo tiempo parecían nuevas y recieu pintadas. También en Lanubio, ciudad no lejos de Roma, estaba Atlante y Elena, pintados desnudos de excelentísima forma y se mantenían frescas, aunque el templo estaba arruinado..............
  
 +
Fabio, ilustrísimo romano, el primero que dio sobrenombre de pintores a sus descendientes, pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron cuatrocientos y cincuenta años hasta el imperio de Claudio, en que se acabaro. en un incendio y nos acordamos de ellas. Y no me maravillo que durase tanto si estaba en tabla y al temple bien labrada, porque yo he visto alguna de Cimabue bien conservada que ha casi los mesmos años. Y otra pintura del tiempo del Petrarca a fresco, harto bien tratada. Demás de esto una figura o historia debu-
  
Y luego mirarás por donde pasa
+
(I) Duración de la pintura.
  
Cierto el contorno de la bella idea,
+
-jada en piedra con el debujo del pintor, abierta por quien sepa cortar la piedra,  
  
De rincón en rincón, de casa en casa
+
será tan durable como la mesma piedra, y lo formado en ella le dará el valor que ¡lo tiene la materia. Algunos piensan que es nuevo el retocar la escultura y pintar sobre piedra, pues dice Plinio que preguntando a Praxíteles que obras suyas de mármol aprobaba, respondía que aquellas en quienes Nicias, famoso pintor, habia puesto la mano. Tanto atribuía a su pintura. De suerte que Nicias pintaba o retocaba la escultura de Praxíteles. Después pasó a los romanos la invención de pintar sobre piedra, y se halló en el principado de Claudio..........
  
e aquella red que contrapuesta sea:
+
Tal suerte de pintura vi yo en el estudio * de Tomaso del Caballero, ilustre de romano, en un vaso antiguo de barro, bien grande, labrado el vientre de follajes, y al rededor del cuello estaba Troya en figura de una grave matrona y pues. tos por orden aquellos héroes que asistieron en aquella guerra, con unas letras griegas en que cada uno tenia su nombre....
  
tus cuadrados los perfiles casa
+
Para que fuesen las pinturas de aquellos tiempos a temple es menester saber ** que había dos suertes de colores. unas floridas y otras austeras (I). Las floridas era obligado a dar al pintor el señor de la obra, por ser muy costosas. Las austeras ponía el pintor de su casa. Entre las floridas entraba el minio, color de muy
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Pintura de azulejos.
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Pintura al temple.
  
Con oscura(*) ematite [sic], do se vea
 
  
El escorzo tan con efeto,
+
(I) Plin. Lib 35. c. 6
  
Igual en todo al imitado objeto.
+
gran precio, cue corresponde a nuestro bermellon, excepto que era aquel natural y el nuestro es artificial. Dice, pues, Plinio que para hurtar del minio el pintor, aunque estuviese el dueño presente, que hartaba bien de minio el pincel , y luego lo lavaba en la maceta del agua, como que hubiese de tomar otro color con el mismo pincel, y a muchas de estas hallaba el minio asentado en el fondo de donde le cogía después.  
  
(*) Lápiz negro.
+
También parece poderse inferir que las obras excelentísimas de Apeles y de los otros valientes pintores, que cada una de ellas valía todas las riquezas de una ciudad, se hicieron con cuatro colores solos (2): de los colores blancos, con sólo el melino, o tierra melina: de los amarillos con el sil ático: de los colorados con la tierra sinópide póntica, de los negros con el atramento, color oscuro (cual se sea). No usaron mas que de estos cuatro colores, y todos ellos son suertes de tierras; y aunque los tres de ellos se podrían gastar al ólio (aunque mal porque obscurecen) como el ocre, almagra y negro: la tierra melina en ninguna manera. Era esta tierra de la isla de Melo, una de las Esporades, como dicen Dioscórides y Plinio, la cual era buena para las pinturas, por cuanto conservaba más tiempo la firmeza de los colores. Y esto atribuiría yo a que era más magra que otras tier-
  
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(2) Id. Lib. 35.7.
  
