Diferencia entre revisiones de «Merino, Francisco»

De Diccionario Interactivo Ceán Bermúdez
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Revisión del 13:03 11 mar 2021

Merino (Francisco) platero de gran habilidad: Se cree que haya sido discípulo de Vergara el Viejo en Toledo, donde residió.


Habiendo hecho Felipe II donación y entrega al cabildo de aquella santa iglesia [ catedral ] del cuerpo de san Eugenio su arzobispo y patrono el día 19 de noviembre de 1565, acordó el cabildo colocarle en una arca o urna de plata, cuyo diseño encargó a Nicolás de Vergara el viejo su escultor, y la ejecución a Merino, que la dio concluida en 69. Tiene la urna de largo dos varas escasas, y está sobre cuatro garras apoyadas en cuatro ladrillos cuadrados, y encima de cada garra hay una arpía ceñida con un festón. En medio de la urna por el frente está el escudo de las armas reales sobre dos términos, sostenidas por dos figuras con un letrero que dice: Pio V, pontifice maximo: Philippo II, Hispaniarum rege: anno Domini MDLXIX. Y en la parte opuesta otro igual con esta inscripción: Petrus Manrique praefectus fabricae faeiendum curabit.


Se divide el cuerpo principal de la urna en seis compartimentos, en los que hay otros tantos bajos relieves. El primero representa a san Eugenio tomando la bendición de san Dionisio para venir a predicar a Toledo, con una letra que dice: Divus Eugenius à beato Dionisio in Hispaniam mittitur. El segundo al santo [ san Eugenio ] predicando a un auditorio de ambos sexos, y se lee: Toletanis christianis nunciatur: Eugenium episcópum suscipiunt. El tercero figura el martirio de san Eugenio con esta inscripción: In Galiam reversus, martyrio coronatur. El cuarto cuando fue sacado su cuerpo del lago Marcasio, y le llevaron en un carro: dice: Corpus è lato extrahitur: bobes Deo acti diolum deferunt. Él quinto cuando no se pudo mover el cuerpo de la iglesia de san Dionisio, donde se había colocado y dice el rótulo: In beati Dionisii aede post aunum inventus, inde avelli non patitur. Y el sexto el sepulcro del santo con varios enfermos que imploran su salud y se lee : Diversii languoribus affecti ibidem curantur.


Sobre la tumba está una caja cuadrilonga, en la que hay otras dos medallas. La de adelante representa la entrada del cuerpo del santo en la catedral de Toledo en hombros de obispos, vestidos de pontifica, con el acompañamiento de Felipe II, de los archiduques Rodulfo y Ernesto y de varios grandes. Tiene también su letra que dice: Philippus reliquum corpus impetrar, et Toletum humeris inferí. Y la de atrás figura cuando en tiempo de don Alfonso VII se trajo el brazo derecho del santo, con la siguente inscripción: Alphonsus VII Hispaniarum rex brachium è Gallia reduci curavit.


A los lados de esta caja hay dos estatuitas [ estatuas ] sentadas, que representan la fe y la caridad: sobre la caja se levanta una pirámide en cuyas cuatro caras se figuran en bajo relieve los santos arzobispos Eugenio, Eladio, Ildefonso y Julián, y remata en un ladrillo cuadrado con su bola. Pesa toda la urna 248 marcos y 6 onzas.


Merino asistió el año de 1574 con otros profesores por parte del cabildo de esta santa iglesia [ catedral ] a la tasación de los facistoles de bronce, que están en el coro, ejecutados por Vergara el viejo y su hijo, y habiendo habido discordia, los volvió a tasar Pompeyo Leoni, como dijimos en su artículo. En 579 pasó Merino a Sevilla a la oposición de la obra de la custodia que había dispuesto labrar aquella catedral; y habiendo sido preferidas las trazas de Juan de Arfe Villafañe, se dieron a Francisco 1,000 reales por el diseño que hizo en 580.


Felipe II siempre devoto y afecto a la santa iglesia primada de Toledo la donó en 26 de abril de 1587 el milagroso cuerpo de la mártir santa Leocadia, y el cabildo dispuso colocarle en otra urna. Como ya hubiese muerto Vergara el viejo, el canónigo fabriquero don Juan Bautista Pérez mandó a su hijo Nicolás de Vergara el mozo que hiciese los dibujos y a Merino que la trabajase, la que concluyó en 1592. La tasaron Marcos Hernández, platero de Alcalá de Henares, Francisco Díaz, Gregorio de Baroja y Toma. de Morales, profesores muy acreditados.


Tiene vara y cuarta de largo, poco más de media de ancho, y una escasa de alto. Sienta sobre dos pedestales, y en varios compartimentos hay los diez bajos relieves siguientes que representan: 1.° la santa [ Leocadia ] presentada ante Daciano: 2.º cuando fue azotada: 3.° la cárcel en que murió: 4.0 san Ildefonso disputando con los herejes en presencia de Recesvinto: 5. cuando se le apareció la santa y le cortó parte del velo : 6.º un milagro que hizo santa Leocadia: 7.º cuando vino a Toledo la canilla de esta santa por donación de la reina doña Juana: 8.º cuando el abad de San Guillén entregó el cuerpo: 9.º un templo dedicado a la santa; y 10.º cuando entro su cuerpo en Toledo con las figuras de Felipe II, del príncipe, la emperatriz doña María y la infanta doña Isabel, el cardenal arzobispo don Gaspar de Quiroga, grandes, otros caballeros, dignidades y canónigos.


Encima de la urna hay otro cuerpo de arquitectura con delfines y otros adornos de exquisito gusto, y sobre una moldura está un banco en que hay dos estatuitas de la inocencia y de la virginidad y más arriba otras dos que representan a san Ildefonso con velo en la mano y al rey Recesvinto con el cuchillo. Remata con otra urna más pequeña, sobre la cual hay una pirámide correspondiente a otras que están en los extremos. Pesaba todo 217 marcos, 4 onzas y una ochava, y está sobredorado. Contiene varios escudos de armas: las del papa Sixto V, las del rey [ Felipe II ], las del cardenal Quiroga, las del cabildo y las del canónigo obrero don Juan Bautista Pérez.


Se cree haya fallecido Merino poco tiempo después del año de 1594, por no Hallarse más noticia de él, ni de sus obras, y porque si viviese después, sin duda hubiera dorado la custodia de Enrique de Arfe, que está en la santa iglesia [ catedral ] de Toledo, cuya operación se encargó a Diego de Valdivielso. Fray Antonio de Jesús María dice en la vida que escribió del Cardenal don Baltasar de Moscoso, que este prelado compró en Madrid una custodia que Merino había trabajado, no se sabe para donde, y que la regaló a la catedral de Baeza. Francisco Pacheco afirma que tuvo un gusto delicado en el adorno y follajes, de que usaba en las obras de arquitectura; y la solidez de sus principios, la corrección en el dibujo del natural y la delicadeza de su trabajo, que se observan en sus obras, le colocan entre los primeros profesores de España.

Archivo de las Catedrales de Toledo y Sevilla, Rodrigo Caro, Pacheco, Fray Antonio María de Jesús.

(Tomo III, pp. 134-138)

Consulta <Merino, Francisco> en el libro

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