Castillo y Saavedra, Antonio del
Especialidad | Pintor |
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Nacimiento | 1616 Córdoba (Andalucía) |
Fallecimiento | 1686 Córdoba (Andalucía) |
Cronología | XVII |
Ciudad de trabajo | Madrid, Sevilla, Granada, Córdoba (Andalucía) |
Ubicación en el diccionario | Tomo 1, Página 289, Letra Letra C, Grupo Grupo CA |
Referencia bibliográfica | *F. García de la Torre, "Real Academia de la Historia D.B-e", en Antonio del Castillo y Saavedra. Accesible en: https://dbe.rah.es/biografias/17019/antonio-del-castillo-y-saavedra (consultado en 03/08/2022) |
Castillo y Saavedra (Antonio del) pintor, hijo de Agustín y sobrino de Juan del Castillo. Nació en Córdoba el año de 1603, y su padre le enseñó cuanto sabia de su arte; pero después que este falleció, se fue a Sevilla con José de Sarabia a perfeccionarse en la escuela de Francisco Zurbarán. Lo consiguió en poco tiempo, porque tenia buenos principios, mucha disposición y talento de pintor.
Restituido a su patria se dedicó con extraordinaria aplicación al dibujo y a la observación de la naturaleza. Salía a temporadas al campo, y diseñaba las cabañas, los bueyes, los carros y todos los instrumentos de agricultura, sin omitir los accidentes y caprichos de la naturaleza, que después pintaba [ paisajes ] con mucha verdad, y en lo que llegó a ser excelente. Otras veces modelaba en barro flguras académicas por el natural, cabezas y adornos, que servían a los plateros de aquella ciudad para sus obras. Como se había dedicado a trabajarlo todo por el natural, era muy feliz en la semejanza de los retratos, y todos los caballeros pretendían que los retratase, llendo a tal punto la estimación que se hacia de las pinturas de Castillo, que no se tenía en Córdoba por decente la casa en que no hubiese alguna de su mano.
En fin estaba en la, posesión de ser el primer pintor de la ciudad, cuando su discípulo Alfaro volvió a ella desde Madrid con las ínfulas de serlo de Velázquez el primer pintor del rey, cuya circunstancia deslumbró a los ignorantes que le proporcionaron pintar muchas obras públicas y de consideración. Sobre la manía de poner en todas Alfaro pinxit, ya hemos dicho en su artículo lo que le sucedió con Castillo, que en un cuadro que había pintado, escribió: Non pinxit Alfaro.
No solamente se creía Antonio superior a los pintores de su patria, sino también a los de toda la Andalucía, y para hacer ostentacion de su habilidad paso a Sevilla, en donde estaban los de más fama. Pero aquí le sucedió lo que al otro pintor Francisco Francia en Bolonia, cuando Rafael le envió su santa Cecilia para que la colocase en la iglesia de Monti, que segun cuenta Vasari, se murió de pesadumbre a pocos días de haberla recibido, considerando cuanto distaban sus obras del mérito y belleza de aquella tabla.
En efecto entró Castillo en Sevilla muy ufano y satisfecho: le visitaron todos los profesores y de todos fue muy obsequiado. Después de estos cumplidos principió a ver y examinar sus obras con desden, que no reconoció por mejores que las suyas. Pero habiendo visto los cuadros del claustro chico del convento de San Francisco, se asombró sobre manera sin poder separarse de ellos, ni creer que fuesen de Murillo; y para confirmación le lleváron a la catedral, en la que le enseñaron los famosos lienzos de san Leandroy san Isidoro y el de san Antonio de Padua, y absorto en tono de entusiasmo exclamó: "Ya murió Castillo. ¡Murillo (decía) aquel discípulo servil de mi tío, puede ser el autor de tanta gracía y hermosura de colorido"!.