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-ras blancas, pues refregándola entre los dedos crujía, y por esto tenia mas cuerpo, empero a ólio muriera luego su blancura.
  
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Demás de esto entre los colores muy preciosos era uno el índica (3), que acerca de nosotros se llama añil: gastado a ólio se muere a dos días (como ha hecho a mí), empero a temple cuando es bueno se conserva mejor, y en aquellos tiempos lo debía de ser. Venía de la india oriental, moliéndolo parecía negro, mas después hechas sus mezclas hacia maravilloso color, mixto, de púrpura azul: esta mixtura no vemos que a ólio la hace.
  
Y pues ya sale y resplandece y dora (*)
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Plinio en el mismo capítulo claramente nos dice que eran las pinturas a temple, donde no hay necesidad de discurso, ni de buena conjetura. Dice que pintaban con sandier (era color semejante a nuestro azarcón), y bañándolo o velándolo después con purpuriso mezclado con templa de huevo, hacia acuella alegría o esplendor del minio; y si querían hacer color de púrpura pintaban con azul, y encima bañaban con purpuriso templado con huevo. Y no se ha entender que esta manera de temple era como la que vemos en lienzos que hacen flamencos, porque esta se llama pintura aguazo, y tiene nombre de por sí: el temple que digo era sobre tablas aparejadas y con tan delicada manera, que no hay iluminaciones que lleguen a ellas.
  
Con belleza de luz del nuevo día,
+
(3) Plin. Lib 35. c.6.
  
El cielo oscuro, la florida aurora,
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Dicenme hombres que comunicaron ton Miguel Ángel, que, solía el santo viejo llorar viendo que se dejaba la manera a temple, y que todos abrazaban el ólio; y decía que ya la pintura era fenecida y acabada. Lo que yo me atrevo a decir es, que si no se hubiera introducido la manera a ólio, que hubiera menos pintores malos, según barrunto; entendiendo siempre usándose aquella buena manera a temple que usaron aquellos grandes hombres , y el mesmo Miguel Ángel.
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Yo me hallé en Roma con pintores al fresco, muy doctos y práticos, los cuales porfiaban que no sólo no hubo pintura a ólio antiguamente, pero que los pintores antiguos no alcanzaron l’ arte de pintar a fresco, sino solo a temple, cosa nueva para mí. Y parece, bien considerado, que se pueden traer por una y otra parte algunas razones. Que la hubiese lo testifican algunas pinturas halladas en Roma en grutas y bóvedas soterrañas, de donde se lizo pintura grotesca. A esto responden, que bien mirado, no están hechas a fresco, sino a temple; y aunque yo he visto algunas , no me cabría determinar : a mí me parecieron a fresco. y púdome engañar la mucha antigüedad, y no estar tan enteras que se pudiesen bien discernir (4). También confirma esta opinion lo que dice Plinio hablando del negro y
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Pintura al fresco.
  
Y alza la faz rosada a la aura fría:
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(4) Lib. 35. cap.6
  
A vos llamo, y a vos convoco ahora,
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como se usaba de él, que si era para escribir se mezclaba con goma; y si para pintar sobre las paredes se mezclaba con cola ó engrudo. Llamaban esta manera de pintar sobre el muro opus tectorium. Y es cosa clara que a fresco no se gasta color ninguno con otra cosa que con agua pura ; y También que el negro de humo (que es de quien trata Plinio en este lugar) no es a propósito para el fresco.
  
