Mengs, Anton Raphael
Especialidad | Pintor |
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Nacimiento | 1728 Aussig, actual Ústi nad Labem (Rep. Checa) |
Fallecimiento | 1779 Roma (Italia) |
Cronología | XVIII |
Ciudad de trabajo | Madrid, Dresde, Nápoles, Aranjuez, El Escorial (Comunidad de Madrid), (la Granja, Segovia, Castilla y León), (Burgos) |
Ubicación en el diccionario | Tomo 3, Página 120, Letra Letra M, Grupo Grupo ME |
Referencia bibliográfica | *M. Águeda Villar, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Antonio Rafael Mengs. Accesible en: https://dbe.rah.es/biografias/13667/antonio-rafael-mengs (consultado en 14/10/2021) |
Mengs (don Antonio Rafael) pintor. Nació en Ausig, ciudad de Bohemia, el año de 1728. Su padre Ismael, pintor de esmalte, hizo que le pusiesen en el bautismo los nombres de Antonio y Rafael, porque desde entonces determinó que había de ser pintor, y que había de imitar a los célebres Antonio Corregio y Rafael Sancio de Urbino. Para la afición a este arte, no le permitió otros juguetes en la niñez que el lapicero y demás instrumentos, de modo que ya dibujaba a los seis años no cumplidos.
Le enseñó hasta los doce en Dresde, donde residía, los más sólidos principios, comenzando por las líneas rectas y por las más sencillas figuras de geometría, siempre a ojo, sin compás ni regla. Pasó a los contornos y partes del cuerpo humano, reduciéndolas a figuras geométricas, y siguiose el sombrearlas. Le instruyó en la perspectiva y en la anatomía, comprobándolas con el estudio de los vaciados del antiguo a luz artificial y natural, observando al mismo tiempo los efectos de la luz. Por último le enseñó la química, pues Ismael era uno de los mejores profesores de esta ciencia, que había en Europa en su tiempo, y a pintar en esmalte y de miniatura.
Como todo el empeño del padre fuese formar un gran pintor, observaba las disposiciones del hijo, sus adelantamientos y la reflexión que hacía sobre sus estudios. Para inspirarle el buen gusto, alma de las bellas artes, y perfeccionarle en el dibujo y colorido, que no podía lograr en aquella corte, por la escasez de buenos modelos, le llevó a Roma. Encerrole en el Vaticano con sólo un pan y un jarro de agua, su único y diario alimento, hasta que por la noche le traía a cenar y dormir. Siguió tres años el joven Mengs en esta rígida distribución, sin tratar otras personas que las de su casa, y sin distraerse a ninguno otro asunto de su ocupación en estudiar las más perfectas estatuas del antiguo y de Miguel Ángel y las obras de Rafael, analizando sus ideas, sus correcciones y sus arrepentimientos.
Pasado este tiempo volvió Ismael con su hijo a Dresde, y le ocupó en pintar a pastel. Hizo en este género varios retratos [ a pastel ], que habiendo llegado a manos del rey [ Augusto III ], le nombró inmediatamente su pintor de cámara con buen sueldo y alojamiento. No quiso aceptar este partido por no considerarse capaz de poder desempeñar la plaza, y pidió a S. M. se dignase permitirle volver a Roma a seguir sus estudios para hacerse digno de ella: celebró aquel soberano su virtud, conformándose gustoso con su instancia, y se restituyó a Roma con su padre; y a fin de trabajar con más comodidad, y sin pérdida de tiempo, se alojaron en una casa inmediata al Vaticano.
Además del estudio de las estatuas griegas y de las obras de Rafael, que volvió a emprender, se dedicó a la anatomía en el hospital de Sancti Spiritus, y por complacer a su padre hizo algunas miniaturas. Iban corridos cuatro años en esta residencia cuando empezó a inventar y componer. Fue su primera obra un cuadro al óleo de la sacra [ Sagrada ] familia, que sorprendió a Roma. Buscó para modelo de la Virgen a Margarita Guazzi, la doncella más hermosa y modesta que halló en aquella capital, con quien se casó después el año de 1749 a los 21 de edad.
