Salamanca, Francisco (rejero s. XVI)

De Diccionario Interactivo Ceán Bermúdez
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Salamanca, Francisco
normal
Especialidad Rejero
Nacimiento
Fallecimiento
Cronología XVI
Ciudad de trabajo Sevilla (Andalucía)
Ubicación en el diccionario Tomo 4, Página 295, Letra Letra S, Grupo Grupo SA


Salamanca (fray Francisco) y religioso lego de la orden de santo Domingo. don Antonio Ponz le llama fray Francisco de Zalamea; pero todos los autos capitulares y nóminas de gastos de fábrica de la santa iglesia de Sevilla, sobre los que hemos formado este artículo, le dan el apellido Salamanca; y en cabildo celebrado en aquella catedral el año de 1529 se le nombra el venerable padre maestre, sin duda por su virtud.

Pasó de Castilla la vieja a Sevilla el de 518, llamado por el cabildo para trabajar las rejas de su santa iglesia. Se acordó "que el arcediano titular le hospedase en su casa, y que los oficiales se entendiesen con el frayle sobre las rejas de la capilla mayor que las ha de facer". Hay nóminas de lo que gastó aquel año y el siguiente de 19, y no vuelve á parecer en los libros hasta el de 23, en que hay una cuenta de los gastos que hizo un peón por ir a buscarle a León, donde estaba.

Se mandó darle el año de 24 cincuenta ducados, y pocos meses después ciento en Valladolid por medio del comerciante Constancio Gentil. En este mismo año trabajaba la reja principal de la capilla mayor con su com- pañero fray Juan, y en el de 2 5 acordó el cabildo se le diese habitación alta en la casa de la mesa capitular y el trigo que necesita- se de la fábrica al precio que se daba á los demás. Resulta de dos autos capitulares del año de 26 haber adobado el reloj de la torre por estar malo el antiguo y haber hecho un despertador para el campanero; y hay cuentas firmadas de su mano en los años de 527, 28 y 29.

En este último mandó el cabildo darle 11250 maravedís a cuenta de su salario en la obra de la reja principal, y mas adelante 200 ducados también á cuenta de la misma reja y de los pulpitos que principiaba á trabajar. Después de ajustadas cuentas se le señaló en el propio salario de 29200 maravedís anuales, tres cahíces de trigo y dos de cebada, mientras estuviese en Sevilla, y en cada un día de los que trabajare tres reales de plata, además de su salario. Siguen sus cuentas en 530 y 31, y en 33 pidió licencia fray Francisco al cabildo para volverse a su tierra, y acordó perdonar- le lo que debía de la habitación que había ocupado: que concluyese lo que faltaba en la capilla mayor y en la de la Antigua: que se le continuase su salario y tres cabices mas de trigo al año, y si le acomodasen en lugar de ellos 5® maravedís, lo que determinare se escribiese en el libro de los autos capitulares.

Esta sencilla narración nos da una idea del aprecio que hacia aquel ilustre cuerpo de nuestro Salamanca; y del que debemos dar á su mérito y buen gusto lo dirá una ligera descripción de la reja y pulpitos que ejecutó. Son de hierro, y la reja (acaso la mayor que se conoce en ninguna otra iglesia de España) consta de dos cuerpos elegantemente distribuidos. El primero tiene seis columnas con sus capiteles corintios sobre su zócalo o pedestal, adornadas con relieves: en medio de las dos del centro está la gran puerta, dividida en dos hojas: el friso del cornisamento es riquísimo, con graciosos ornatos resaltados y entretejidos con ángeles de buena forma, y tiene en el medio un círculo con el busto de perfil del Salvador. Sigue el segundo cuerpo con igual número de columnas, y hay en su friso varios adornos con relieves y cinco profetas de medio cuerpo, siendo el del medio David con el harpa. Y remata toda la obra con candelabros, flamas y otros adornos delicados, una medalla en el medio, que representa el entierro de Cristo, y encima una cruz grande y lisa.

No son menos dignos de elogio los pulpitos y sus escaleras, también de hierro, unidos á la reja, porque aunque no tengan la mayor elegancia en el todo, son sencillos, de arreglada arquitectura y están adornados con buen gusto. El del lado derecho contiene cuatro bajos relieves, que representan los Evangelistas sentados y escribiendo, y el de el- del lado izquierdo cuatro pasajes de los Hechos apostólicos y del Apocalipsis. Ambos pulpitos descansan sobre su columna y pedestal con iguales adornos de la propia materia; y así ellos como sus escaleras, la reja principal, las dos laterales de la capilla mayor y la del coro se doraron en el pontificado del cardenal Delgado, arzobispo de esta santa iglesia.

Su archivo [Catedral de Sevilla].

(Tomo IV, pp.296-298)

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