Ilustre y animosa compañía,
+
Que hubiese pintura a fresco parece que se puede colegir de lo que el mesmo Plinio en el cap. 3 refiere de tres pinturas en la ciudad de Ardea; las cuales faltándoles el techo habían durado muchos años, y asimismo en Lanubio, ciudad cerca de Roma. De suerte que siendo pintadas en la pared, las unas sin techo y de tanta antigüedad, como afirma, y las otras con haber padecido el templo alguna ruina, según él da a entender, mantenerse tan frescas son indicios que no eran a temple , pues habiendo tantos años que estaban hechas, se habían conservado en su primera hermosura. Nota asimismo en el capítulo 4, que Fabio ilustrísimo romano ( que se honró con el nombre de pintor) pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron hasta el imperio de Claudio emperador, y que un incendio las acabó; y por lo menos se conservaron trescientos años. Había otra suerte de pintura llamada *
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Pintura
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encáustica, la cual se hacia con ceras mezcladas con colores de cualquier suerte, principalmente de las finas, que liania Plinio floridas (5), de la cual no usaban en paredes, sino solamente en las galeras y naves. Esto era porque otra cualquier pintura la quitara y lavara el agua, y más salada, y la cera podía resistir: estas tales mezclas de colores y pinturas se hacían con fuego. De donde consta que si se hubiera hallado el pintar a óleo, no usaran de pintura tan enfadosa; y bien se ve que el óleo fuera de mejor expedición que la cera y secara presto, que la cera no podemos decir que seca, mas que se endurece con el tiempo. Y me parece a mí que realmente en aquellos tiempos no se había hallado esta nuestra manera de ólio, porque si se hubiera descubierto , no usaran del gastar los colores con cera al fuego, con lo cual no conseguían su intento , ni se podían unir tan bien, siendo tan mala de gastar y tratar la cera. Y ha de entender vm. pintura lisa y llana, lucen figuras de medio relieve, como se hacen aliara estos retratos de cera de colores. Porque demás que los autores las llaman pinturas, no eran a propósito para pintar ni adornar las naves y armadas, que a ser de relíevo, en cualquiera cosa que tocaran se deshicieran y quebraran; y no era lo que ellos pretendían eso, sino la perpetuidad,
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encáustica.
  
Que conmigo entendido aquella parte
+
(5) Lib. 35. cap. 7.
  
Habéis de los principios de parte aquesta arte.
+
y que estuviesen seguras que el agua no las había de quitar.  
  
(*) El colorido.
+
Según lo que de estas razones puedo conjeturar, ellos carecieron de la manera a óleo hasta los tiempos de Constantino Magno, que entonces todavía duraba la manera de pintar con ceras, y por consiguiente la del temple. Hace mención de ella Eusebio Pamphilo Cesariense, tratando del cuidado vano de los hombres en procurar conservar las memorias de sus antepasados, hora con pinturas hechas con cera, hora con imágenes de otra materia, imitando los movimientos con escultura, parte con letras en columnas y otros mármoles; y aunque todo este lugar no hace a nuestro propósito, sino aquello que trata de pintura, todavía lo he puesto hasta el cabo, por ser a mi parecer bueno para considerar nuestra vanidad y engaño en pensar perpetuarse les hombres con obras caducas y sujetas al cuchillo del tiempo.  
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Mas qué me canso de pintar, si al vivo
 
 
 
Desfallece el matiz y a pena llega?
 
 
 
¿Si con humilde ingenio lo que escribo
 
 
 
Mal el verso declara, o mal despliega?
 
 
 
Del natural pretende alto motivo
 
 
 
Seguir, que a solo estudio no se entrega:
 
 
 
Del natural recoge los despojos
 
 
 
De lo que pueden alcanzar tus ojos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Busca en el natural, y (si supieres
 
 
 
Buscarlo) hallarás cuanto buscares:
 
 
 
No te canse mirarlo, y lo que vieres
 
 
 
Conserva en los diseños que sacares.
 
 
 
En la honrosa ocasión y menesteres
 
 
 
Te alegrará el provecho que hallares;
 
 
 
Y con vivos colores resucita
 
 
 
El vivo que el pincel, e ingenio imita.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No me atrevo a decir, ni me prometo
 
 
 
Todas las bellas partes requeridas
 
 
 
Hallarse de contino en un sujeto,
 
 
 
Todas veces sin falta recogidas;
 
 
 
Aunque las cría sin ningún defeto
 
 
 
(A todas en belleza preteridas)
 
 
 
Naturaleza: tú entresaca el modo, (*)
 
 
 
Y de partes perfetas haz un todo.
 