Bien quisiera don Antonio condescender a las instancias y propuestas de los primeros personajes de Roma, a fin de establecerse en ella para adelantar más y más en su profesión; pero el padre a fines del mismo año le hizo volver a Sajonia, de quien tuvo mucho que sufrir en aquella corte hasta reducirle a la mayor miseria y arrojarle de su casa. En esta triste situación halló amparo en el soberano, que le nombró su primer pintor de cámara, con habitación cómoda, coche y aumento del sueldo, que le había señalado antes de ir a Roma. Pintó entonces dos cuadros colaterales para la iglesia que el rey había erigido en su palacio; y para desempeñar mejor el del altar mayor partió a Roma tercera vez con su familia el año de 752.
No tardó mucho tiempo en principiarle, y cuando estaba adelantado sucedió la guerra de Sajonia y la huida del rey de sus dominios, que impidieron las pagas de su sueldo, reduciéndole a la mayor indigencia, precisado a pintar [ obras ] para particulares. Entonces la necesidad le obligo a pintar al fresco la bóveda de los padres Celestinos de aquella capital por sólo 200 pesos; y aunque mereció muchos elogios de los inteligentes, sufrió mucha amargura con la envidia de los profesores. Le indispusieron calumniosamente con la corte de Nápoles, cuyos retratos le había encargado su amo antes de salir de Dresde; de manera que precisado a recobrar su honor, pasó a Nápoles, y presentó a Carlos III cuando estaba para partir a España el cuadro que le había encargado para su capilla de Caserta. Recibiole S. M. con su acostumbrada benignidad, y le dio la comisión de hacer el retrato de su hijo [ Fernado IV de Nápoles ], que quedaba rey de Nápoles. Volvió la envidia a tomar sus armas, que le hizo huir precipitadamente a Roma, bien que aprovechado de lo que había estudiado en el Herculano, como lo demostró en la galería del cardenal Albani, que pintó a su placer, representando a Apolo y las Musas.
Luego que acabó esta obra se resolvió a no salir de Roma, pensando en mantenerse con lo que le encargasen los aficionados de aquella capital; pero Carlos III, que no se había olvidado de su mérito, le convidó desde Madrid a venir a su servicio con el sueldo anual de 2,000 doblones, casa, coche y gastos de pintura, cuyo partido aceptó; y aprovechando la vuelta de los navíos de guerra de Nápoles a Alicante, se embarcó en uno de ellos, y llegó a este puerto el día 7 de septiembre de 761.
Agradó muchísimo su primera obra [ Fernando IV de Nápoles ] a toda la corte, y la academia de San Fernando celebró su merito y le nombró su director honorario: Deseoso de ser útil a este instituto, trabajó varios reglamentos para instrucción y adelantamiento de los discípulos, mas por sus achaques, que le impedían su asistencia, se contentó con el sólo título de académico de honor, que se le confirió el año de 64.
El mucho trabajo, la ninguna diversión, el corto alimento y hallarse sin su familia, que había enviado a Roma, fue la causa de una gran melancolía y de una consunción que a paso largo le conducían al sepulcro; pero la bondad del monarca le mandó que inmediatamente siguiese a su mujer, y en Roma logró restablecerse. Pintó allí el cuadro Noli me tangere, y el famoso nacimiento de Cristo, que están en el palacio nuevo [ Real ] de Madrid.
Por este tiempo se le proporcionó, lo que siempre había deseado, pintar en el Vaticano para dejar su memoria al lado de Rafael, y principió el fresco de la cámara de los Papiros. Pasó después a Nápoles a hacer los retratos de aquellos soberanos [ Fernado IV ], que había ofrecido a Carlos III ; y habiéndolos concluido, volvió a Roma a acabar la obra de los Papiros. Salió después para España con su familia, y se detuvo en Florencia, donde pintó dos cuadros para los grandes-duques, sus retratos [ gran duque de Florencia , los de sus hijos, el del señor don José Nicolás de Azara, y concluyó el del cardenal Celada, que había principiado en Roma.
Luego que llegó a Madrid, siguió pintando los frescos del palacio nuevo [ Real ], que antes había comenzado, y pintó la bóveda del palacio de Aranjuez: obras que pedían más tiempo que el de dos años, y que pudo acabar en fuerza de un excesivo y extraordinario trabajo, que fue la causa de volver a perder la salud, atribuyéndolo al clima de Madrid. Por esta razón pidió en distintas ocasiones al rey le concediese su retiro a Roma, donde la experiencia tenia acreditado su restablecimiento: condescendió S. M. a sus reiteradas instancias, y le señaló 3,000 ducados anuales y otros 3,000 en pensiones para sus hijas.
