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Pintó y se colocaron en el retablo mayor el [[martirio_de_san_Lorenzo_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''martirio de san Lorenzo'']] en el medio del segundo cuerpo: [[Cristo_a_la_columna_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''Cristo a la columna'']] y [[(Cristo)_con_la_cruz_a_cuestas_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''[ Cristo ] con la cruz a cuestas'']] en los lados; y la [[asunción_de_(la_Virgen)_nuestra_Señora_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''asunción de [ la Virgen ] nuestra Señora'']], la [[resurrección_del_Señor_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''resurrección del Señor'']], y la [[venida_del_Espíritu_santo_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''venida del Espíritu santo'']] en el tercer cuerpo. Sospechoso Zúcaro del silencio que todos los de la corte y hasta los monjes guardaban, sin que profiriesen ningún elogio a unas obras de tanta consideración, trabajó con mucho cuidado los dos lienzos que restaban del [[nacimiento_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''nacimiento'']] y de la [[nacimiento_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''adoración de los Reyes [ epifanía ]'']] para el primer cuerpo; y habiéndolos concluido, lleno de confianza los presentó al rey, diciendo: ''“esto es, Señor, adonde puede llegar el arte: son para lejos y para cerca"'' Mirolos el rey despacio, y después de un gran rato, le preguntó si eran huevos los que se figuraban en una cesta del cuadro del nacimiento. Sintió sobremanera esta pregunta, pero se consoló con haberse colocado en sus sitios; y de seguida, pintó la [[anunciación_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''anunciación'']] y el [[san_Jerónimo_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''san Jerónimo'']] para los altares colaterales.
Pasó después a trabajar al fresco las [[estaciones_del_claustro_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''estaciones del claustro'']] con los oficiales que había traído de Italia, entre los cuales vino el buen Bartolomé Carducho, que pintó obras de mucho mérito en aquel monasterio. Desagradaron al rey las seis primeras desde la [[ (Inmaculada) concepción_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''[Inmaculada] concepción'']] hasta la [[visitación_de_(la_Virgen)_nuestra_Señora_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|''visitación de [ la Virgen ] nuestra Señora'']], y fue preciso decírselo por lo claro: habiéndose disculpado con los oficiales, diciendo que se las habían echado a perder, se le mandó que él solo pintase la [ [ (Inmaculada ] [[) Concepción_-_Zuccheri_o_Zúcaro_(Zuccaro),_Federico|[Inmaculada] ''Concepción'']]. La pintó y tuvo la misma suerte que las demás. Disimuló el rey por entonces, y poco despues después le concedió licencia para que se retirase a Itallia. Salió de España después de tres años escasos que estuvo en aquel monasterio, habiéndosele pagado lo estipulado, y dándole otras gratificaciones, según resulta de una real cédula de 8 de diciembre de 1588, por la que mandaba S. M. al pagador del Escorial entregarle 600 escudos dé oro; y de otra que se le permitiese sacar del reino dos medallas y una cadena de oro, una sarta de perlas y 900 ducados en dinero efectivo.
Inmediatamente que se despidió del rey, besó la mano a S. M. el obrero del convento fray Antonio de Villacastin, diciendo que se la besaba por la merced que había tenido a bien hacer a Zúcaro: ''No tiene él la culpa (respondió el rey) sino quien le encaminó acá''. Conociose entonces y se habló de la falta del mudo Navarrete, que para substituirla trajeron a Cambiaso y Federico, y dice el padre Sigüenza, que, ''“si viviera se ahorrara de conocer tantos italianos, aunque no se conociera tan bien el bien que se había perdido."''

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