 
 
(*) Belleza.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el silencio oscuro su belleza, (*)
 
 
 
Desnuda de afeitadas fantasías,
 
 
 
Le descubre al pintor naturaleza
 
 
 
Por tantos modos y por tantas vías,
 
 
 
Para que el arte atienda a su lindeza
 
 
 
Con nuevo ardor, cuando en las cumbres fría
 
 
 
La luna enviste blanca, y en cabello
 
 
 
Al pastorcillo desdeñoso y bello.
 
 
 
(*) Imágenes de fantasía.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las frescas espeluncas ascondidas
 
 
 
De arboredos silvestres y sombríos,
 
 
 
Los sacros bosques, selvas entendidas
 
 
 
Entre corrientes de cerúleos ríos,
 
 
 
Vivos lagos y perlas esparcidas
 
 
 
Entre esmeraldas y jacintos fríos
 
 
 
Contemple, y la memoria entretenida
 
 
 
De varias cosas quede enriquecida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Si dispusiese el soberano cielo (*),
 
 
 
Cuyo imperio corrige y la ley gobierna
 
 
 
Cuanto a luz manifiesta el ancho suelo,
 
 
 
Y el estado mortal siguiendo alterna,
 
 
 
Que después que de vuelta el leve vuelo
 
 
 
Del tiempo, que consume y desgobierna
 
 
 
Cuanto produce y cría el universo,
 
 
 
Viviese la memoria de mi verso:
 
 
 
(*) Conclusión.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Será quizá que entre otros desvaríos
 
 
 
En que dan los que aquesta humana senda
 
 
 
huellan, mirase los precetos míos
 
 
 
Uno que alzarse a la virtud pretenda;
 
 
 
Y añadiendo al cuidado nuevos bríos (*)
 
 
 
Levantar a su antiguo honor emprenda
 
 
 
Vista arte ya perdida y desechada,
 
 
 
Sin honra en el olvido sepultada.
 
 
 
(*) Simetría del caballo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Cómo? ¿No puede ser? Un tiempo estuvo
 
 
 
(Y pasaron mil años) ascondida
 
 
 
En tanto que la niebla escura tuvo
 
 
 
De la ignorancia la virtud sin vida,
 
 
 
Hasta que aventajada mente hubo
 
 
 
Quien la ensalzó do ahora está subida;
 
 
 
Mas (como todas cosas) nunca puede
 
 
 
Firmarse donde permanezca y quede.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No asienta en nada el pie, ni permanece
 
 
 
Cosa jamás criada en un estado:
 
 
 
Este hermoso sol que resplandece,
 
 
 
Y el coro de los astros levantado,
 
 
 
El vago aire y sonante, y cuanto crece
 
 
 
En la tierra y el mar de tirado en grado
 
 
 
Mueven como ellos, cambian vez y asientos,
 
 
 
Y revuelven los grandes elementos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
'''CARTA SOBRE LA PINTURA A FRANCISCO PACHECO. AÑO DE 1608.'''
 
 
 
(* Duración de la pintura.) Plinio refiere de algunas pinturas de un templo de la ciudad de Ardea, que fueron más antiguas que Roma, y que estando sin techo a cabo de tan luengo tiempo parecían nuevas y recien pintadas. También en Lanubio, ciudad no lejos de Roma, estaba Atlante y Elena, pintados desnudos de excelentísima forma y se mantenían frescas, aunque el templo estaba arruinado..............
 
 
 
Fabio, ilustrísimo romano, el primero que dio sobrenombre de pintores a sus descendientes, pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron cuatrocientos y cincuenta años hasta el imperio de Claudio, en que se acabaron en un incendio y nos acordamos de ellas. Y no me maravillo que durase tanto si estaba en tabla y al temple bien labrada, porque yo he visto alguna de Cimabué bien conservada que ha casi los mesmos años. Y otra pintura del tiempo del Petrarca a fresco, harto bien tratada. Demás de esto una figura o historia dibuada en piedra con el dibujo del pintor, abierta por quien sepa cortar la piedra, será tan durable como la mesma piedra, y lo formado en ella le dará el valor que no tiene la materia. Algunos piensan que es nuevo el retocar la escultura y pintar sobre piedra, pues dice Plinio que preguntando a Praxíteles que obras suyas de mármol aprobaba, respondía que aquellas en quienes Nicias, famoso pintor, habia puesto la mano. Tanto atribuía a su pintura. De suerte que Nicias pintaba o retocaba la escultura de Praxíteles. Después pasó a los romanos la invención de pintar sobre piedra, y se halló en el principado de Claudio..........
 