Establecido Mengs en Roma por la última vez, no pudo lograr la tranquilidad, el placer, ni la salud que se prometía. La muerte de su mujer, acaecida a poco tiempo de haber llegado, trastornó su vehemente imaginación, y la cruda estación del invierno de aquel año, su mayor enemigo, el ímprobo trabajo, el extraño modo de ejecutarle, y otros mil accidentes, le redujeron al más deplorable estado de su vida , que perdió en manos de un empírico paisano suyo a fines de junio de 779. Fue enterrado en la parroquia de san Miguel; y el señor Azara, su verdadero amigo, colocó su retrato en el panteón al lado de el de Rafael de Urbino con esta inscripción.
Ant. Rafaeli. Mengs
Pictori Philosoyho
Jos. Nic. de Azara. amico suo. P.
M. D CC. LXXIX.
Vix. aun. LI. menses III. dies XVII.
Don Antonio Rafael Mengs fue el pintor moderno de más mérito reputación de la Europa. Se buscan sus obras con empeño desde la Rusia hasta el cabo de Finisterre. El arte de la pintura, decaído en este siglo, recobró su perfección; y las olvidadas pasiones del ánimo, la grandeza de los caracteres, la suma corrección del dibujo, el decoro, la costumbre, la belleza ideal y otras sublimes partes, volvieron a aparecer en la Europa con las obras de este gran profesor.
Así lo publican las que nos dejó en España particularmente los frescos y los cuadros del palacio nuevo [ palacio Real ] de Madrid, que son su principal adorno, y adonde concurren los sabios y los verdaderos inteligentes a admirar el poder del arte, de la aplicación y del estudio. Es por demás querer explicar las partes que constituyen su mérito, y el analizar sus obras. Temo que si lo hiciese pasaría por exagerador. Dejemos que lo hagan los extranjeros, que ni por haber nacido en su país, ni por tener la fortuna de poseer sus inimitables obras, serán más imparciales que un español que logró ser algún tiempo su discípulo y oír su admirable doctrina.
Dueño Mengs de todas las partes de su arte, no emprendía obra alguna sin preceder la más filosófica y detenida meditación. Mientras otros pintores satisfechos de su facilidad se contentan con un ligero ensayo de un dibujo o de un boceto antes de comenzar sus cuadros, don Antonio Rafael ocupaba meses y años en formar dibujos de cada miembro, de cada figura, de cada grupo y de toda la composición, consultando a la naturaleza y al antiguo: de aquí es haber tantos estudios de su mano.
Poseía la mayor parte [ de los bocetos ] la emperatriz de la Rusia, que mandó comprar a cualquier precio en su almoneda. Muchos [ bocetos ] conservan el señor Azara, su yerno don Manuel Salvador Carmona, don Mariano Maella, don Juan de Villanueva, don Pedro González Sepúlveda y otros profesores en Madrid, don Sebastián Martínez en Cádiz, y otros aficionados y artistas en otras ciudades del reino; y se conservarían muchos más, si por su escrupulosidad no hubiese encendido con ellos y con sus bocetos la chimenea antes de partir a Roma la última vez, como lo he visto en Madrid, con harto dolor mío. Ignoro el paradero de un cartón al lápiz, que re representaba un descendimiento de la Cruz echo en Roma en los últimos meses de su vida. Fue celebrado en aquella capital como un prodigio del arte, y el marques de Renuncio llego á ofrecer 20.000 reales por él.
Hacia los dibujos [ la Ascensión, ] de todas maneras, esto es, con lápiz negro y rojo sobre papel blanco, oscuro y azulado, ayudados con el clarión. los hacia con tinta de china, al pastel y temple. Pintó algunas miniaturas con sumo gusto y delicadeza, y grabó al agua fuerte una estampa de a cuarta, que representa una sibila.
