Era el retrato del rey del tamaño del natural, estaba [ Felipe IV ] armado y a caballo, muy arrogante y brioso; y con su real licencia se puso en la calle mayor, frente a San Felipe el Real [ Convento de San Felipe el Real de padres agustinos calzados en la calle Mayor ] en día de gran concurrencia, donde fue admirado de todo el pueblo, y causó no poca envidia a los demás pintores. Se escribieron muchos versos en su elogio, y entre ellos el siguiente soneto que compuso su suegro Pacheco.
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''Vuela, ó joven valiente! en la ventura''