 
 
(* Pintura de azulejos.) Tal suerte de pintura vi yo en el estudio de Tomaso del Caballero, ilustre de romano, en un vaso antiguo de barro, bien grande, labrado el vientre de follajes, y alrededor del cuello estaba Troya en figura de una grave matrona y puestos por orden aquellos héroes que asistieron en aquella guerra, con unas letras griegas en que cada uno tenia su nombre....
 
 
 
(* Pintura al temple.) Para que fuesen las pinturas de aquellos tiempos a temple es menester saber que había dos suertes de colores. unas floridas y otras austeras '''(I)'''. Las floridas era obligado a dar al pintor el señor de la obra, por ser muy costosas. Las austeras ponía el pintor de su casa. Entre las floridas entraba el minio, color de muy gran precio, que corresponde a nuestro bermellón, excepto que era aquel natural y el nuestro es artificial. Dice, pues, Plinio que para hurtar del minio el pintor, aunque estuviese el dueño presente, que hartaba bien de minio el pincel, y luego lo lavaba en la maceta del agua, como que hubiese de tomar otro color con el mismo pincel, y a muchas de estas hallaba el minio asentado en el fondo de donde le cogía después.
 
 
 
También parece poderse inferir que las obras excelentísimas de Apeles y de los otros valientes pintores, que cada una de ellas valía todas las riquezas de una ciudad, se hicieron con cuatro colores solos '''(2)''': de los colores blancos, con sólo el melino, o tierra melina: de los amarillos con el sil ático: de los colorados con la tierra sinópide póntica, de los negros con el atramento, color oscuro (cual se sea). No usaron mas que de estos cuatro colores, y todos ellos son suertes de tierras; y aunque los tres de ellos se podrían gastar al ólio (aunque mal porque obscurecen) como el ocre, almagra y negro: la tierra melina en ninguna manera. Era esta tierra de la isla de Melo, una de las Esporades, como dicen Dioscórides y Plinio, la cual era buena para las pinturas, por cuanto conservaba más tiempo la firmeza de los colores. Y esto atribuiría yo a que era más magra que otras tierras blancas, pues refregándola entre los dedos crujía, y por esto tenia más cuerpo, empero a ólio muriera luego su blancura.
 
 
 
Demás de esto entre los colores muy preciosos era uno el índico '''(3)''', que acerca de nosotros se llama añil: gastado a ólio se muere a dos días (como ha hecho a mí), empero a temple cuando es bueno se conserva mejor, y en aquellos tiempos lo debía de ser. Venía de la india oriental, moliéndolo parecía negro, mas después hechas sus mezclas hacia maravilloso color, mixto, de púrpura azul: esta mixtura no vemos que a ólio la hace.
 
 
 
Plinio en el mismo capítulo claramente nos dice que eran las pinturas a temple, donde no hay necesidad de discurso, ni de buena conjetura. Dice que pintaban con sandier (era color semejante a nuestro azarcón), y bañándolo o velándolo después con purpuriso mezclado con templa de huevo, hacia aquella alegría o esplendor del minio; y si querían hacer color de púrpura pintaban con azul, y encima bañaban con purpuriso templado con huevo. Y no se ha entender que esta manera de temple era como la que vemos en lienzos que hacen flamencos, porque esta se llama pintura aguazo, y tiene nombre de por sí: el temple que digo era sobre tablas aparejadas y con tan delicada manera, que no hay iluminaciones que lleguen a ellas.
 