Sus escritos, publicados en Madrid el año de 1780 por el señor Azara, son los mejores elementos de la pintura que tenemos en todos idiomas y el estar impresos en castellano es uno de los muchos bienes que nos dejó su autor en el reino. Tenia proyectado escribir un tratado sobre el modo de ver, observar y estudiar las bellezas del antiguo para utilidad de los discípulos de la academia de San Fernando, a la que dejó por medio de Carlos III toda su copiosa colección de yesos de las más escogidas estatuas, bustos y medallas que había en Italia, a fin de que supiesen aprovecharse de ellos. Su anhelo era la propagación de estos conocimientos, por tanto todos los profesores de Madrid que aspiraban a la perfección, acudían a él, en quien hallaban un maestro, un protector, dirigiéndolos por el buen sendero, y proporcionándoles obras y ascensos a los que consideraba acreedores. don Francisco Bayeu, Don Mariano Maella, don Gregorio Ferro, don Francisco Ramos, don Francisco Agustín y otros, que fueron sus discípulos, como algunos más sin haberlo sido, experimentaron estos beneficios.
Cuando referimos las obras de otros profesores, nos contentamos con señalar las públicas que ejecutaron, pero las que pintó Mengs para particulares en España son dignas por su gran estimación de que las indiquemos. Su propio retrato [ autoretrato de Antonio Rafael Mengs ] para su amigo el señor don Bernardo Iriarte: el [ retrato ] del duque de Alba, que está en poder de su nieta la señora duquesa del mismo título. Ambos grabados por don Manuel Salvador Carmona, y lo mismo el de la señora marquesa de Llano de talle entero [ estama de Manuel Salvador Carmona ]. Pintó otro de esta señora [ marquesa de Llano ] de medio cuerpo y el de su marido [ retrato del marido de la marquesa del Llano ], antiguo amigo del autor. El del señor conde de Campomanes de más de medio cuerpo, grabado por don Fernando Selma: un cuadro que representa nuestra Señora [ la Virgen ] leyendo, y otro retrato del mismo autor para don Onofre Gloria, cónsul de Malta en Barcelona: el retrato de don Felipe Castaños en poder de doña Engracia de las Casas en la propia ciudad. Pintó asimismo una asunción de la Virgen y un san Juan Bautista del tamaño del natural para el conde de Ribadavia: para don Américo Pini su retrato [ Américo Pini ], un Eccehomo y una Magdalena: para don Francisco Sabatini una Dolorosa al óleo, y a pastel su retrato [ Francisco Sabatini ] y el de su mujer [ retrato de la mujer de Francisco Sabatini ]: otra Dolorosa para don Antonio de la Cuadra: el retrato de la duquesa de Arcos: el de la [ retrato de la duquesa ] de Medinaceli, hija del conde de Fuentes, sentada en una silla: el de [ retrato de ] don Felipe de Castro; y el [ retrato ] de una criada del mismo Mengs, que poseía don Cristóbal de Luna; y finalmente un san Pedro del tamaño del natural, que pintó para su barbero Pedro Martínez, y se vendió para fuera del reino. Las públicas que hay en España son estas.
MADRID
Palacio Nuevo [Palacio Real ]
-{Salón donde come el Rey} En una bóveda al fresco el apoteosis de Trajano con una composición de muchas figuras alegóricas, mayores que el tamaño del natural, el coro de las Musas, que celebran sus glorias y el templo de la inmortalidad:{Salón de conversación del S.M.} en otra bóveda el apoteosis de Hércules, o concilio de los dioses, en el que está Júpiter premiando sus trabajos y virtudes:{Cámara donde el Rey se viste} al óleo el gran cuadro del nacimiento del Señor [ Cristo ] en tabla de nueve pies y doce pulgadas de alto, y siete pies de ancho. El de la Anunciación, su última obra, que se mandó pintar para el altar mayor de la capilla real de Aranjuez:{Pieza de paso al dormitorio del Rey} la sacra [ Sagrada ] familia de dos varas de alto, y de una y media de ancho, que es una de sus primeras obras en España: {Dormitorio del Rey} la gran tabla del Descendimiento de más de cuatro varas de alto con su ancho correspondiente: encima de este hay otra tabla que representa el Padre eterno y el Espíritu santo con algunos ángeles: otros cuatro cuadros en tabla, que