En fin, apoderado de una suma tristeza, compañera inseparable de la envidia, se volvió a Córdoba, en donde pintó un san Francisco, queriendo imitar a Murillo; y aunque fue lo mejor que hizo en su vida, le agravó la hipocondría y falleció el año siguiente de 667 con general sentimiento de toda la ciudad, y particularmente de Pedro Antonio, que fue su discípulo más adelantado.
Como había dibujado mucho, quedaron muchos diseños de su mano, que tienen los profesores, y yo conservo una buena parte. Los hacía con la pluma muy delgada, y otras veces con cañas: algunos hay de tinta de china, tocados con magisterio y libertad, imitando en otros a Herrera el viejo. Si sus pinturas tuviesen más frescura y suavidad en el colorido, hubiera sido uno de los primeros pintores de España. Las públicas que se conservan son las siguientes:
CÓRDOBA.
Catedral.
-La Vírgen del Rosario, san Sebastián y san Roque en una capilla que cae hacia el patio de los Naranios. San Acisclo, figura mayor que el tamaño del natural en un retablo: le pintó en competencia de Cristóbal Vela para el altar mayor. Dos cuadros grandes en otra Capilla cerca del coro, que representan a san Pelagio oyendo la sentencia de su muerte y su martirio [ de san Pelagio ]: una Concepción [ Inmaculada ] en la sala capitular, y las pinturas al fresco de la puerta del Perdón, que representan la asunción de la Virgen, san Miguel y san Rafael, san Pedro y san Pablo, san Acisclo y santa Victoria.
San Pablo
-Un cuadro grande en la escalera, que figura a san Fernando presentando a san Pablo la fundación de este convento, y en la misma escalera están los siguientes: santo Tomás de Aquino y san Buenaventuraen pie, y mayores que el natural: santo Domingo [ sentado ] y san Francisco, sentados, de cuerpo entero: de medio cuerpo san Vicente Ferrer, san Pedro mártir, san Antonio de Padua y san Bernardino de Siena, y una santa María Magdalena en la pared de enfrente.
San Agustín
-El nacimiento del Señor [ Cristo ] en la sacristía.
San Francisco
-San Juan Bautista y San Juan Evangelista en una capilla inmediata a la de la Vera cruz: el Espíritu santo rodeado de serafines en el remate del retablo de la Concepción [ Inmaculada ]. la Virgen dando la casulla a san Ildefonso en un ángulo del claustro; y en el claustro el cuadro que pintó en competencia con Alfaro, y representa el bautismo de san Francisco.
Hospital de Jesús Nazareno
-Santa Elena y el buen ladrón en las hornacinas de la iglesia: la asunción y la coronación de nuestra Señora [ la Virgen ] en una pieza interior.
Nuestra señora de la Fuensanta
-El martirio de san Sebastián en la escalera del camarín, y algún otro cuadro pequeño en la iglesia.
San Diego de Arizafa
-En la sacristía san Francisco y san Buenaventura de medio cuerpo y unas santas vírgenes; y sobre un altar de la iglesia hay un crucifijo [ Cristo crucificado ] pintado en una cruz.
Santa Isabel
-El cuadro principal del altar mayor, que representa la visitación de [ la Virgen ]nuestra Señora.
Hospital de la Caridad
-Los lienzos de san Pedro y san Pablo en el retablo mayor.
Consolación
-San Acisclo y santa Victoria de medio cuerpo.
Trinitarios Descalzos
-El nacimiento del Señor [ Cristo ] en la iglesia.
GRANADA
Agustinos Calzados
-El triunfo de David sobre la puerta de la sacristía.
MADRID
San Cayetano [ Convento de san Cayetano de padres teatinos en la calle Embajadores ]
-Un señor [ Cristo ] con la cruz a cuestas en la prepositura.
La Encarnación [ Convento de nuestra señora de la Encarnación de monjas agustinas descalzas en la plazuela de la Encarnación ]
-Palomino dice que dentro de clausura hay un Santiago y un san Juan del tamaño del natural.
Palomino, Díaz del Valle, Ponz Noticias de Córdoba y Sevilla.
(Tomo I, pp. 289-293)
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