 
 
Dícenme hombres que comunicaron con Miguel Ángel, que solía el santo viejo llorar viendo que se dejaba la manera a temple, y que todos abrazaban el ólio; y decía que ya la pintura era fenecida y acabada. Lo que yo me atrevo a decir es, que si no se hubiera introducido la manera a ólio, que hubiera menos pintores malos, según barrunto; entendiendo siempre usándose aquella buena manera a temple que usaron aquellos grandes hombres, y el mesmo Miguel Ángel.
 
 
(* Pintura al fresco.) Yo me hallé en Roma con pintores al fresco, muy doctos y práticos, los cuales porfiaban que no sólo no hubo pintura a ólio antiguamente, pero que los pintores antiguos no alcanzaron el arte de pintar a fresco, sino solo a temple, cosa nueva para mí. Y parece, bien considerado, que se pueden traer por una y otra parte algunas razones. Que la hubiese lo testifican algunas pinturas halladas en Roma en grutas y bóvedas soterrañas, de donde se dijo pintura grutesca. A esto responden, que bien mirado, no están hechas a fresco, sino a temple; y aunque yo he visto algunas, no me cabría determinar: a mí me parecieron a fresco, y púdome engañar la mucha antigüedad, y no estar tan enteras que se pudiesen bien discernir '''(4)'''. También confirma esta opinión lo que dice Plinio hablando del negro y como se usaba de él, que si era para escribir se mezclaba con goma; y si para pintar sobre las paredes se mezclaba con cola o engrudo. Llamaban esta manera de pintar sobre el muro ''opus tectorium''. Y es cosa clara que a fresco no se gasta color ninguno con otra cosa que con agua pura; y también que el negro de humo (que es de quien trata Plinio en este lugar) no es a propósito para el fresco.
 
 
 
Que hubiese pintura a fresco parece que se puede colegir de lo que el mesmo Plinio en el cap. 3 refiere de tres pinturas en la ciudad de Ardea; las cuales faltándoles el techo habían durado muchos años, y asimismo en Lanubio, ciudad cerca de Roma. De suerte que siendo pintadas en la pared, las unas sin techo y de tanta antigüedad, como afirma, y las otras con haber padecido el templo alguna ruina, según él da a entender, mantenerse tan frescas son indicios que no eran a temple, pues habiendo tantos años que estaban hechas, se habían conservado en su primera hermosura. Nota asimismo en el capítulo 4, que Fabio ilustrísimo romano (que se honró con el nombre de pintor) pintó el templo de la Salud en Roma, y sus pinturas duraron hasta el imperio de Claudio emperador, y que un incendio las acabó; y por lo menos se conservaron trescientos años.
 
 
 
(* Pintura encáustica.) Había otra suerte de pintura llamada encáustica, la cual se hacia con ceras mezcladas con colores de cualquier suerte, principalmente de las finas, que llama Plinio floridas '''(5)''', de la cual no usaban en paredes, sino solamente en las galeras y naves. Esto era porque otra cualquier pintura la quitara y lavara el agua, y más salada, y la cera podía resistir: estas tales mezclas de colores y pinturas se hacían con fuego. De donde consta que si se hubiera hallado el pintar a ólio, no usaran de pintura tan enfadosa; y bien se ve que el ólio fuera de mejor expedición que la cera y secara presto, que la cera no podemos decir que seca, mas que se endurece con el tiempo. Y me parece a mí que realmente en aquellos tiempos no se había hallado esta nuestra manera de ólio, porque si se hubiera descubierto, no usaran del gastar los colores con cera al fuego, con lo cual no conseguían su intento, ni se podían unir tan bien, siendo tan mala de gastar y tratar la cera. Y ha de entender vm. pintura lisa y llana, lucen figuras de medio relieve, como se hacen ahora estos retratos de cera de colores. Porque demás que los autores las llaman pinturas, no eran a propósito para pintar ni adornar las naves y armadas, que a ser de relievo, en cualquiera cosa que tocaran se deshicieran y quebraran; y no era lo que ellos pretendían eso, sino la perpetuidad, y que estuviesen seguras que el agua no las había de quitar.
 