figuran la oración del huerto, los azotes a la columna [ flagelación ], [ Cristo con ] la cruz a cuestas, y la aparición de Cristo a la Magdalena, o Noli me tangere: otros dos chicos y apaisados,{también en tabla} que representan a san Juan Bautista y a la Magdalena en el desierto, cada uno de media vara de ancho y un pie de alto: una [ Inmaculada ] Concepción de medio cuerpo y un san Antonio de Padua, que Carlos III llevaba a las jornadas: un crucifijo [ Cristo crucificado ]: el nacimiento [ de Cristo ] del Señor al fresco en un altar del oratorio: {Cámara de la Reina} en una bóveda figuró también al fresco la aurora en su carro tirado de caballos y el lucero que la precede: acompáñanla las Horas, el Rocío de la mañana, el tiempo y la Noche que se esconde, con varios adornos de niños:{Dormitorio de la Reina} los retratos de los señores infantes don Gabriel, don Antonio y don Francisco Javier: {Gabinete dela Princesa} la cabeza del retrato de Carlos III, y retocó el de su esposa [ María Josefa Amalia de Sajonia ]: {Sala de conversación de la Princesa} representó al óleo en cuatro sobrepuertas la mañana, el mediodía, la tarde y la noche: {Sala de Conversación del Prícipe} otro nacimiento del Señor [ Cristo ]: dos cuadros en tabla casi iguales, que representa cada uno la Virgen, san José y el niño [ sagrada Familia ]: el retrato del señor infante don Luis de más de medio cuerpo, que pasó con S. A. a Villaviciosa: una oración del huerto para el señor infante don Gabriel: varios retratos de Carlos III de los reyes [ Carlos IV y María Luisa de Parma ] nuestros señores y de la infanta doña Carlota Joaquina su hija.
San Isidro el Real [ Colegiata de san Isidro, antiguo colegio Imperial e iglesia de san Francisco Javier de la Compañía de Jesús en la calle de Toledo ]
-El cuadro grande que está en el ático del retablo mayor, y representa la gloria con la beatísima Trinidad, la Virgen y algunos santos españoles.
Casa de los cinco gremios mayores [ Entre la calle de Atocha y las plazuelas de la Aduana y de la Leña ]
-Una [ Inmaculada ] Concepción del tamaño del natural.
ARANJUEZ.
Palacio.
-Los retratos de los actuales reyes de Nápoles: dos de la misma reina [ de Nápoles ] y de la archiduquesa su hermana: seis del archiduque Leopoldo, y de su esposa la señora infanta doña María Luisa, después grandes duques de Toscana, y de cuatro hijos [ de los duques de Toscana ] suyos: el techo del teatro pintado al temple, que representa el tiempo arrebatando al placer, y en el friso cariátides de claro oscuro.
San Pascual
-El cuadro del altar mayor, que representa el santo titular [ san Pascual ] adorando al santísimo Sacramento, que le presenta un ángel mancebo acompañado de otros que inciensan y sostienen el palio.
ESCORIAL
Casino del Rey
-Un joven que figura el amor a la virtud y al honor, despreciando el interes.
SAN ILDEFONSO
Palacio
-Una Magdalena de medio cuerpo{de alto vara y media y su ancho una vara y una cuarta}.
CASTROJERIZ
Colegiata
Un excelente cuadro de la anunciación de [ la Virgen ] nuestra Señora, con el Padre eterno sostenido en el aire: está en el sitio principal del altar mayor, que pintó para el patrono de esta iglesia don Diego Sarmiento, conde de Castro y amigo del autor, y costó 30,000 reales: a los lados están el nacimiento [ de Cristo ] del Señor y la visitación de [ la Virgen ] nuestra Señora, que pintaron sus discípulos y costaron cada uno 6,000.
Señori, Azara, Ponz y otras noticias.
(Tomo III, pp. 120-133)
Consulta <Mengs, Anton Raphael> en el libro[edit]
Obras actualmente documentadas
Obra | Técnica | Cronología | Localización actual | Imagen |
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(Inmaculada) Concepción - Mengs, Antonio Rafael | Óleo sobre lienzo | ¿h.1774? | Museo Nacional Del Prado | |
Aparición de Cristo a la Magdalena, o Noli me tangere - Mengs, Antonio Rafael | Óleo sobre lienzo | 1768-1769 | Museo de las Colecciones Reales | |
Dibujos - Mengs, Antonio Rafael | Dibujo,Lápiz negro,Clarión | 1755-1766 | Museo Nacional Del Prado |
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