 
 
Según lo que de estas razones puedo conjeturar, ellos carecieron de la manera a ólio hasta los tiempos de Constantino Magno, que entonces todavía duraba la manera de pintar con ceras, y por consiguiente la del temple. Hace mención de ella Eusebio Pamphilo Cesariense, tratando del cuidado vano de los hombres en procurar conservar las memorias de sus antepasados, hora con pinturas hechas con cera, hora con imágenes de otra materia, imitando los movimientos con escultura, parte con letras en columnas y otros mármoles; y aunque todo este lugar no hace a nuestro propósito, sino aquello que trata de pintura, todavía lo he puesto hasta el cabo, por ser a mi parecer bueno para considerar nuestra vanidad y engaño en pensar perpetuarse los hombres con obras caducas y sujetas al cuchillo del tiempo.  
 
  
 
Tornando, pues, a lo que tratábamos de la pintura, oso afirmar, que usándose gasta los tiempos del dicho Constantino la pintura a temple y la encáustica de ceras de colores, y no la de ólio, que tampoco se usó en los años que se han seguido hasta cerca de los nuestros.  
 
Tornando, pues, a lo que tratábamos de la pintura, oso afirmar, que usándose gasta los tiempos del dicho Constantino la pintura a temple y la encáustica de ceras de colores, y no la de ólio, que tampoco se usó en los años que se han seguido hasta cerca de los nuestros.  
  
Desde el tiempo de este emperador comenzaron las artes buenas de pintura y escultura a caer de manera, que casi se puede decir, que entonces fueron sepultadas, y así se ve por las obras de escultura que en Roma se ven de su tiempo, que con dificultad se pueden ver peores. Vense por aquellas ruinas de Roma algunas pinturas, hechas algunos años después, de imágenes de nuestra Señora, y de otras devociones, tan fuera de manera de pintura, que casi no hay rastro de ella. Es bien verdad, que en algunas hay cierta polideza y asiento de colores a fresco, según me parecía, que holgaba de mirarlas, aunque pocas. Siguiéronse después los tiempos de los godos y longobardos, donde se remató del todo. A cabo de años vinieron unos griegos a Roma, que pintaron y enseñaron una tal manera a su modo, que fue bastante para desterrar del mundo la buena manera; hasta que Cimabue (que nació año de 1240) apartándose de la que estos habían introducido, comenzó a sacar de tinieblas la pobre pintura, y después Giotto y Masaccio a levantarla de punto, y después de ellos otros, cultivándola; más hicieron obras milagrosas a temple y a fresco, hasta que el gran Buonarota [Miguel Ángel] la puso en su perfección.  
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Desde el tiempo de este emperador comenzaron las artes buenas de pintura y escultura a caer de manera, que casi se puede decir, que entonces fueron sepultadas, y así se ve por las obras de escultura que en Roma se ven de su tiempo, que con dificultad se pueden ver peores. Vense por aquellas ruinas de Roma algunas pinturas, hechas algunos años después, de imágenes de nuestra Señora, y de otras devociones, tan fuera de manera de pintura, que casi no hay rastro de ella. Es bien verdad, que en algunas hay cierta polideza y asiento de colores a fresco, según me parecía, que holgaba de mirarlas, aunque pocas. Siguieronse después los tiempos de los godos y longobardos, donde se remató del todo. A cabo de años vinieron unos griegos a Roma, que pintaron y enseñaron una tal manera a su modo, que fue bastante para desterrar del mundo la buena manera; hasta que Cimabue (que nació año de 1240) apartándose de la que estos habían introducido, comenzó a sacar de tinieblas la pobre pintura, y después Giotto y Masaccio a levantarla de punto, y después de ellos otros, cultivándola; más hicieron obras milagrosas a temple y a fresco, hasta que el gran Buonarroti [ Miguel Ángel ] la puso en su perfección.  
 
 
 
 
'''(I)''' Plin. Lib 35. c.6.
 
 
 
'''(2)''' Id. Lib. 35. 7.
 
 
'''(3)''' Plin. Lib 35. c.6.
 
 
'''(4)''' Lib. 35. cap.6
 
  
'''(5)''' Lib. 35. cap. 7.
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(Tomo V, pp. 273-352)

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